domingo, 15 de mayo de 2022

3 DE JUNIO

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. Hechos 25,13-21.

13 Transcurridos unos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para cumplimentar a Festo;
14 como se entretuvieron allí varios días, Festo puso al rey en antecedentes del caso de Pablo, diciéndole:
                   - Tengo aquí cierto individuo que Félix ha dejado preso;
15 cuando estuve en la ciudad de Jerusalén, los sumos sacerdotes y los senadores judíos presentaron querella contra él, exigiendo su condena.
16 Les respondí que no es costumbre romana ceder a un individuo sin más ni más; primero el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para tener ocasión de defenderse de lo que se le inculpa.
17 Cuando se reunieron aquí, yo, sin dilación alguna, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a ese hombre.
18 Pero, cuando los acusadores lo rodearon, no aducían ningún cargo grave de los que yo supnía:
19 se trataba de ciertas controversias con él acerca de su propia religión y, en particular, acerca de un tal Jesús, que había muerto, pero que Pablo sostenía que estaba vivo.
20 Yo, no sabiendo a qué atenerme en los asuntos que se discutían, le propuse si quería ir a la ciudad de Jerusalén y ser juzgado allí sobre aquello.
21 Pero como Pablo ha apelado, pidiendo seguir en la cárcel hasta que decida el Augusto, he dado orden de dejarlo preso hasta que pueda remitirlo al César.

Explicación.

Visita a Cesarea de Agripa II, biznieto de Herodes el Grande (Lc 1,5), acompañado de su hermana Berenice (13). Agripa tiene por "mujer" a su hermana, mientras que Herodes Antipas había tomado la mujer de Filipo (Lc 3,1-19).

                     Al igual que había hecho el comandante romano en su informe a Félix (23,26-30), también Festo deforma los hechos para quedar bien (comp. v. 16 con v.11). Repite, prácticamente en los mismos términos lo ocurrido en la sesión anterior. Lc pretende subrayar el alcance de la apelación de Pablo al César, que motiva su viaje a Roma, meta señalada por el Señor (23,11; cf. 19,21) (14-21). 

SALMO. 103,1-2.11-12.19-20.

(Eclo 18,8-14) 

1Bendice, alma mía, al Señor 
y todo mi interior,

a su santo nombre. 

2Bendice, alma mía, al Señor 
y no olvides sus beneficios. 

11Pues como se eleva el cielo sobre la tierra, 

así vence su misericordia a sus fieles. 
12Como dista el oriente del ocaso,

así aleja de nosotros nuestros delitos. 

19EI Señor afirmó en el cielo su trono, 
su reinado gobierna el universo.   
20Bendecid al Señor, ángeles suyos, 

poderosos ejecutores de sus órdenes, 

prontos a cumplir su palabra. 
Explicación.
103,2 "Beneficios": un uso de "retribución" benéfica raro, compartido sólo con 2 Cr 32,25 y dos proverbios impersonales. 
103,11-13 Las tres comparaciones ya comentadas.  
103,19 Este verso nos coge por sorpresa. Lo justificamos suponiendo que el Señor se sienta después de la victoria de la misericordia y para recibir el homenaje de su corte y de la creación.
103,20-21 La equivalencia o vinculación de "ángeles" y "astros" la podemos apreciar comparando textos de Job que, tratando el mismo tema, cambian los sujetos: 4,18; 15, 15; 25,3.5; 38,7. Los seres celestes están al servicio inmediato del Señor para cumplir sus encargos. 
Transposición cristiana.
 Este salmo anticipa la revelación por Jesús de la paternidad de Dios, tema central del evangelio de Juan, Puestos a escoger, recordemos el padrenuestro, la oración en la cruz (Lc 23,34), la parábola del hijo pródigo, la revelación de Mt 11,25-27; Lc 10,21 s.  
EVANGELIO. Juan 21,15-19.

El seguimiento de Pedro: La misión como pastoreo. (Jn 21, 15-23)

15. Cuando acabaron de almorzar, le preguntó Jesús a Simón Pedro:
- Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?
Le respondió:
- Señor, sí; tú sabes que te quiero.
Le dijo:
- Apacienta mis corderos.
16. Le preguntó de nuevo, por segunda vez:
- Simón de Juan, ¿me amas?
Le respondió:
- Señor, sí; tú sabes que te quiero.
Le dijo:
- Pastorea mis ovejas.
17. La tercera vez le preguntó:
- Simón de Juan, ¿me quieres?
Pedro se puso triste porque la tercera vez le había preguntado: “¿Me quieres?”, y le respondió:
- Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.
Le dijo:
- Apacienta mis ovejas.
18. Sí, te lo aseguro: Cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás los brazos y otro te pondrá el cinturón para llevarte adonde no quieres.
19. Esto lo dijo indicando con qué clase de muerte iba a manifestar la gloria de Dios.
Y dicho esto, añadió:
-Sígueme.

Explicación.

En el episodio anterior (21,7), Jesús no se ha hecho eco del gesto de Pedro. Terminada la comida se dirige a él (cf. 20,27, con Tomás) (15). Evita que el problema personal interfiera en su contacto con la comunidad. Iniciativa de Jesús (le preguntó). Simón de Juan. Cf. 1,42. Ha pretendido destacarse del grupo ostentando ser el primero en la adhesión a Jesús (13,37). La pregunta (¿me amas más que éstos?), enfrenta a Pedro con su actitud, en presencia de los demás. Después de sus negaciones, Pedro evita toda comparación; te quiero, amor de amigo, en lugar de “te amo”, amor de identificación. Se remite al conocimiento de Jesús (tú sabes). Apacentar, procurar alimento, que, como el que da Jesús, es el don de la propia persona (14,15.21); corderos, los pequeños; ovejas, los grandes: totalidad del rebaño.

Segunda pregunta (16), más breve e incisiva: si realmente está identificado con él y lo toma por modelo, renunciando a todo otro ideal de Mesías. Igual respuesta de Pedro. Pastorear, dar la vida por las ovejas, como hace el pastor modelo (10,11); disposición propia de todo discípulo.

La tercera vez (17) recuerda la triple negación. Pedro había profesado dos veces ser amigo de Jesús (“tú sabes que te quiero”); “ser amigo”; renunciar a la idea de un Mesías de poder (18,10), a la relación de inferior a superior (13,6-8), al trabajo como siervo o asalariado (15,15). Se puso triste: Jesús parece desconfiar de sus afirmaciones anteriores y le hace recordar su obstinación (Pedro/Piedra). Tú lo sabes todo, nueva rectificación (cf. 13,37s). Apacienta mis ovejas sintetiza los dos encargos anteriores.

Pedro dará la vida en la cruz, como Jesús (18-19).

SÍNTESIS.

La mentalidad tipificada por Pedro, la del Mesías/la Iglesia de poder es el gran obstáculo para el seguimiento; considera a Jesús un líder a quien se presta una adhesión independiente de la comunidad y del mundo. Libertad y responsabilidad del discípulo en el seguimiento. Vínculo personal de amistad con Jesús. Cada cual ha de recorrer su propio camino y asumir su propia responsabilidad. La presencia de Jesús está asegurada.

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura: 2 Macabeos 7,1-2.9-14.

1Arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarles a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. 2Uno de ellos habló en nombre de los demás:

-¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la Ley de nuestros padres.
9Y estando para morir, dijo:
-Tú, malvado, nos arrancas la vida presente. Pero cuando hayamos muerto por su Ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.
10Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. 11Y habló dignamente:
-De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio. Espero recobrarlas del mismo Dios.
12El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos. 13Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. 14Y cuando estaba para morir, dijo:
-Vale la pena morir a manos de los hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. En cambio, tú no resucitarás para la vida.

Explicación.

7,11 Tres tiempos muy marcados: el don inicial, el sacrificio actual y la recompensa próxima.

7,14 Comienza el ataque verbal al tirano en una frase ambigua: ¿insinúa que resucitará, pero no para la vida? Tal es la doctrina de Dn 12,2, que opone dos tipos de resurrección; en cambio, el joven opone resucitar a no resucitar para la vida.

Salmo 124,2-5.7-8

2si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando unos hombres nos asaltaban,
3nos habrían tragado vivos,
ardiendo en cólera contra nosotros;
4nos habrían arrollado las aguas,
y el torrente nos llegaría al cuello.
5nos llegaría al cuello el agua espumeante.
7Salvamos la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió,
nosotros escapamos.
8Nuestro auxilio es el nombre del Señor
que hizo el cielo y la tierra.
124 Género y composiciónEl v. 6 nos dice que el salmo es una acción de gracias por la liberación de un peligro extremo. Es difícil definir el peligro concreto o la época de composición. Es probable que sea postexílico. La composición se destaca por el desarrollo, a lo largo de cinco versos, de una oración condicional con apódosis, de sonoridad muy elaborada. La condicional irreal es más expresiva que la constatación: puede deberse a distancia intelectual razonadora o bien a una emoción intensa que rompe a expresarse apenas pasado el peligro. La forma sintáctica no es frecuente: Jue 14,18; Is 1,9; Sal 94,17.
Imágenes. Primero agua y fuego. Si en la realidad los dos elementos se excluyen, en el plano simbólico se acoplan y se funden: Is 43,2; Eclo 51,3-5. "Tragar vivos" se dice del seol  o el hades: Nm 16,30-33, texto que añade el castigo del fuego. Se añaden dos imágenes opuestas y correlativas: la fiera que desgarra con los dientes y el cazador que atrapa en la trampa. Si en términos descriptivos el poema carece de precisión, en términos expresivos la acumulación de imágenes es válida. 
El ámbito psicológico es el espacio donde se revela la acción de Dios. En el límite vivido de nuestro ser, que es la contingencia, surge el ser total y absoluto que nos sostiene.
124,1-2 Comienza de repente, de modo que el invitatorio retrasado interrumpe. Ocupan los puestos extremos Yhwh, Israel y "hombre".
124,5 Para la imagen léase Is 8,8 en su contexto.
124,7 Imagen de sapienciales: Prov 6,5; 7,23.
124,8 Casi repetición de Sal 121 ,2; ha cuajado como fórmula litúrgica.
Transposición cristiana.
 Sobre el peligro de fuego yagua véase Mt 17,15. Agustín pone el salmo en boca de cristianos glorificados, especialmente de mártires.
Evangelio: Mateo 5,1-12

 1 Al ver Jesús las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos.
2 Él tomó la palabra y se puso a enseñarles así:
                    3 Dichosos los que eligen ser pobres,
                       porque ésos tienen a Dios por rey.
                    4 Dichosos los que sufren,
                       porque ésos van a recibir el consuelo.
                    5 Dichosos los sometidos,
                       porque ésos van a heredar la tierra.
                    6 Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia,
                       porque ésos van a ser saciados.
                    7 Dichosos los que prestan ayuda,
                       porque ésos van a recibir ayuda.
                    8 Dichosos los limpios de corazón.
                       porque ésos van a ver a Dios.
                    9 Dichosos los que trabajan por la paz,
                       porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos.
                  10 Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad,
                       porque ésos tienen a Dios por rey.
                  11 Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por causa mía.
12 Estad alegres y contentos, que grande es la recompensa que Dios os da; porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han precedido.

EXPLICACIÓN.

4,25-5,12.    Multitudes judías y paganas. La actividad de Jesús rompe las fronteras entre los pueblos (4,25). Reacción de Jesús, subir al monte, lugar de la presencia y actividad divinas. Va a promulgar el estatuto del Reino, a definir la nueva alianza y a constituir el nuevo pueblo. Sube al monte como Moisés y habla desde él como Dios: el Hombre-Dios.

                  "Pobres" (3), en la tradición judía, los pobres sociológicos; "eligen", lit. "por el/su espíritu", que indica un acto interior del hombre, de inteligencia, voluntad o sentimiento; en este contexto, de voluntad (= decisión, opción). "Los pobres por propia decisión" = los que eligen ser pobres. Jesús mismo lo interpreta en 6,24 (opción entre Dios y el dinero). Tienen a Dios por rey (lit. "de ellos es el reinado de Dios"), es decir, sólo con ellos actúa Dios como rey. El reinado de Dios pone fin a la miseria; no carecerán de lo necesario ni tendrán que someterse a otros para obtener el sustento (6,25-34). Esta pobreza se opone al acumular y retener bienes (6,19-21) y supone la disposición a compartir lo propio (6,22). Ésta es la buena noticia a los pobres (Is 61,1; Mt 11,15).

                Las tres bienaventuranzas siguientes contienen una promesa de liberación, efecto de la opción por la pobreza.

                Los que sufren (4), alusión a Is 61,1 donde se trata de la opresión de Israel. Jesús anuncia el fin de la opresión para la humanidad entera.

                Los sometidos (5), según el texto de Sal 37,11: los que han perdido su independencia económica y su libertad y tienen que vivir sometidos a los poderosos que los han despojado. La tierra, universal: plena restitución de la libertad e independencia.

               Esa justicia (6) condensa las dos bienaventuranzas anteriores: verse libres de la opresión, gozar de independencia y libertad.

              Las tres bienaventuranzas siguientes definen la labor del grupo cristiano en medio de la sociedad.

              Los que prestan ayuda (7), la misericordia expresada en obras.

             Los limpios de corazón (8), cf. Sal 24,4, en paralelo con "el de manos inocentes": buena intención que se traduce en conducta sincera. Ver a Dios, la experiencia constante de su presencia. No cuenta ya la pureza de la ley, sino la del comportamiento, ni el encuentro con Dios en el templo (Sal 24,3; 42,3.5; 43,3), sino en la vida.

            La paz (9): prosperidad, tranquilidad, derecho, justicia; en suma, la felicidad individual y social. Condensa las dos bienaventuranzas anteriores. Tal actividad hace al hombre semejante a Dios, por ser la misma que él ejerce con los hombres. No relación de siervo a señor, sino de hijo a Padre (cf. Os 2,1).

          La última bienaventuranza (10) completa la primera (3) (ambas en presente y con el segundo miembro igual). La persecución no es un fracaso, y es consecuencia de la fidelidad a la opción inicial (5,3). La sociedad, basada en la ambición de poder, gloria y riqueza, no la tolera.
          Las promesas de futuro (vv. 4-9) son efecto de la opción y fidelidad presentes (vv. 3,10). Liberación progresiva de los oprimidos por la existencia del grupo humano que opta contra los valores de la sociedad y crea una alternativa.

          Para los discípulos (11s) desarrolla la última bienaventuranza. La sociedad ejercerá sobre ellos una presión más o menos cruenta. La reacción ha de ser de alegría. Su recompensa será la experiencia de que Dios reina sobre ellos. Con su modo de vivir, los discípulos toman el puesto de los profetas de antaño: hacen visible una nueva relación humana, que denuncia la injusticia existente.

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