domingo, 15 de mayo de 2022

18 DE JUNIO

PRIMERA LECTURA. II Crónicas 24,17-25.

17Cuando murió Yehoyadá, las autoridades de Judá fueron a rendir homenaje al rey, éste siguió sus consejos; 18olvidando el templo del Señor, Dios de sus padres, dieron culto a las estelas y a los ídolos. Este pecado desencadenó la cólera de Dios contra Judá y Jerusalén. 19Les envió profetas para convertirlos, pero no hicieron caso de sus amonestaciones. 20Entonces el Espíritu de Dios se apoderó de Azarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo, y le dijo:
-Así dice Dios: ¿Por qué quebrantáis los preceptos del Señor? Vais a la ruina. Habéis abandonado al Señor y él os abandona.
21Pero conspiraron contra él y lo lapidaron en el atrio del templo por orden del rey. 22El rey Joás, sin tener en cuenta los beneficios recibidos de Yehoyadá, mató a su hijo, que murió diciendo:
-¡Que el Señor juzgue y sentencie!
23Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá hasta Jerusalén, mató a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco. 24El ejército de Siria era reducido, pero el Señor le entregó un ejército enorme porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se vengaron de Joás. 25Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá. Lo asesinaron en la cama y murió. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en el panteón real.

Explicación.

24,17 La muerte de Yehoyadá tiene un efecto semejante a la muerte de Josué, según Jue 2. Se diría que el autor polemiza sobre la capacidad de aconsejar de la nobleza (conocía la historia de Jeremías), en oposición a los sacerdotes.

El cambio de conducta y de situación es violento y no justificado. ¿No sucedió a Yehoyadá un sacerdote competente?, ¿o careció de todo ascendiente benéfico sobre el rey? Precisamente este sucesor, en un arrebato de inspiración profética, fue la ocasión de la catástrofe, por el endurecimiento del rey.

24,20 Al fallar los profetas surge un sacerdote inspirado (como el levita inspirado que pronunció el oráculo en la batalla de Josafat, 20,14). A este profeta se refiere probablemente Mt 23,25.

24,21-22 Se subrayan los agravantes del crimen: en recinto sagrado y contra la ley de la gratitud. A un delito de idolatría ha seguido un delito de sangre (véase el caso de Janani bajo el rey Asá, 16,10); la dinastía y el templo siguen vinculados en la historia. La apelación de Azarías tiene valor de programa: es el sacerdocio y la profecía frente a la realeza (Amós era la profecía frente al sacerdocio y la realeza, Am 7,10-17). ¿Para esto ha salvado Joás la vida y ha reconstruido el templo? Se procura acallar la denuncia profética, pero la sangre sacrílegamente derramada prolonga la demanda de justicia del inocente asesinado.

24,23  Y así sobreviene pronto el castigo, más grave que el descrito en 2 Re y adelantando un poco el de Nabucodonosor: invasión, matanza, saqueo. Recordemos que Asá desató a los sirios, los cuales son ahora ejecutores de la sentencia divina; los cortesanos dan sólo el golpe de gracia. Y así la conspiración contra el profeta se vuelve contra el rey. Con énfasis suena "todos los príncipes, todo el botín".

24,24 Se cumple la maldición conminada en Dt 32,30.

SALMO. 89,4-5.29-34.

4-He sellado una alianza con mi elegido,
jurando a David mi siervo:
5«Te fundaré un linaje perpetuo
y te construiré un trono para todas las edades». 
29Le guardaré lealtad eterna
y mi alianza con él será estable.
30Le daré un linaje perpetuo
y un trono duradero como el cielo.  
31«Si sus hijos abandonan mi ley
y no siguen mis mandamientos,
32si profanan mis preceptos
y no guardan mis mandatos,
33castigaré con vara sus delitos
y a latigazos sus culpas;
34pero no les retiraré mi lealtad
ni desmentiré mi fidelidad; 
Explicación.
89,4-5 Sin introducción suenan palabras de Dios. Toma la iniciativa, elige como vasallo a David, le otorga con juramento (2 Sm 3,9; Sal 110,4; 132,11) una alianza, para él y sus sucesores en el trono.  
89,29-30 La lealtad del Señor desborda la vida de David, de cada monarca, asegura una descendencia y un trono. La afirmación va más allá de una mera continuidad y establece una medida cósmica para la fidelidad del Señor y la duración del trono; véanse Sal 45,7; Is 55,3.
89,31-38 Continúa el oráculo divino, añadiendo una condición muy elaborada, cuyo precedente se lee en 2 Sm 7. Con afán de precisión jurídica, establece cláusulas penales y límites de la pena. Se puede mirar de dos modos: la fidelidad radical a la alianza no excluye penas limitadas; o bien: los castigos no anulan ni desmienten el compromiso radical. De paso añade el autor una página de teodicea, justificando el castigo divino a la vez que invita a la esperanza.
89,31-32 El delito se articula en una cuaterna, en la que es original el "profanar". La alianza referida es la del Sinaí, con el pueblo, que también obliga al monarca (Dt 17,18s): se escucha el lenguaje del Deuteronomista.
89,33 Las "varas" permiten un castigo calibrado y numerado, no aniquilan como el fuego o la espada: cfr. Ex 21,20.
89,34-35 Otra cuaterna de sinónimos reafirma enfáticamente la lealtad del Señor. Las formulaciones son originales por los verbos empleados. 
Transposición cristiana.
 Ya durante la economía antigua se leyó el salmo en clave mesiánica, y así lo han leído los cristianos. Parte del v. 21 se cita en Hch 13,22; 28b se cita en Ap 1,5. Más importantes son las relaciones temáticas: el título de Mesías, la unción, la relación Hijo / Padre, el título de primogénito (Rom 8,29; Col 1,15.18 Ap 1,5; Heb 1,6). Y para meditar el tema de la fidelidad, tenemos Rom 1,5.8; 2 Tim 2,11-13. 
EVANGELIO. Mateo 6,24-34.

  24 Nadie puede estar al servicio de dos señores, porque aborrecerá a uno y querrá al otro, o bien se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.
25 Por eso os digo: No andéis preocupados por la vida pensando qué vais a comer o a beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
26 Fijaos en los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan; y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellos? 
27 Y ¿quién de vosotros, a fuerza de preocuparse, podrá añadir una hora sola al tiempo de su vida?
                  28 Y ¿por qué andáis preocupados por el vestido? Daos cuenta de cómo crecen los lirios del campo, y no trabajan ni hilan.
29 Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como cualquiera de ellos.
30 Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, la viste Dios así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?
                 31 Conque no andéis preocupados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir.
32 Son los paganos quienes ponen su afán en esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. 
33 Buscad primero que reine su justicia, y todo eso se os dará por añadidura.
                34 Total, que no andéis preocupados por el mañana, porque el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le basta su dificultad.

EXPLICACIÓN.

Está en juego la fidelidad a Dios o a la idolatría (24).

25 - 34.       Se explica el segundo miembro de la primera bienaventuranza (5,3), cómo se manifiesta el reinado de Dios sobre los que hacen la opción por la pobreza. Los que han renunciado a todo no deben estar preocupados por lo material. Generosidad del Padre con sus criaturas (26-30). Preocupación prioritaria: que sea realidad la justicia del Reino (33), la fidelidad a Dios que se muestra en la fidelidad al hombre, en la labor de la comunidad en el mundo. Resumen (34): Vivir en el presente; no faltará en el mañana la solicitud del Padre. 

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