PRIMERA LECTURA. 2 Macabeos 7,1-2.9-14.
1Arrestaron a siete hermanos con su
madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarles a
comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. 2Uno de ellos habló en
nombre de los demás:
-¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la Ley de nuestros padres.
9Y estando para morir, dijo:
-Tú, malvado, nos arrancas la vida
presente. Pero cuando hayamos muerto por su Ley, el rey del universo nos
resucitará para una vida eterna.
10Después se divertían con el tercero.
Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con
gran valor. 11Y habló dignamente:
-De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio. Espero recobrarlas del mismo Dios.
12El rey y su corte se asombraron del
valor con que el joven despreciaba los tormentos. 13Cuando murió éste,
torturaron de modo semejante al cuarto. 14Y cuando estaba para morir,
dijo:
-Vale la pena morir a manos de los
hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. En cambio, tú no
resucitarás para la vida.
Explicación.
7,1 El martirio de una madre con sus
siete hijos es un tema dramático para un autor como el nuestro y capaz
de conmover a sus lectores. Además de ello, es una figura significativa
para oyentes judíos. Porque la madre del pueblo es Sión, según la
tradición profética (véanse, entre otros, Is 49; 54; 60; 62); Sión es la
madre de siete hijos en Jr 15,9.
El
autor se explaya poco en la acción: unos rasgos para ambientar la
escena y para describir la crueldad del tirano (4 Mac se deleitará en la
descripción de las torturas). Los discursos dominan la escena: es
curioso que los antagonistas no hablan en estilo directo, sus palabras
se incorporan a la narración en estilo indirecto, se abrevian o se
resumen. En estilo directo hablan, o mejor, declaman sus alocuciones los
siete hermanos y la madre. El drama entra así en los cánones retóricos.
Temas comunes de los
discursos son: morir por la Ley, con la esperanza de la resurrección.
Para cada uno de ellos el sufrimiento y la muerte llevan a la
resurrección; para todo el pueblo esos sentimientos señalan la
culminación y fin de la cólera.
Por la valentía en el
martirio, estos personajes fueron ejemplares para los cristianos: se les
rindió culto, se visitó su tumba (en diversos lugares), se les
dedicaron encomios. La retórica en sus desafíos y amenazas al tirano,
junto con la profesión de fidelidad, ha inspirado muchas narraciones de
martirios.
7,11 Tres tiempos muy marcados: el don inicial, el sacrificio actual y la recompensa próxima.
7,14 Comienza el ataque verbal al
tirano en una frase ambigua: ¿Insinúa que resucitará, pero no para la
vida? Tal es la doctrina de Dn 12,2, que opone dos tipos de
resurrección; en cambio, el joven opone resucitar a no resucitar para la
vida.
SALMO. 17,1.5-6.8.15.
(Sal 7; 9-10)
1 Escucha, Señor, mi causa,
atiende a mi clamor,
presta oído a mi súplica;
que en mis labios no hay engaño.
5 son firmes mis pisadas;
en tus carriles
no vacilan mis pasos.
6 Yo te llamo porque me respondes,
inclina tu oído y escucha mi palabra.
8 Guárdame como a la niña de los ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme
15 Y yo por mi inocencia, veré tu rostro,
al despertar me saciaré de tu semblante.
Explicación.
17,1 "No hay engaño": aunque defensor y testigo de sí, merece fe.
17,5 Interpreto siguiendo el criterio del paralelismo.
17,6 Es clásica la correlación "llamar - responder"
17,8 "Como a la niña de los ojos" se
lee aquí, en Dt 32,10 y Eclo 17,22. De lo judicial se salta a lo
personal. Para el israelita el ojo es órgano del ver, sede del apreciar,
y ver la luz es símbolo de vivir. "La sombra de las alas" es corriente:
Sal 36,8; 57,2; 63,8 etc.
17,15 En cuanto a él, tiene otra
"saciedad", que es "contemplar el rostro" de Dios, en un extraño
banquete matutino. Una experiencia espiritual inefable recurre a
símbolos de relaciones humanas.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Los comentaristas antiguos dicen:
voz de Jesucristo en la pasión, de la Iglesia en la persecución. Y el
verso final lo aplican a la resurrección.
SEGUNDA LECTURA. 2 Tesalonicenses 2,16 -- 3,5.
16Y que ese mismo Señor nuestro,
Jesús Mesías en persona y Dios nuestro Padre, que nos ha amado tanto y
que graciosamente nos ha dado un ánimo indefectible y una magnífica
esperanza, 17os anime interiormente y os afiance en todo bien de palabra
y de obra.
3 1En fin,
hermanos, pedid por nosotros, para que el mensaje del Señor se propague
rápidamente y sea acogido con honor como entre vosotros.
2Pedid también que nos veamos libres de la gente malvada y sin
principios, pues no todos son de fiar; 3el Señor sí es de fiar y él os
afianzará y os guardará del malvado. 4El Señor nos da la certeza de que
cumplís y cumpliréis nuestras instrucciones; 5que el Señor os dirija
hacia el amor de Dios y la constancia del Mesías.
EXPLICACIÓN.
Acción de gracias. Los cristianos,
en cambio, salvados por la acción de Dios, conocen la verdad y practican
el bien. Consagración por el Espíritu. La adhesión al evangelio hace
participar de la gloria del Señor Jesús. Pablo anima a los
tesalonicenses a perseverar, y ora para que se vean confirmados en el
ánimo y la actividad para el bien (13-17).
El autor pide oraciones para cumplir
su misión y para que se propague el mensaje aun en medio de la
oposición. Confianza en que los tesalonicenses seguirán sus
instrucciones (1-5).
EVANGELIO. Lucas 20,27-38.
27 Se acercaron entonces unos saduceos, de esos que niegan la resurrección, y le propusieron
28 este caso:
- Maestro, Moisés nos dejó
escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos,
cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano".
29 Bueno, pues había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos.
30 El segundo,
31 el tercero y así hasta el séptimo se casaron con la viuda y murieron también sin dejar hijos,
32 finalmente murió también la mujer.
33 Pues bien, esa mujer, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos va a ser mujer, si ha sido mujer de los siete?
34 Jesús les respondió:
- En este mundo, los hombres y las mujeres se casan;
35 en cambio, los que han sido dignos de alcanzar el mundo futuro y la resurrección, sean hombres o mujeres, no se casan;
36 es que ya no pueden morir, puesto que son como ángeles, y, por haber nacido de la resurrección, son hijos de Dios.
37 Y que resucitan los muertos lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob".
38 Y Dios no lo es de muertos, sino de vivos; es decir, para él todos ellos están vivos".
EXPLICACIÓN
Vse. Mc 12,18-27. Los círculos del
poder económico y religioso (saduceos: sumos sacerdotes y senadores)
aparecen como radicalmente materialistas. No esperando otra vida, su
objetivo es pasar la presente en posición de privilegio, sin detenerse
ante la explotación del pueblo (19,46: "cueva de bandidos").