Primera Lectura: Éxodo 19,1-6
ÉXODO
1Aquel día, al cumplir tres meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí; 2saliendo de Rafidín llegaron al desierto de Sinaí y acamparon allí, frente al monte. 3Moisés subió hacia el monte de Dios y el Señor lo llamó desde el monte, y le dijo:
4Habla así a la casa de Jacob,
diles a los hijos de Israel:
Vosotros habéis visto
lo que hice a los egipcios,
os llevé en alas de águila
y os traje a mí;
5por tanto, si queréis obedecerme
y guardar mi alianza,
entre todos los pueblos
seréis mi propiedad,
porque es mía toda la tierra.
6Seréis un pueblo sagrado,
un reino sacerdotal.
Esto es lo que has de decir a los israelitas.
Explicación.
19,1-2 De nuevo tropezamos con la preocupación topográfica y cronológica del autor sacerdotal. En los supuestos tres meses han cabido los episodios o experiencias de la comida y bebida milagrosas, una victoria y un acto de organización interna.
19,3 Dice "el monte de Dios" dándolo por conocido. El genitivo indica que es lugar sagrado, dedicado a la divinidad. Quien habla es Yhwh.
19,4-9 Oferta inicial del Señor y primera aceptación, global, del pueblo (seguirán otras dos); Moisés como mediador. El discurso de Dios adopta un lenguaje poético, rítmico.
19,4 La fórmula "llevar / traer a la tierra" es fija y conocida. Al sustituir el término "tierra" por "hacia mí", el autor expresa certeramente el sentido personal de la alianza, el verdadero término de la gran peregrinación israelítica (y de toda peregrinación humana). Algo equivalente sucederá cuando se trate de volver del destierro: para volver a la patria hay que volver = convertirse al Señor. Dt 32,11 amplifica la imagen del águila con sus polluelos.
19,5 "Propiedad" es término económico aplicable a objetos y a esclavos; implica aquí la elección, la pertenencia especial que se destaca de la pertenencia universal. La imagen recurre en el cuerpo deuteronomístico (Dt).
19,6 La pertenencia a Dios lo traslada a la esfera sagrada (Jr 2,3): el pueblo entero queda consagrado y se acerca sacerdotalmente; véase Is 61,6. Pedro lo aplica a la Iglesia (1 Pe 2,5.9). Otros han traducido "regido por sacerdotes".
Salmo: 100,1-3.5
LIBRO DE LOS SALMOS.
1Vitorea al Señor, tierra entera,
2servid al Señor con alegría
entrad a su presencia aclamando.
3Sabed que el Señor es Dios,
él nos hizo y somos suyos,
pueblo suyo y ovejas de su aprisco.
5«EI Señor es bueno, su misericordia es eterna,
su fidelidad de edad en edad».
100 Himno con invitatorio ampliado y motivación simplificada. El invitatorio se articula en siete imperativos, de los cuales el central da contenido concreto a la alabanza. El último verso es el texto de la bendición. En un horizonte universal, de "la tierra entera" se coloca la elección de un rebaño. El contexto es cúltico, como una procesión de "entrada": "puertas, atrios, presencia".
100,2. "Servid" puede tener sentido genérico, venerar, o restringido, dar culto.
100,3. "Sabed" es imperativo raro: tiene el peso de reconocer. El complemento "nos" se estrecha al pueblo. "Nos ha hecho" físicamente por la bendición patriarcal de la fecundidad (Gn 12,2); políticamente, haciendo de una masa de esclavos una nación libre; religiosamente por la alianza.
100,5. "Bondad, fidelidad y lealtad" forman parte de la proclamación litúrgica, desde Ex 34,6 en adelante.
Transposición cristiana.
"Nos hizo" se puede ensanchar para que abarque a todos los hombres (Hch 17,26); se puede estrechar a la Iglesia como rebaño del buen pastor (Jn 10,12-16).
Segunda Lectura: Romanos 5,6-11
CARTA A LOS ROMANOS.
6Es que cuando aún nosotros estábamos sin fuerzas, entonces, en su momento, Jesús el Mesías murió por los culpables. 7Cierto, con dificultad se dejaría uno matar por una causa justa; con todo, por una buena persona quizá afrontaría uno la muerte. 8Pero el Mesías murió por nosotros cuando éramos aún pecadores: así demuestra Dios el amor que nos tiene.
9Pues ahora que Dios nos ha rehabilitado por la sangre del Mesías, con mayor razón nos salvará por él del castigo; 10porque si, cuando éramos enemigos, la muerte de su Hijo nos reconcilió con Dios, mucho más, una vez reconciliados, nos salvará su vida. 11Más aún, gracias a Jesús Mesías, Señor nuestro, que nos ha obtenido la reconciliación, estamos también orgullosos de Dios.
EXPLICACIÓN.
La promesa no es sólo palabras, está garantizada con la muerte de Jesús (6). La calidad del amor de Dios es tal, que se extiende también a los que están en contra suya (7-8). La muerte de Jesús expresa el amor de Dios al hombre; no existe, por tanto, un Dios irritado al que Cristo satisface. El amor que se manifiesta en Jesús es el mismo amor de Dios encarnado en él.
El amor de Dios continúa su obra; lo que ha empezado lo terminará. Toda inquietud está excluida, estamos en paz con Dios; su amor salvará del castigo, es decir, romperá el engranaje pecado-muerte. La vida de Jesús, comunicada a nosotros, es la salvación. Pablo abandona el concepto jurídico de rehabilitación, para usar la metáfora más íntima de reconciliación, que supone la relación Padre-hijo. Nace el nuevo orgullo, no de las propias obras, sino de tener tal Padre (9-11).
Evangelio: Mateo 9,36 -- 10,8
EVANGELIO DE MATEO. ÍNDICE.
936 Viendo a las multitudes, se conmovió, porque andaban maltrechas y derrengadas como ovejas sin pastor.
37 Entonces dijo a sus discípulos:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso,
38 rogad al dueño que mande braceros a su mies.
101 Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y curar todo achaque y enfermedad.
2 Los nombres de los doce apóstoles son éstos: en primer lugar, Simón, el llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago Zebedeo y su hermano Juan;
3 Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el recaudador, Santiago Alfeo y Tadeo,
4 Simón el fanático y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
5 A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
- No toméis el camino de los paganos ni entréis en ciudad de samaritanos;
6 mejor es que vayáis a las ovejas descarriadas de Israel.
7 Por el camino proclamad que está cerca el reinado de Dios,
8 curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. De balde lo recibisteis, dadlo de balde.
EXPLICACIÓN.
9,35 - 10,4. Nueva sección. Sumario de la actividad de Jesús (cf. 4,23) (35). Como ovejas sin pastor, cf. Nm 27,17; nadie se ocupa del pueblo. Situación desesperada. La petición al Padre (38) hará tomar conciencia de la necesidad. No hay en Mt institución de los Doce; representan al nuevo Israel, a todos los que han aceptado el programa de Jesús (5,3-10). Los capacita para vencer las resistencias al mensaje (10,1, espíritus inmundos). Las enfermedades, en relación con las ideologías contrarias al plan de Dios. Doce nombres: (2-4): no se explica el origen del sobrenombre "Pedro" (cf. 4,18). La lista incluye a Mateo, el recaudador (9,9): los pecadores y paganos se integran en el Israel mesiánico. La mayoría no han sido nombrados antes ni lo serán después: representan al pueblo anónimo que da su adhesión a Jesús. Simón el fanático, nacionalista exaltado, como Simón Pedro (8,14s). Judas Iscariote volverá a aparecer en la Pasión al traicionar a Jesús (26,14.25.47; 27,3).
Envío de "los Doce", es decir, del Israel mesiánico, que representa a todos los discípulos. Por el momento, misión limitada a Israel (26,13; 28,19; misión universal). Predicación igual a la de Jesús (4,17). Proclamación escueta de la buena noticia (4,17), acompañada de toda clase de señales (8,16; 9,35; 9,18-26; 8,2-4; 9,32s): liberar a los israelitas de las doctrinas que los tienen postrados y privados de vida. La idea de lucro ha de estar ausente (8): limpios de corazón (5,8).
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