Primera Lectura. Romanos 12,5-16.
5lo mismo nosotros, con ser muchos, unidos a Cristo formamos un solo cuerpo y, respecto de los demás, cada uno es miembro; 6pero con dotes diferentes, según el regalo que Dios nos haya hecho: si es el hablar inspirado, ejérzase en proporción a la fe; 7si es el servicio, dedicándose a servir; si es el que enseña, a enseñar; 8si es el que exhorta, a exhortar. El que contribuye, hágalo con esplendidez; el encargado, con empeño; el que reparte la asistencia, con simpatía.
9El amor, sin ficciones: aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. 10Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, rivalizando en la estima mutua. 11En la actividad no os echéis atrás; en el espíritu manteneos fervientes, siempre al servicio del Señor. 12Que la esperanza os tenga alegres, sed enteros en las dificultades y asiduos a la oración; 13haceos solidarios de las necesidades de los consagrados; esmeraos en la hospitalidad.
14Bendecid a los que os persiguen; bendecir, sí, no maldigáis. 15Con los que están alegres, alegraos; 16con los que lloran, llorad. Andad de acuerdo unos con otros; no penséis en grandezas, que os tire lo humilde; no mostréis suficiencia.
Explicación.
Dedicación sin pretensiones (3-8). Diversidad de dones dentro de la comunidad, que permiten diferentes servicios; éstos, por ser complementarios, le dan unidad y consistencia. El don de Dios a cada uno le indica su línea de servicio; debe tomarse en serio, pero sin atribuirle más importancia que la de su utilidad. El don particular de Pablo es ser apóstol de los paganos. Los dones señalan una tarea social.
El amor, principio de moral social (9,21). Consiste en el don de sí mismo y es característico de Dios; el cristiano lo conoce por experiencia (3-5). El amor es solidario (15) y modesto (16);
Salmo. 131,1-3.
1Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos altaneros;
no persigo grandezas
ni maravillas que me superan.
2Juro que allano
y aquieto mi deseo.
Como un niño en brazos de su madre
como un niño sostengo mi deseo.
3¡Espere Israel en el Señor,
ahora y por siempre!
Explicación.
131 Género y situación. Oración de confianza individual que se abre a la comunidad. Uno de los más breves e intimistas de salterio. La intimidad ha abolido circunstancias externas, ha fijado un momento perdurable. El orante se desdobla: mira hacia dentro y comunica al Señor lo que descubre. Se ha mirado con tal lucidez y honestidad, que se atreve a jurar ante Dios.
La comparación del niño y la madre o el padre se establece entre el deseo o aspiraciones y el yo maduro. Es comparación psicológica, no teológica. El deseo puede ser como un niño necesitado, caprichoso, débil y exigente, inquieto y sin juicio. Toca a la madre acogerlo con dominio blando, con decisión cariñosa. Toca al varón dominar y serenar su deseo, con juicio y comprensión. En un segundo momento se puede trasladar la comparación a la relación del hombre con Dios.
131,1 A manera de comentario pueden leerse textos sapienciales: Prov 16,18s; 30,13; Eclo 10,6-18; de los profetas Is 2,9-19. "Me superan": Job 42,3.
131,2 Mt 18,1-5 par.
131,3 Al aplicar la enseñanza a Israel, la experiencia individual se hace comunitaria y propone cuestiones graves. ¿Es la humildad virtud del individuo y no de la comunidad? ¿Es compatible el orgullo nacional con la confianza en Dios?
Transposición cristiana.
Un texto clásico sobre el hacerse niños se lee en Mt 18,3-5par. La humildad condición para recibir la revelación: Lc 10,21 s. Hay que repetir la pregunta final, dirigida a la Iglesia.
Evangelio. Lucas 14,15-24.
15 Al oír aquello, uno de los comensales le dijo:
- ¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!
16 Jesús le repuso:
- Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente;
17 a la hora del banquete mandó a su cridado a avisar a los convidados:
- Venid, que ya está preparado.
18 Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo:
- He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor.
19 Otro dijo:
- He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a prepararlas. Dispénsame, por favor.
20 Otro dijo:
- Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir.
21 El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de la casa, indignado, le dijo:
- Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, lisiados, ciegos y cojos.
22 El criado dijo:
- Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio.
23 Entonces el señor le dijo al criado:
- Sal a los caminos y senderos y aprémiales a entrar hasta que se llene la casa;
24 porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi banquete.
EXPLICACIÓN.
Un invitado expresa su deseo de participar en el banquete del mundo futuro (15); no sabe que el banquete del Reino y a se da en la comunidad de Jesús (5,29).
Respuesta, una parábola: los que van a gozar de ese banquete son los que él menos se espera; quienes ponen los propios intereses por encima del reino de Dios quedan excluidos de él (16-20). Los tres ejemplos resumen la respuesta de todos (18); los que viven para sí no aceptan la invitación 8cf. 8,14: "preocupaciones, riquezas, placeres"; 14,26.33; 18,24).
Indignación del dueño de la casa ante el desprecio. El designio divino de salvación universal (el reinado de Dios) se realizará aunque Israel, el primer invitado, lo rechace. Gratuidad absoluta: se invita entonces a los que no poseen nada, figura de los paganos (21). Como no se consideran dignos, han de ser persuadidos a entrar (23). Los primeros quedan excluidos definitivamente (13,25-30) (24).
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