PRIMERA LECTURA. Hechos 16,11-15.
HECHOS DE LOS APÓSTOLES. ÍNDICE.
11 Zarpando a Tróade navegamos derechos a Samotracia. Al día siguiente salimos para Neápolis
12 y de allí para la ciudad de Filipos, la principal colonia romana del distrito de Macedonia. En esta ciudad nos detuvimos unos días.
13 El sábado salimos a las afueras y fuimos bordeando el río hasta donde pensábamos que había un lugar de oración. Nos sentamos y nos pusimos a hablar a las mujeres que se habían reunido.
14 Cierta mujer de nombre Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que era adicta al judaísmo, estaba escuchando, y el Señor le abrió el corazón para que hiciera caso de lo que Pablo hablaba.
15 Cuando se bautizó con su familia, nos suplicó:
- Si estáis convencidos de que soy fiel al Señor, venid a hospedaros en mi casa.
Y nos obligó a aceptar.
EXPLICACIÓN.
11 - 15. El Espíritu los ha llevado derechos a Filipos, ciudad enteramente pagana, donde ni siquiera hay sinagoga (11s); los aparta del ambiente judío y de su nacionalismo. Pero Pablo no ha perdido la esperanza de encontrarse con sus connacionales: por eso elige el sábado para reunirse en un lugar de oración apartado (13a). La rec. occ. ., al utilizar una construcción impersonal ("donde parecía") no atribuye intencionalidad al grupo anónimo en la búsqueda de ese lugar de oración.
Mientras esta comunidad ideal se dedica a enseñar a un corro de mujeres paganas (13b), Pablo tiene como oyente asidua a otra mujer, Lidia, que no es natural de la ciudad y que encarna ("cierta mujer") a los paganos que simpatizan con la religión judía (14a); gracias a la intervención directa del Señor, ésta hace caso de las enseñanzas de Pablo (14b), se convierte y se bautiza (15a).
Se observa cierto paralelo entre esta escena y la de Emaús: los discípulos de Emaús obligaron a Jesús a quedarse con ellos, y éste les abrió los ojos para que comprendieran el sentido de las Escrituras sobre su mesianismo (Lc 24,29.31); el Señor abre ahora el corazón de Lidia para que comprenda el mensaje contenido en la predicación de Pablo, y ésta obliga al grupo ideal a quedarse en su casa para que confirme a la nueva comunidad creyente (15b). Las sucesivas intervenciones del Señor (recuérdese 5,19s; 8,26; 10,13ss; 11,7ss; 12,7ss; 11.17) tratan de salvar a Pablo de un fracaso rotundo, dada su buena fe.
SALMO. 149,1-6.9.
12 y de allí para la ciudad de Filipos, la principal colonia romana del distrito de Macedonia. En esta ciudad nos detuvimos unos días.
13 El sábado salimos a las afueras y fuimos bordeando el río hasta donde pensábamos que había un lugar de oración. Nos sentamos y nos pusimos a hablar a las mujeres que se habían reunido.
14 Cierta mujer de nombre Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que era adicta al judaísmo, estaba escuchando, y el Señor le abrió el corazón para que hiciera caso de lo que Pablo hablaba.
15 Cuando se bautizó con su familia, nos suplicó:
- Si estáis convencidos de que soy fiel al Señor, venid a hospedaros en mi casa.
Y nos obligó a aceptar.
EXPLICACIÓN.
11 - 15. El Espíritu los ha llevado derechos a Filipos, ciudad enteramente pagana, donde ni siquiera hay sinagoga (11s); los aparta del ambiente judío y de su nacionalismo. Pero Pablo no ha perdido la esperanza de encontrarse con sus connacionales: por eso elige el sábado para reunirse en un lugar de oración apartado (13a). La rec. occ. ., al utilizar una construcción impersonal ("donde parecía") no atribuye intencionalidad al grupo anónimo en la búsqueda de ese lugar de oración.
Mientras esta comunidad ideal se dedica a enseñar a un corro de mujeres paganas (13b), Pablo tiene como oyente asidua a otra mujer, Lidia, que no es natural de la ciudad y que encarna ("cierta mujer") a los paganos que simpatizan con la religión judía (14a); gracias a la intervención directa del Señor, ésta hace caso de las enseñanzas de Pablo (14b), se convierte y se bautiza (15a).
Se observa cierto paralelo entre esta escena y la de Emaús: los discípulos de Emaús obligaron a Jesús a quedarse con ellos, y éste les abrió los ojos para que comprendieran el sentido de las Escrituras sobre su mesianismo (Lc 24,29.31); el Señor abre ahora el corazón de Lidia para que comprenda el mensaje contenido en la predicación de Pablo, y ésta obliga al grupo ideal a quedarse en su casa para que confirme a la nueva comunidad creyente (15b). Las sucesivas intervenciones del Señor (recuérdese 5,19s; 8,26; 10,13ss; 11,7ss; 12,7ss; 11.17) tratan de salvar a Pablo de un fracaso rotundo, dada su buena fe.
SALMO. 149,1-6.9.
1¡Aleluya! Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza
resuene su alabanza
en la asamblea de los leales;
2festeje Israel a su Creador,
los Hijos de Sión a su Rey.
3Alabad su nombre con danzas,
tañendo para él panderos y cítaras;
3Alabad su nombre con danzas,
tañendo para él panderos y cítaras;
4porque el Señor ama a su pueblo
y corona con su victoria a los oprimidos.
5Que los leales celebren su gloria
y canten jubilosos desde sus lechos:
6en las gargantas vítores a Dios,
6en las gargantas vítores a Dios,
en las manos espadas de dos filos,
9Ejecutar la sentencia dictada
9Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus leales. ¡Aleluya!
Explicación.
149,2 "Creador" o hacedor de la nación. “Hijos de Sión": tiene un solo antecedente, JI 2,23. Creo que aquí denota a cuantos aman la causa de la ciudad: cfr. Is 66,8.10.
149,3 "Danzas": algunos imaginan una danza sacra de espadas (Ez 21,14-22), una pantomima cuyo texto, que va explicando la acción, es el salmo. Unos hacen de enemigos vencidos, otros fingen la ejecución; concluyen cantando la victoria.
149,4 Estos "oprimidos" quizá procedan de Sof 2,3.
149,5 "Celebren su gloria": semejante a Is 13,3. Creo que es enfático, "incluso en el lecho"; inspirado en Dt 6,7.
149,6 Recuerda Neh 4,11. El fervor religioso de la lucha se expresa en las arengas de los Macabeos: 1 Mac 1, 18s; 4,9-13; 9,44-47.
149,9 La ejecución del culpable puede ser competencia honorífica, como muestra Jue 8,20s.
Transposición cristiana.
Leyendo el aviso de Jesús a Pedro, Mt 26,52-54, vemos que las batallas del salmo tienen que transponerse a otro orden, p. ej. como lo propone Ef 6,12. El Espíritu en la lucha contra el mundo.
(Jn 15,26-16,15)
1526. Cuando llegue el valedor que voy a mandaros recibiéndolo del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio en mi favor.
27. Pero también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
16, 1. Os voy a decir esto para que no os vengáis abajo:
2. Os excluirán de la sinagoga; es más, se acerca la hora en que todo el que os dé muerte se figure que ofrece culto a Dios.
3. Y obrarán así porque no han conocido al Padre ni tampoco a mí.
4. Sin embargo, os dejo dicho esto para que, cuando llegue la hora de ellos, os acordéis de que yo os había prevenido.
No os lo dije desde el principio porque estaba con vosotros.
(Jn 15,26-16,15)
1526. Cuando llegue el valedor que voy a mandaros recibiéndolo del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio en mi favor.
27. Pero también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
16, 1. Os voy a decir esto para que no os vengáis abajo:
2. Os excluirán de la sinagoga; es más, se acerca la hora en que todo el que os dé muerte se figure que ofrece culto a Dios.
3. Y obrarán así porque no han conocido al Padre ni tampoco a mí.
4. Sin embargo, os dejo dicho esto para que, cuando llegue la hora de ellos, os acordéis de que yo os había prevenido.
No os lo dije desde el principio porque estaba con vosotros.
Explicación.
Antes ha prometido Jesús a los discípulos la permanencia en ellos del Espíritu de la verdad (14,17); ahora les anuncia la actividad del Espíritu en la misión (26); dará testimonio a favor de Jesús, condenado por el mundo. Dará ese testimonio dentro de la comunidad, asegurándola de la verdad de su mensaje y actuación. Se trata del testimonio profético, que confirma la experiencia interior y consolida la ruptura con el mundo. El testimonio ha de ser continuado por los discípulos (también vosotros). El enfrentamiento de Jesús con el mundo no va a terminar con su muerte; al contrario, va a multiplicarse por medio de los suyos. Estar con Jesús desde el principio, requisito para dar testimonio en cualquier época, significa aceptar como norma toda la vida de Jesús, sin separar al Jesús resucitado del Jesús terrestre, como en la tentación espiritualista que prescinde del compromiso.
Previene a los discípulos, para evitar su deserción en el futuro (16,1). Podría parecerles inexplicable verse combatidos por las instituciones religiosas. Jesús les anuncia que serán marginados por los que se llaman representantes de Dios e intérpretes de su voluntad (2). No sólo los marginarán, sino que llegarán a darles muerte. Las instituciones religiosas adoran a un dios que acepta como culto la muerte del hombre (se figure que ofrece culto a Dios). Si ése es su dios, son homicidas por esencia. De hecho, los máximos representantes de la institución religiosa judía han decretado ya la muerte de Jesús (11,53) y la de la comunidad representada por Lázaro (12,10).
Jesús libera a los suyos del respeto a las instituciones religiosas (3). Bajo su impresionante fachada se esconde un fraude, pues no conocen al Padre (5,37; 8,19.47.54s). El dios a quien ofrecen culto no es el verdadero (17,3), pues no está a favor del hombre (5,10; 9,24.29): es la antítesis del que se manifiesta en Jesús. Al vaciar a Dios de su propio ser, llenan su nombre con la proyección de sus propias ambiciones, que despliegan su capacidad destructora. De ahí el dios homicida (8,44). Este mundo injusto tendrá su hora (4), la de su triunfo aparente.
SÍNTESIS.
El vigor y la seguridad que la comunidad recibe de la acción del Espíritu se transmite a la misión. Grave peligro para las comunidades cristianas es querer dividir a Jesús, siguiendo, o bien a un Jesús hombre de acción, que sólo ha dejado su ejemplo, o bien a un Jesús glorioso, despegado de su existencia terrena. Jesús no es sólo ejemplo del pasado, sino, también y sobre todo, el salvador presente; pero tampoco es sólo objeto de contemplación y gozo, sino Mesías a quien seguir y en cuya obra hay que colaborar.
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