2 OPCIONES
1ª OPCIÓN.
Primera Lectura: 2 Pedro 1,2-7
2Crezcan vuestra gracia y paz por el conocimiento de Dios y de Jesús Señor nuestro.
3Su divino poder, al darnos conocimiento de aquel que nos llamó
con su divino esplendor y potencia, nos ha concedido todo lo necesario
para la vida y la piedad. 4Con eso nos ha concedido también los
inapreciables y extraordinarios bienes prometidos, que os permiten
escapar de la corrupción que el egoísmo causa en el mundo y participar
de la naturaleza de Dios. 5Precisamente por eso poned todo empeño en
añadir a vuestra fe la virtud, 6a la virtud el criterio, al criterio el
dominio propio, al dominio propio la constancia, a la constancia la
piedad, 7a la piedad el cariño fraterno, al cariño fraterno el amor.
EXPLICACIÓN.
1-7. Remitente y destinatarios, sin precisión geográfica (carta circular). Simón o Simeón , según los mss.; la forma hebrea/aramea “Simeón”, de sabor palestinense, sería un arcaísmo. Siervo y apóstol, cf. Rom 1,1. La fe común confiere a todos los cristianos la misma dignidad y los mismos privilegios; de nuestro Dios y Salvador Jesús Mesías, bajo
un solo artículo; cf. 1,11; 2,20; 3,2.18 (1). Saludo, cf. 1 Pe 1,2 (2).
El documento comienza como una carta, pero no mantiene este carácter;
de hecho no hay saludos finales.
Divino esplendor y potencia, piedad, son
expresiones que pertenecen a las religiones helenísticas (3). El autor
pone el elemento distintivo de la vida cristiana en la expectación de
una futura felicidad, que se obtiene observando determinada conducta. La
fe se concibe como una fuerte persuasión que dirige a la acción; se ve
la vida moral como una semilla que va creciendo mediante el esfuerzo; un
paso lleva a otro, y cada paso se da mediante la cooperación de la
voluntad humana con la divina. La serie de pasos que expone el autor
tiene mucha semejanza con el “progreso” estoico, aunque se encuentran
enumeraciones parecidas también en la literatura judía. Escapar de la corrupción y participar de la naturaleza de Dios era el ideal de muchas filosofías del mundo griego (4-8).
Salmo: 91,1-2.14-16
1Tú, que habitas al amparo del Altísimo
y te hospedas a la sombra del Omnipotente,
2di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti».
14Porque me quiere, lo pondré a salvo,
lo pondré en alto porque conoce mi nombre.
15Cuando me llame le responderé,
estaré con él en el peligro,
lo defenderé y lo honraré.
16Lo saciaré de largos días
y lo haré gozar de mi salvación.
EXPLICACIÓN.
91,1-2 La
sintaxis hebrea es extraña. Una alternativa al vocativo es leer el
participio como figura típica: "Quien habita". Cuatro nombres divinos se
aprietan en dos versos: Altísimo (Gn 14; en el salterio 21 veces),
Todopoderoso, traducción acostumbrada (favorito de Job), Yhwh (9a), Dios mío, que coloca a Yhwh en la categoría de los dioses personales. La cuaterna del Único contrasta las cuaternas hostiles que van a sobrevenir.
91,14-16 El
oráculo enuncia las relaciones mutuas de Dios con el orante. Para Dios
siete verbos, para el hombre tres. En el centro de la serie y sin verbo,
la fórmula escueta "Yo con él". El hombre: "quiere" con amor afectuoso;
"conoce" y reconoce el nombre y con él lo invoca. Dios: acciones
específicas son: "honrar", caso raro que Dios honre al hombre (1 Sm
2,30; Is 60,13); "hacer disfrutar". La última palabra del salmo es "mi
salvación".
Transposición cristiana.
El
tentador cita 11-12 para apoyar su propuesta: Mt 4,5s; Lc 4,9-11; lo
demoníaco se hace insinuante, se despoja de lo terrorífico. Pedro escoge
una de las máscaras y la identifica: 1 Pe 5,8-10.
Evangelio: Marcos 12,1-12
1Entonces se puso a hablarles en parábolas:
-Un
hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar, construyó
una torre para el guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de
su país.
2A
su tiempo envió a los labradores un siervo, para percibir de ellos su
tanto de la cosecha de la viña. 3Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo
despidieron de vacío. 4Entonces les envió otro siervo; a éste lo
descalabraron y lo trataron con desprecio. 5Envió a otro y a éste lo
mataron; y a otros muchos, a unos los apalearon, a otros los mataron.
6Uno le quedaba todavía, un hijo amado, y se lo envió el último,
diciéndose: «A mi hijo lo respetarán».
7Pero los
labradores aquellos se dijeron: «Este es el heredero; venga, lo matamos
y será nuestra la herencia». 8Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron
fuera de la viña.
9 ¿Qué hará el dueño de la viña? Irá a acabar con esos labradores y dará la viña a otros.
10¿No habéis leído siquiera este pasaje?:
La piedra que desecharon los constructores
se ha convertido en piedra angular,
11 Es el Señor quien lo ha hecho:
¡qué maravilla para los que lo vemos! (Sal 118,22-23)
EXPLICACIÓN.
(12,1-12):
Sin interrupción, la parábola, tomando pie de Is 5,1-7. Continúa la
infidelidad histórica de los dirigentes de Israel. La viña, símbolo del
pueblo elegido (Sal 80,9ss); 70S labradores, los dirigentes (1); el envío de los siervos, el de los profetas; el fruto, la
justicia y el derecho (Is 5,7) (cf. 12,31: el amor al prójimo como a sí
mismo). Con la opresión que ejercen, los dirigentes crean una sociedad
injusta y explotan al pueblo en propio provecho (cf. 11,17) (2-5). El
enviado final y decisivo es el Hijo amado (cf. 1,11; 9,7), el
Mesías; se proponen suprimirlo para excluir toda posibilidad de
liberación del pueblo y perpetuar su explotación (6-8). El asesinato del
Hijo provocará la destrucción de Israel como nación y de sus
instituciones; la elección y el reinado de Dios pasarán a los pueblos
paganos (9). Confirma lo anterior con la cita del Sal t 18,22s: metáfora
de la construcción: al desechar ellos al Mesías, Dios se formará un
nuevo pueblo (10-11). Miedo de los dirigentes a la multitud (12).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. 2 Macabeos 7,1-2.9-14
1Arrestaron
a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y
nervios para forzarles a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.
2Uno de ellos habló en nombre de los demás:
-¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la Ley de nuestros padres.
9Y estando para morir, dijo:
-Tú,
malvado, nos arrancas la vida presente. Pero cuando hayamos muerto por
su Ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.
10Después
se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en
seguida, y alargó las manos con gran valor. 11Y habló dignamente:
-De Dios las recibí, y por sus leyes las despreció. Espero recobrarlas del mismo Dios.
12El
rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los
tormentos. 13Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto.
14Y cuando estaba para morir, dijo:
-Vale
la pena morir a manos de los hombres cuando se espera que Dios mismo
nos resucitará. En cambio, tú no resucitarás para la vida.
Explicación.
Después
del anciano vienen otras dos generaciones: una madre con sus hijos,
hasta el menor; después del letrado, personaje oficial, una mujer
anónima, representando al pueblo.
El
martirio de una madre con sus siete hijos es un tema dramático para un
autor como el nuestro capaz de conmover a sus lectores. Además de ello,
es una figura significativa para oyentes judíos. Porque la madre del
pueblo es Sión, según la tradición profética. Sión es la madre de siete
hijos en Jr 15,9. El anonimato refuerza esta función simbólica.
Salmo. 124,2-5.7-8
2si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando unos hombres nos asaltaban,
3nos habrían tragado vivos,
ardiendo en cólera contra nosotros;
4nos habrían arrollado las aguas,
y el torrente nos llegaría al cuello.
5nos llegaría al cuello el agua espumeante.
7Salvamos la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió,
nosotros escapamos.
8Nuestro auxilio es el nombre del Señor
que hizo el cielo y la tierra.
Explicación.
124,1-2 Comienza de repente, de modo que el invitatorio retrasado interrumpe. Ocupan los puestos extremos Yhwh, Israel y "hombre".
124,5 Para la imagen léase Is 8,8 en su contexto.
124,7 Imagen de sapienciales: Prov 6,5; 7,23.
124,8 Casi repetición de Sal 121 ,2; ha cuajado como fórmula litúrgica.
Transposición cristiana.
Sobre el
peligro de fuego yagua véase Mt 17,15. Agustín pone el salmo en boca de
cristianos glorificados, especialmente de mártires.
Evangelio.Mateo 5,1-12
1 Al ver Jesús las multitudes subió al monte, se sentó y se le acercaron sus discípulos.
2 Él tomó la palabra y se puso a enseñarles así:
3 Dichosos los que eligen ser pobres,
porque ésos tienen a Dios por rey.
4 Dichosos los que sufren,
porque ésos van a recibir el consuelo.
5 Dichosos los sometidos,
porque ésos van a heredar la tierra.
6 Dichosos los que tienen hambre y sed de esa justicia,
porque ésos van a ser saciados.
7 Dichosos los que prestan ayuda,
porque ésos van a recibir ayuda.
8 Dichosos los limpios de corazón.
porque ésos van a ver a Dios.
9 Dichosos los que trabajan por la paz,
porque a ésos los va a llamar Dios hijos suyos.
10 Dichosos los que viven perseguidos por su fidelidad,
porque ésos tienen a Dios por rey.
11 Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de cualquier modo por causa mía.
12
Estad alegres y contentos, que grande es la recompensa que Dios os da;
porque lo mismo persiguieron a los profetas que os han precedido.
EXPLICACIÓN.
Multitudes judías y paganas. La actividad de Jesús rompe las fronteras entre los pueblos (4,25). Reacción de Jesús, subir al monte, lugar
de la presencia y actividad divinas. Va a promulgar el estatuto del
Reino, a definir la nueva alianza y a constituir el nuevo pueblo. Sube
al monte como Moisés y habla desde él como Dios: el Hombre-Dios.
"Pobres" (3), en la tradición judía, los pobres sociológicos; "eligen", lit.
"por el/su espíritu", que indica un acto interior del hombre, de
inteligencia, voluntad o sentimiento; en este contexto, de voluntad (=
decisión, opción). "Los pobres por propia decisión" = los que eligen ser pobres. Jesús mismo lo interpreta en 6,24 (opción entre Dios y el dinero). Tienen a Dios por rey (lit.
"de ellos es el reinado de Dios"), es decir, sólo con ellos actúa Dios
como rey. El reinado de Dios pone fin a la miseria; no carecerán de lo
necesario ni tendrán que someterse a otros para obtener el sustento
(6,25-34). Esta pobreza se opone al acumular y retener bienes (6,19-21) y
supone la disposición a compartir lo propio (6,22). Ésta es la buena
noticia a los pobres (Is 61,1; Mt 11,15).
Las tres bienaventuranzas siguientes contienen una promesa de liberación, efecto de la opción por la pobreza.
Los que sufren (4), alusión a Is 61,1 donde se trata de la opresión de Israel. Jesús anuncia el fin de la opresión para la humanidad entera.
Los sometidos (5),
según el texto de Sal 37,11: los que han perdido su independencia
económica y su libertad y tienen que vivir sometidos a los poderosos que
los han despojado. La tierra, universal: plena restitución de la libertad e independencia.
Esa justicia (6) condensa las dos bienaventuranzas anteriores: verse libres de la opresión, gozar de independencia y libertad.
Las tres bienaventuranzas siguientes definen la labor del grupo cristiano en medio de la sociedad.
Los que prestan ayuda (7), la misericordia expresada en obras.
Los limpios de corazón (8), cf. Sal 24,4, en paralelo con "el de manos inocentes": buena intención que se traduce en conducta sincera. Ver a Dios, la
experiencia constante de su presencia. No cuenta ya la pureza de la
ley, sino la del comportamiento, ni el encuentro con Dios en el templo
(Sal 24,3; 42,3.5; 43,3), sino en la vida.
La paz (9):
prosperidad, tranquilidad, derecho, justicia; en suma, la felicidad
individual y social. Condensa las dos bienaventuranzas anteriores. Tal
actividad hace al hombre semejante a Dios, por ser la misma que él
ejerce con los hombres. No relación de siervo a señor, sino de hijo a
Padre (cf. Os 2,1).
La última bienaventuranza (10) completa la primera (3) (ambas
en presente y con el segundo miembro igual). La persecución no es un
fracaso, y es consecuencia de la fidelidad a la opción inicial (5,3). La
sociedad, basada en la ambición de poder, gloria y riqueza, no la
tolera.
Las promesas de futuro (vv. 4-9) son efecto de la opción y
fidelidad presentes (vv. 3,10). Liberación progresiva de los oprimidos
por la existencia del grupo humano que opta contra los valores de la
sociedad y crea una alternativa.
Para los discípulos (11s) desarrolla la última bienaventuranza.
La sociedad ejercerá sobre ellos una presión más o menos cruenta. La
reacción ha de ser de alegría. Su recompensa será la experiencia
de que Dios reina sobre ellos. Con su modo de vivir, los discípulos
toman el puesto de los profetas de antaño: hacen visible una nueva
relación humana, que denuncia la injusticia existente.
LAS BIENAVENTURANZAS EXPLICADAS POR JUAN MATEOS.
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