2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
PRIMERA LECTURA. Colosenses 1,1-8.
1Pablo, apóstol del Mesías Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, 2a los consagrados que viven en Colosas, hermanos fieles en Cristo: Os deseamos el favor y la paz de Dios nuestro Padre.
3En nuestras oraciones damos constantemente gracias por vosotros a Dios, Padre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, 4desde que nos enteramos de vuestra adhesión al Mesías Jesús y del amor que tenéis a todos los consagrados. 5Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os tiene reservado, que conocisteis cuando llegó hasta vosotros la buena noticia, el mensaje de la verdad. 6Así es cómo va dando fruto creciente en el mundo entero, como ha ocurrido entre vosotros desde el día que la escuchasteis y comprendisteis de verdad lo generoso que es Dios; 7así lo aprendisteis de Epafras, nuestro querido compañero de servicio, fiel agente del Mesías para con vosotros; 8es el quien nos ha informado del amor que os inspira el Espíritu.
Explicación.
Remitentes (Pablo y Timoteo, cf. 2 Cor, Flp, Ef, 1 y 2 Tes, Flm) y destinatarios. Hermanos, modo de llamarse entre cristianos (cf. Rom 16,23; 1 Cor 1,1; 16,12; 2 Cor 8,18; 12,18). No se utiliza el término "iglesia/comunidad", sino consagrados y hermanos lo que da a la carta un tono de intimidad (cf. Rom, Ef, Flp); los consagrados, cf. Rom 1,7; 1 Cor 1,2; 2 Cor 1,1; Ef 1,1. Saludo: favor, la expresión del amor de Dios y de Jesús; paz, relación con Dios y con los hombres (1-2).
Exordio en forma de solemne acción de gracias (plural, de Pablo y Timoteo) a Dios (3). Motivos: la fe/adhesión, actitud del cristiano respecto a Dios y a Jesús Mesías/Salvador; el amor, su actitud hacia los hombres, en particular hacia los miembros de la comunidad cristiana, quienes, consagrados por el Espíritu, experimentan el amor del Padre y de Jesús y viven en el amor mutuo. La esperanza, fe en las promesas de Dios suscitada por el conocimiento del mensaje, sostiene la vida cristiana; Dios (os tiene reservado), lit, "en los cielos", perífrasis por el nombre divino (4-5). La propagación del evangelio/buena noticia nace de los frutos de fe y amor mutuo que se producen en las comunidades cristianas. Noticias que han llegado a Pablo. Epafras, cf. 4,12; agente, gr. diakonos, "servidor, ayudante, colaborador" (6-8).
SALMO. 52,10-11.
10pero yo, como verde olivo
en la casa de Dios,
he confiado en la lealtad de Dios
por siempre jamás.
11Te daré gracias siempre
porque has actuado;
espero en tu nombre, que es bueno,
delante de tus fieles.
EXPLICACIÓN.
52,10. "Como olivo": árbol característico del país y término de comparación: Jr 11,16; Os 14,7; Job 15,33. Que se encuentre en el ejemplo no es dato empírico: compárese con Sal 92,14.
Transposición cristiana.
Encontramos una imagen vegetal semejante en Mt 15,13; Y la imagen del olivo desarrollada en Rom 11, 17-24.
EVANGELIO. Lucas 4,38-44.
38 Dejó la sinagoga y entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba aquejada de fiebre muy alta, y le rogaron por ella.
39 Él, de pie a la cabecera, conminó a la fiebre y se le pasó. Levantándose en el acto, se puso a servirles.
40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos con las más variadas dolencias se los llevaron, y él, aplicándoles las manos a cada uno de ellos, los fue curando.
41 De muchos salían también demonios, gritando:
-¡Tú eres el Hijo de Dios!
Él les conminaba y no les permitía decir que sabían que era el Mesías.
42 Al hacerse de día salió y se marchó a un lugar despoblado. Las multitudes lo andaban buscando, dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
43 Él les dijo:
- También a las otras ciudades tengo que dar la buena noticia del reinado de Dios, pues para eso me han enviado.
44 Y anduvo predicando por las sinagogas del país judío.
EXPLICACIÓN.
Jesús sale del ámbito de la institución (sinagoga) y entra en otro fuera de ella (casa) (38). Primera mención de Simón. Aunque es sábado, le ruegan por la enferma: no se cuidan de las prescripciones legales. La fiebre, impedimento para el servicio o seguimiento de Jesús (22,26s). Sentido teológico: en relación con "el fuego"/juicio anunciado por el Bautista (3,9.16.17), en la línea de Elías (1 Re 18,20ss; 2 Re 1,8-12). La casa/familia de Simón, personificada en la suegra, representa un círculo exaltado, al margen de la institución, que espera un Mesías reformador y violento. Conminó (39), como al demonio en la sinagoga (35). Intento de Jesús de liberar a Simón de su vinculación con ese círculo.
Reacción de la ciudad ante lo ocurrido en la sinagoga. Esperan a que termine la obligación del precepto; aún están sometidos al legalismo (40). Gran anhelo de curación. Como antes en la sinagoga, los demonios intentan en vano atraer a Jesús a un mesianismo nacionalista (cf. Sal 2,7) (41).
Las curaciones provocan una gran popularidad de Jesús. Intento de acapararlo (42); contraste con Nazaret. Jesús no se deja arrastrar; su misión es universal. El reinado de Dios (43), contenido de la buena noticia, mencionado por primera vez. Las sinagogas del país judío (44): cf. 1,5; 7,17.
Estos episodios describen diversas manifestaciones del exclusivismo judío y el esfuerzo de Jesús por liberar al pueblo de esa ideología. El ciclo de actividad que comienza en 4,14 es programático para todo el Evangelio y resume de algún modo la línea de la actividad futura de Jesús.
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. 2 Corintios 4,1-2.5-7.
1Por eso, encargados de este servicio por misericordia de Dios, no nos acobardamos; 2al contrario, hemos renunciado a tapujos vergonzosos, dejándonos de intrigas y no falseando el mensaje de Dios; en vez de eso, manifestando la verdad, nos recomendamos a la íntima conciencia que tiene todo hombre ante Dios.5Porque no nos predicamos a nosotros, predicamos que Jesús Mesías es Señor y nosotros siervos vuestros por Jesús; 6pues el Dios que dijo: "Brille la luz sobre la faz de las tinieblas" (Gn 1,3) la ha encendido en nuestros corazones, haciendo resplandecer el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro del Mesías. 7Pero este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que esa fuerza tan extraordinaria es de Dios y no viene de nosotros.
Explicación.
La misión de Pablo nace de un encargo de Dios. No necesita de intrigas o falsedades para demostrarlo. Su autenticidad es su única recomendación (1-2).
No se puede usar el evangelio para buscar el propio beneficio, hay que predicar a Jesús, apoyándose en la experiencia interior (5). La luz, cuya existencia inauguró la creación (Gn 1,3), era símbolo de salvación para Israel (cf. Is 9,2); ahora, la salvación se encuentra en Jesús, Mesías/Salvador (6).
Son precisamente las tribulaciones y persecuciones que sufre, y que muestran su debilidad, las que prueban que Dios está con él. Vasijas de barro, posible alusión a Gn 2,7 (cf. Rom 9,21-23; 1 Cor 15,47) (7).
Salmo. 96,1-3.7-8.10
(Sal 98; Is 44-55)
1Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, la tierra entera;
2cantad al Señor, bendecid su nombre,
pregonad día tras día su victoria.
3Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
7Tributad al Señor, familias de los pueblos,
tributad al Señor gloria y poder.
8Tributad al Señor la gloria de su nombre,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
10Decid a los paganos: El Señor es rey:
él afianzó el orbe, y no vacilará;
él gobierna los pueblos rectamente.
Explicación.
96,1 Teóricamente, el canto es nuevo la primera vez que se canta, no cuando se repite. ¿Es nuevo un canto hecho de retazos usados? Creo que el autor se mueve con el espíritu de novedad que anima al profeta del destierro.
96,7-9 El autor toma los dos primeros versos del Sal 29, sustituyendo las "divinidades" por "familias de pueblos". Añade el tema del tributo y vasallaje y ensancha el horizonte a toda la tierra.
96,10 La segunda frase está tomada del Sal 93,1, la tercera falta en el paralelo 1 Cr 16,31; algunos suprimen ambas para que quede el clamor escueto.
Transposición cristiana.
Se pueden seguir dos pistas: el adviento y el reinado. Dejando la primera para el Sal 98, me fijo en la segunda. El Apocalipsis canta el reinado del Padre y de su Mesías: 11,15.17; 12,10-12; 19,6; véanse también 1 Cor 15,25; Col 1,13.
Evangelio. Lucas 22,24-30
24 Surgió además entre ellos una disputa sobre cuál de ellos debía ser considerado el más grande.
25 Jesús les dijo:
- Los reyes de las naciones las dominan, y los que ejercen la autoridad sobre ellas se hacen llamar bienhechores.
26 Pero vosotros, nada de eso: al contrario, el más grande entre vosotros iguálese al más joven, y el que dirige al que sirve.
27 Vamos a ver, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? El que está a la mesa, ¿verdad? Pues yo estoy entre vosotros como el que sirve.
28 Sois vosotros los que os habéis mantenido a mi lado en las tentaciones,
29 y yo os confiero la realeza como mi Padre me la confirió a mí.
30 Cuando yo reine, comeréis y beberéis a mi mesa y os sentaréis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
EXPLICACIÓN.
24-30 Los discípulos no han hecho el compromiso significado por la copa: siguen manifestando su deseo de grandeza (9,46-48) (24). Bienhechores (25), título que se asignaban algunos reyes helenistas. A diferencia de los reinos paganos, en el reino de Dios (sociedad alternativa) no hay lugar para el dominio (cf. 1 Sm 8,5) ni éste se considera un beneficio; se practica la igualdad y el servicio mutuo (26).
El más joven, que carecía de todo rango, opuesto al "anciano"/presbítero, institución judía (cf. 22,66: senadores = presbíteros/ancianos). El liderazgo se identifica con el servicio. Jesús pone como ejemplo su propio comportamiento (27); ante esto, no cabe invocar privilegios.
Las tentaciones (28) remiten a las del desierto (4,1-13), verificadas a lo largo de la vida pública. Aunque no aceptan la entrega del Hombre (9,22.44s; 18,31-34), los discípulos no han abandonado a Jesús. A esta lealtad responderá Jesús con el don de su propia realeza (la del Mesías/Ungido por el Espíritu, que hace hijos de Dios, 3,22), para que puedan participar en el banquete de su Reino (29).
Cuando yo reine (30), lit. "en mi Reino", el reinado de Dios ejercido en la tierra (cf. 5,24: autoridad de Jesús en la tierra, perdonando y dando vida; contraste con 22,25: dominio de los reyes de las naciones). El juicio se inaugurará con la muerte de Jesús: a lo largo de la historia, la respuesta de la comunidad creyente juzgará la actitud del Israel histórico que ha rechazado al Mesías, su rey (cf. 13,28-30; 14,24; 23,39-43).