2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Nehemías 2,1-8.
1Era el mes de marzo del año veinte del rey Artajerjes. Tenía el vino delante y yo tomé la copa y se la serví. En su presencia no debía tener cara triste. 2El rey me preguntó:
-¿Qué te pasa que tienes mala cara? Tú no estás enfermo, sino triste.
3Me llevé un susto, pero contesté al rey:
-Viva su majestad eternamente. ¿Cómo no he de estar triste cuando la ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas y sus puertas consumidas por el fuego?
4El rey me dijo:
-¿Qué es lo que pretendes?
5Me encomendé al Dios del cielo, y respondí:
-Si a su majestad le parece bien, y si está satisfecho de su siervo, déjeme ir a Judá a reconstruir la ciudad donde están enterrados mis padres.
6El rey y la reina, que estaba sentada a su lado, me preguntaron:
-¿Cuánto durará tu viaje y cuándo volverás?
Al rey le pareció bien la fecha que le indiqué y me dejó ir.
7Pero añadí:
-Si a su majestad le parece bien, que me den cartas para los gobernadores de Transeufratina, a fin de que me faciliten el viaje hasta Judá. 8Y una carta dirigida a Asaf, superintendente de los bosques reales, para que me suministren tablones para las puertas (de la ciudadela del templo), para el muro de la ciudad y para la casa donde me instalaré.
Explicación.
2,1-3 El miedo de Nehemías se expica por su cargo en general y por el carácter de Artajerjes en particular. Un cargo de confianza pendía del favor personal del monarca; el favorito podía en un momento caer en desgracia y hasta perder la vida (como en la historia de José). Los historiadores antiguos pintan a Artajerjes como rey caprichoso y voluble. Nehemías se presentaba al banquete quebrantando una regla de protocolo real. Recuérdese que Daniel y sus compañeros tenían que tener buen aspecto para presentarse al servicio del rey (Dn 1,10).
La escena da a entender relaciones bastante familiares del privado con el soberano. La primera frase del rey se podía interpretar como muestra del interés o como reproche. En el ton de Nehemías debió de percibir el reproche, que provocó el susto. En su respuesta no menciona la muralla: ?por cautela? También se calla el nombre de la ciudad sustituyéndolo por una relación afectiva.
2,7 La carta debía ser algo más que un simple salvoconducto; pero no contiene nombramiento alguno (vendrá más tarde).
2,8 No se trata de maderas preciosas, importadas por lo común del Líbano. El paréntesis parece adición, pues lo que interesaba eran los portones de la ciudad. Aquí Nehemías menciona la muralla.
Salmo. 137,1-6.
1Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos y lloramos
con nostalgia de Sión.
2En los sauces de su recinto
colgábamos nuestras Cítaras.
3Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar,
nuestros opresores a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión».
4¡Cómo cantar un canto del Señor
en tierra extranjera!
5Si me olvido de ti, Jerusalén
que se me olvide la diestra,
6que se me pegue la lengua al paladar
si no te recuerdo,
si no exalto a Jerusalén
como colmo de mi alegría.
Explicación.
137,1-2 Hay que imaginar el escenario apacible: cfr. Sal 46,20s; el recuerdo: cfr. Is 43,18s; el llanto: cfr. Lam 1,2.16.
137,3-4 Con mezcla de curiosidad por lo exótico y burla a los vencidos, les piden que sustituyan el llanto por "alegría". Pero los cantos de Sión son cantos en honor de Yhwh; Babilonia sigue siendo tierra extranjera.
137,5-6 Paralizados y mudos, como Ezequiel: Ez 3,25s. El olvido puede ser fuente de apostasía; ningún gozo supera al de la ciudad amada: cfr. Ez 24,25.
Transposición cristiana.
¿Es posible cristianizar este salmo? Sí, tomando Babilonia como hace el Apocalipsis y una larga tradición. Ya no es una nación y un imperio, sino signo de la ciudad opuesta a la Ciudad de Dios; y no coincide con un territorio geográfico, sino que coexiste con todas las sociedades y está dentro de cada hombre.
Evangelio. Lucas 9,57-62.
57 Mientras iban por el camino, le dijo uno:
- Te seguiré adondequiera que vayas.
58 Jesús le respondió:
- Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
59 A otro le dijo:
- Sígueme.
Él respondió:
- Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.
60 Jesús le replicó:
- Deja que los muertos entierren a sus propios muertos; tú vete a anunciar por ahí el reinado de Dios.
61 Otro le dijo:
- Te seguiré, Señor, pero permíteme despedirme primero de mi familia.
62 Jesús le contestó:
- El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el reino de Dios.
EXPLICACIÓN.
Los setenta. 57-62. Llamada. Cuando los mensajeros, discípulos procedentes del judaísmo, han fracasado en su misión precursora, se abre un nuevo horizonte de discipulado. Nuevos discípulos, en número de tres, como los primeros mencionados (5,8-11); estos anónimos tipifican el nuevo grupo, de procedencia samaritana.
El primero se ofrece espontáneamente y sin condiciones, mira al futuro (37); el Hombre, labor infatigable, desarraigo de todo (58). El segundo es invitado (59); el padre, figura de la tradición (vínculo con el pasado), muerta como los que se atienen a ella (cf. Mt 8,21) (69). El tercero se ofrece, pero se siente ligado a su ambiente (61: mi casa/familia, figura de Samaría): la opción por el Reino universal rompe con todo particularismo (62).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Isaías 66,10-14
10Festejad a Jerusalén,
gozad con ella, todos los que la amáis;
alegraos de su alegría
los que por ella llevasteis luto;
11mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.
12Porque así dice el Señor:
Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz;
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Mamaréis, os llevarán en brazos,
y sobre las rodillas os acariciarán;
13como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo.
14Al verlo se alegrará vuestro corazón
y vuestros huesos florecerán como un prado;
la mano del Señor se manifestará a sus siervos,
y su cólera, a sus enemigos.
Explicación.
66,7-14 Sin transición, se presenta el segundo cuadro de restauración (el primero en 65,17-25). Montado sobre una escena doméstica, consigue una contagiosa intensidad de sentimiento. Una madre, antes de lo esperado, da a luz; los vecinos y los demás hijos la felicitan; ella da el pecho; el marido le trae regalos y acaricia a las criaturas. El gozo es como savia que los hace crecer. Al llegar de improviso el gozo, todo son preguntas de sorpresa alborozada. El tema de la fecundidad, apuntado en 54,1, alcanza aquí su expresión culminante. Es una maravilla este nacer simultáneo de todo un pueblo, cuando tan trabajoso fue el nacimiento de los doce padres de las tribus (Gn 30) y uno costó la vida a la madre (Gn 35,16-21). Aquí todo es fácil, rápido, abundante.
66,9 En contraste véase Os 13,13.
66,1 Véase 60,16.
66,12 Paz: consuena con el nombre de la ciudad; véase Sal 122.
Salmo. 131,1-3
1Señor, mi corazón no es ambicioso
ni mis ojos altaneros;
no persigo grandezas
ni maravillas que me superan.
2Juro que allano
y aquieto mi deseo.
Como un niño en brazos de su madre
como un niño sostengo mi deseo.
3¡Espere Israel en el Señor,
ahora y por siempre!
Explicación.
131 Género y situación. Oración de confianza individual que se abre a la comunidad. Uno de los más breves e intimistas de salterio. La intimidad ha abolido circunstancias externas, ha fijado un momento perdurable. El orante se desdobla: mira hacia dentro y comunica al Señor lo que descubre. Se ha mirado con tal lucidez y honestidad, que se atreve a jurar ante Dios.
La comparación del niño y la madre o el padre se establece entre el deseo o aspiraciones y el yo maduro. Es comparación psicológica, no teológica. El deseo puede ser como un niño necesitado, caprichoso, débil y exigente, inquieto y sin juicio. Toca a la madre acogerlo con dominio blando, con decisión cariñosa. Toca al varón dominar y serenar su deseo, con juicio y comprensión. En un segundo momento se puede trasladar la comparación a la relación del hombre con
Dios.
131,1 A manera de comentario pueden leerse textos sapienciales: Prov 16,18s; 30,13; Eclo 10,6-18; de los profetas Is 2,9-19. "Me superan": Job 42,3.
131,2 Mt 18,1-5 par.
131,3 Al aplicar la enseñanza a Israel, la experiencia individual se hace comunitaria y propone cuestiones graves. ¿Es la humildad virtud del individuo y no de la comunidad? ¿Es compatible el orgullo nacional con la confianza en Dios?
Transposición cristiana.
Un texto clásico sobre el hacerse niños se lee en Mt 18,3-5par. La humildad condición para recibir la revelación: Lc 10,21 s. Hay que repetir la pregunta final, dirigida a la Iglesia.
Evangelio. Mateo 18,1-4
1 En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
- Vamos a ver, ¿quién es más grande en el reino de Dios?
2 El llamó a un criadito, lo puso en medio
3 y dijo:
- Os aseguro que si no cambiáis y os hacéis como estos chiquillos, no entráis en el reino de Dios;
4 o sea, que cualquiera que se haga tan poca cosa como el chiquillo éste, ése es el más grande en el reino de Dios;
EXPLICACIÓN.
1 - 4. Instrucción en la casa/comunidad (cf. 17,25). Los discípulos, según la mentalidad del judaísmo, suponen que en la comunidad hay diferencias de rango. Criadito, lit. "chiquillo", término de doble sentido, como en castellano: "jovencito", "pequeño servidor". No es una chiquillo cualquiera (3: estos chiquillos; 5: un chiquillo como éste/de esta clase), sino un sirviente. "Hacerse como chiquillos/servidores", renunciando a toda ambición personal (cf. 5,3; 16,24). La grandeza se juzga por criterios opuestos a los de la sociedad. No el que manda, sino el que sirve es el más grande. El chiquillo, modelo de discípulo; los que adoptan esta actitud en la misión (cf. 10,40), llevan consigo la presencia de Jesús.
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