Primera Lectura. 2 Corintios 3,15 -- 4,1.3-6
315No,
hasta hoy, cada vez que leen a Moisés un velo cubre sus mentes.
16"Pero, cuando se vuelva hacia el Señor, se quitará el velo" (Éx
34,34); 17ahora bien, ese Señor es el Espíritu, y donde hay Espíritu del
Señor, hay libertad. 18Y nosotros, que llevamos todos la cara
descubierta y reflejamos la gloria del Señor, nos vamos transformando en
su imagen con resplandor creciente; tal es el influjo del Espíritu del
Señor.
4 1Por
eso, encargados de este servicio por misericordia de Dios, no nos
acobardamos; 2al contrario, hemos renunciado a tapujos vergonzosos,
dejándonos de intrigas y no falseando el mensaje de Dios; en vez de eso,
manifestando la verdad, nos recomendamos a la íntima conciencia que
tiene todo hombre ante Dios.
3Pero, además, si la buena noticia que anunciamos sigue velada, es para
que los que se pierden, 4pues por su incredulidad el dios del mundo
este les ha cegado la mente y no distinguen el resplandor de la buena
noticia del Mesías glorioso, imagen de Dios. 5Porque no nos predicamos a
nosotros, predicamos que Jesús Mesías es Señor y nosotros siervos
vuestros por Jesús; 6pues el Dios que dijo: "Brille la luz sobre la faz
de las tinieblas" (Gn 1,3) la ha encendido en nuestros corazones,
haciendo resplandecer el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en
el rostro del Mesías.
EXPLICACIÓN.
Sin
velo (Éx 34,34), los cristianos pueden leer la Escritura y penetrar su
sentido. La obra del Espíritu. Espíritu del Señor o bien Espíritu que es
Señor, otra traducción posible, "tal es el influjo del Señor, que es
Espíritu", por oposición a Moisés, que representaba la letra/el código
(15-18).
La
misión de Pablo nace de un encargo de Dios. No necesita de intrigas o
falsedades para demostrarlo. Su autenticidad es su única recomendación
(1-2).
Sin
embargo, los intereses malvados de la sociedad hacen a los hombres
insensibles al evangelio y a la persona del Señor (3-4). No se puede
usar el evangelio para buscar el propio beneficio, hay que predicar a
Jesús, apoyándose en la experiencia interior (5). La luz, cuya
existencia inauguró la creación (Gn 1,3), era símbolo de salvación para
Israel (cf. Is 9,2); ahora, la salvación se encuentra en Jesús,
Mesías/Salvador (6).
Salmo. 85,9-14.
9Voy a escuchar lo que dice Dios:
el Señor propone* la paz
a su pueblo, a sus leales,
a los que recobran la esperanza.
10Ya se acerca su Salvación a sus fieles,
para que la Gloria habite en nuestra tierra.
11 Lealtad y Fidelidad se encuentran,
Justicia y Paz se besan;
12Fidelidad brota de la tierra,
Justicia se asoma desde el cielo.
13Pues el Señor dará la prosperidad
y nuestra tierra dará su cosecha.
14Justicia caminará delante de él
encaminando sus pasos.
Explicación.
85,9 Alguien en la asamblea escucha y comunica el
oráculo de respuesta (Sal 81.6c); sólo que Dios no toma la palabra en
primera persona. Por eso, los versos 10-14 podrían ser comentario
litúrgico. Es un mensaje "de paz": Dios los ha reconciliado. Se dirige a
un pueblo que responde con su "lealtad" a la lealtad divina y con su
"esperanza" a las promesas. "Recobran" o se convierten a la esperanza. *
O: anuncia.
85,10-14 Es una escena de transfiguración poética.
Definen el horizonte "cielo y tierra"; los personajes apenas se mueven;
Justicia aparece tres veces. Compárese esta escena con la de Is 32,16s.
¿Son cualidades divinas o virtudes humanas? Divina es Gloria, y acción
suya Salvación; las otras las posee ejemplarmente y se las comunica al
hombre para su bienestar íntegro.
85,10 "Está cerca": véase Is 56,1. La Gloria vuelve a habitar en el templo: se ha de entender sobre el fondo de Ez 10 Y 43.
85,11 Por la ley del paralelismo, los dos verbos se predican de todos los sujetos.
85,12 Señala la dimensión vertical y cósmica de la
escena. "Brotar" es imagen de ascendencia ilustre: léanse Is 45,8;
61,11, una cosecha de virtudes humanas.
85,13 La prosperidad abarca también el campo
material: Sal 72,16. Dios, el dador, da "el bien", que en el caso
presente es la lluvia; véase Is 55,10.
85,14 Ahí pudo terminar la escena, cuando
sobreviene algo inesperado: el Señor se pone en camino, y por delante,
abriéndole paso, avanza Justicia. El final es sorprendente: el Señor
cuya Gloria reside en el templo sigue caminando por la historia. Otros
corrigen y leen en el segundo hemistiquio paz o rectitud.
Transposición cristiana.
No encuentro en el NT una escena tan sugestiva,
pero encuentro dispersas todas las cualidades mencionadas. Véanse entre
otros muchos Rom 14,17; Heb 5,9; Lc 2,30. Algunos Padres aplican el v.
13 al nacimiento del Mesías.
Evangelio. Mateo 5,20-26.
20
porque os digo que, si vuestra fidelidad no se sitúa muy por encima de
la de los letrados y fariseos, no entráis en el reino de Dios.
21 Os han enseñado que se mandó a los antiguos: "No matarás (Éx 20,13), y si uno mata será condenado por el tribunal".
22 Pues yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será
condenado por el tribunal; el que lo insulte será condenado por el
Consejo; el que lo llame renegado será condenado al fuego del quemadero.
23 En consecuencia, si yendo a presentar tu ofrenda
al altar, te acuerdas allí de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja tu ofrenda allí, ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; vuelve entonces y presenta tu ofrenda.
25 Busca un arreglo con el que te pone pleito,
cuanto antes, mientras vais todavía de camino; no sea que te entregue al
juez, y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que no pagues el último cuarto.
EXPLICACIÓN.
Fidelidad
(20) en calidad y totalidad: es insuficiente el legalismo, como queda
claro en el desarrollo subsiguiente (5,21-6,18), se requiere una nueva
actitud, pero el discípulo no puede ser negligente. La puerta para
entrar en el Reino es la primera bienaventuranza (5,3), que crea la
nueva actitud: a ella se refiere esta fidelidad.
21
- 26. Jesús ataca la concepción de la Ley mantenida por los
letrados. Seis antítesis. No pretende radicalizar la Ley de Moisés,
sino, frente a ella, sacar las consecuencias que derivan de un principio
mucho más exigente: el bien del hombre y la sociedad de amor mutuo.
No basta abstenerse de la acción (matar), la actitud (estar peleado) (22) merece ya el juicio. Se manifiesta en el insulto; cuando llega a excluir al otro del propio trato (renegado), merece
la pena definitiva, simbolizada por la destrucción del fuego. La buena
relación con los hombres tiene precedencia sobre la relación con Dios
expresada en el culto (23s). Cuando no se ataja la discordia, sus
efectos pueden ser extremos (25).