Primera Lectura. Deuteronomio 18,15-20.
15>>Un profeta de los tuyos, de tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios; a él le escucharéis.
16>>Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea: "No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio para no morir".
17>>El Señor me respondió: "Tienes razón. 18Suscitaré un profeta de entre tus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca y les dirá lo que yo le mande. 19A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. 20Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá".
Explicación.
18,15 Con la palabra "profeta" en posición enfática comienza el contraste, lo distintivo de Israel. Aunque existió algo semejante a los profetas en otras culturas, nada se puede comparar ni de lejos al cuerpo profético que conservamos de Israel. El profeta surge en el seno de la comunidad, por intervención directa de Dios. Al decir Moisés "como yo", el autor le asigna un puesto único; tanto que en tiempos posteriores se leyó este verso como anuncio escatológico de un profeta individual. Hch 3,22.
18,16-19 El autor enlaza la institución profética con una tradición mosaica, y lo interpreta democratizándolo: fue iniciativa del pueblo asustado, que el Señor aceptó y sancionó. Con lo cual se relaciona el origen del profetismo con la alianza y se hace Moisés su prototipo.
18,16 Dt 5,17.
18,17 Jr 1,9; Ez 3,1-10.
18,19 Ez 33,4.
18,20 No sólo es el profeta elegido y enviado de Dios, sino que cada oráculo lo recibe directamente y no lo puede inventar. A veces tendrá que esperar (Jr 42; Hab 2). La gran confrontación de Jeremías con Ananías (Jr 28) puede ilustrar este verso.
Salmo. 95,1-2.6-9.
(Heb 3,7-4,10)
1Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
2entremos a su presencia con acción de gracias,
vitoreándolo al son de instrumentos.
6Entrad, doblegados rindamos homenaje
bendiciendo al Señor, Creador nuestro.
7Que él es nuestro Dios y nosotros su pueblo,
el rebaño de su aprisco.
¡Ojalá le hagáis caso hoy!:
8«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de la prueba en el desierto:
9cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mi acción.
Explicación.
95,1-2 Invitatorio primero. Se pone en marcha la procesión entre gritos, aclamaciones y música.
95,6-7a Invitatorio segundo. Entrada y homenaje al "Hacedor" del pueblo: Is 27,7; 44,2; 51,13 etc.), y pastor del "rebaño": Sal 74,1; 79,13; 100,3.
95,7b Una voz invita a escuchar "hoy" un mensaje actualizado.
95,8-9 Por la etimología, Meribá suena a Fuente del careo, Masá, a someter a prueba; compárese con Dt 33,8.
Transposición cristiana.
Nos la da hecha el comentario de Heb 3,7-4,11, aplicado a la situación cristiana.
Segunda Lectura. 1 Corintios 7,32-35.
32Querría además que os ahorraseis preocupaciones. El soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando complacer al Señor. 33El casado, en cambio, se preocupa de los asuntos del mundo, buscando complacer a su mujer, 34y tienen dos cosas en qué pensar. La mujer sin marido y la joven soltera se preocupan de los asuntos del Señor, para dedicarse a él en cuerpo y alma. La casada, en cambio, se preocupa de los asuntos del mundo, buscando complacer al marido. 35Os digo estas cosas para vuestro bien personal, no para echaros el lazo. Miro al decoro y a una adhesión al Señor ininterrumpida.
Explicación.
Para la actividad cristiana es más ventajoso el celibato, pero éste no puede convertirse en una regla general (32-35).
Evangelio. Marcos 1,21-28.
21ª Y fueron a Cafarnaún.
En la sinagoga de Cafarnaún: Enseñanza. Oposición del fanático nacionalista (Lc 4,31-37)
21b El sábado entró en la sinagoga e inmediatamente se puso a enseñar. 22Estaban Impresionados de su enseñanza pues les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los letrados.
23Estaba en aquella sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo e inmediatamente empezó a gritar:
24--¿Qué tienes tú contra nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruimos? Sé quién eres tú, el Consagrado por Dios.
25 -Jesús le conminó:
-¡Cállate la boca y sal de él!
26 El espíritu inmundo, retorciéndolo y dando un alarido, salió de él. 27Se quedaron todos ellos tan desconcertados que se preguntaban unos a otros:
-¿ Qué significa esto? j Un nuevo modo de enseñar, con autoridad: incluso da órdenes a los espíritus inmundos y le obedecen!
28Su fama se extendió inmediatamente por todas partes, llegando a todo el territorio circundante de Galilea.
Explicación.
Contacto con los israelitas integrados en la institución religiosa, que aceptan la doctrina oficial, nacionalista y particularista, transmitida por los letrados (obstáculo para la universalidad del reinado de Dios). En la enseñanza de Jesús se percibe la fuerza del Espíritu (con autoridad, cf. 1,14); ésta pone en entredicho ante el pueblo la autoridad institucional de los letrados (22). Jesús libera de la dependencia de la enseñanza oficial. Caso extremo, el poseído; espíritu inmundo (en oposición a «Espíritu Santo»), fuerza que aliena y despersonaliza; en Mc, ideología contraria al plan de Dios; poseído ,= hombre enteramente alienado por la adhesión fanática a esa ideología; sale en defensa de los letrados/institución (24). Nazareno: debería profesar las ideas nacionalistas (cf. 1,9); tienta a Jesús (primera vez que se realiza la tentación de Satanás, cf. 1,13) para que acepte el papel de Mesías nacionalista (24: el Consagrado por Dios). Jesús lo corta en seco y lo libera de su fanatismo (25-26). Desconcierto general: no acepta el papel de Mesías, pero no ha propuesto otro programa. Conexión entre la enseñanza nueva y la expulsión (27). La fama de Jesús prepara su actividad posterior (28).
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