2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
PRIMERA LECTURA. Números 11,4-15.
Quejas del pueblo y de Moisés (Éx 5,22s; 16).
4La masa que iba con ellos estaba hambrienta, y los israelitas se pusieron a llorar con ellos diciendo:
5-¡Quién nos diera carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, y de los pepinos, y melones, y puerros, y cebollas, y ajos. 6Pero ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná. 7(El maná se parecía a semilla de coriandro, con color de bedelio; 8el pueblo se dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban en el almirez, lo cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. 9Por la noche caía el rocío en el campamento y encima de él el maná).
10Moisés oyó como el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su tienda, provocando la ira del Señor, y disgustado 11dijo al Señor:
-¿Por qué maltratas a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este pueblo? 12¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz para que me digas: "Toma en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y llévalo a la tierra que prometí a sus padres?
13¿De dónde sacaré carne para repartirla a todo el pueblo? Vienen a mi llorando: Danos de comer carne. 14Yo sólo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas. 15Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas.
Explicación.
11,4-6. Esta "masa" aparecía ya en Éx 12,38. La queja de los israelitas continúa la serie de Éx 14; 15,23-25; 17,2-7; y seguirá con más casos. La queja supone que no disponen de rebaños. La dieta egipcia está exactamente descrita.
11,7-9. La descripción del maná no coincide con la de Éx 16,31. Según Éx 16,21, el calor solar lo disolvía; aquí el calor del fuego lo cuece. Otros textos lo llaman "grano celeste" (Sal 78,24) o "pan celeste" (Sal 105,4); léase el desarrollo de Jn 6. Quienes buscan una explicación realistas del fenómeno lo identifican con unas excrecencias veraniegas del tamarisco.
11,11-15. La súplica de Moisés es admirable por la intimidad que delata. Es queja amorosa y audacia comedida. El Señor maltrata a un siervo que le ha servido fielmente, y el amo sale perdiendo. El siervo no alcanzará el favor esperado (Éx 33,12.13.16). El pueblo es una carga impuesta por Dios, no escogida ambiciosamente por Moisés.
Moisés no está obligado a llevar la carga; no es él la madre del pueblo ni la nodriza. ¿Quién es la madre? A ella toca alimentar al pueblo niño, aunque sea caprichoso; que muestre en ello su cariño. Sobre la imagen materna véanse Is 49,22s y 66,12. Aunque la imagen materna no se suele aplicar a Dios, él ha llevado al pueblo (Éx 19,4; Dt 32,11). Además, Moisés no puede llevarlo, porque no tiene fuerzas para ello: el pueblo llora, siempre descontento.
Aplastado por el peso de la responsabilidad, pide por favor que Dios lo haga morir (cfr. Elías; 1 Re 19,4; Jonás: Jon 4,3).
SALMO. 81,12-17.
12Pero mi pueblo no me hizo caso,
Israel no me obedeció.
13Los entregué a su corazón obstinado
para que siguieran sus antojos.
14Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mis caminos.
15Yo humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios.
16Los que aborrecen al Señor te adularían
y su suerte quedaría fijada.
17Te alimentaría con flor de harina,
te saciaría de miel silvestre.
Explicación.
81,11-12 La fórmula "Yo soy Yhwh tu Dios" se lee solamente aquí y en los dos decálogos: Ex 20 y Dt 5.
81,13 "Obstinado": el sustantivo es especialidad de Jr. Abandonar al rebelde a su capricho y obstinación es el castigo más grave imaginable.
81,14-17 Como paralelo de estos versos finales, léase Is 48,17-19.
81,15 "Humillar", doblegar: Dt 9,3; Jue 4,23; Neh 9,24.
81,16 "Adular" como expresión de servilismo, como en Sal 18,45; 66,3. El segundo hemistiquio es a la letra "su hora (final) (sería) definitiva".
81,17 Compárese con los siete productos de Dt 32,13s.
Transposición cristiana.
También la Iglesia sufre la tentación de encasillar grandes mensajes en ceremonias litúrgicas, neutralizando su fuerza. El mensaje nuevo, desconocido, de Jesús (Jn 3,11 s) debe conservar siempre su novedad y extrañeza. A propósito del v. 13 citan varios Padres Rom 1,24.26.28.
EVANGELIO. Mt 14,13-21
13 Al enterarse Jesús, se marchó de allí en barca a un sitio tranquilo y apartado. Las multitudes lo supieron y lo siguieron por tierra desde las ciudades.
14 Al desembarcar vio Jesús una gran multitud, se conmovió y se puso a curar a los enfermos.
15 Caída la tarde se acercaron los discípulos a decirle:
- Estamos en despoblado y ya ha pasado la hora; despide a las multitudes, que vayan a las aldeas y se compren comida.
16 Jesús les contestó:
- No necesitan ir; dadles vosotros de comer.
17 Ellos le replicaron:
- ¡Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces!
18 Les dijo:
- Traédmelos.
19 Mandó a las multitudes que se recostaran en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos a su vez se los dieron a las multitudes.
20 Comieron todos hasta quedar saciados y recogieron los trozos sobrantes: doce cestos llenos.
21 Los que comieron eran hombres adultos, unos cinco mil, sin mujeres ni niños.
Explicación.
Jesús no enseña a las multitudes, ciegas y sordas para el mensaje (13,14s), pero les demuestra su amor (curaciones). Los discípulos, insolidarios (15); comprar, someterse a las leyes económicas de la sociedad que los ha mantenido en la miseria. Jesús opone dar (16), los discípulos han de compartir con la gente. Cinco más dos = siete, totalidad del alimento disponible. Recostarse (19), la postura de los hombres libres. La bendición desvincula el pan de sus poseedores humanos para considerarlo don de Dios; repartir el alimento, continuar la generosidad divina. Se saciaron (cf. 5,6; liberación de los oprimidos). Doce cestos de sobras: compartiendo, se saciaría el hambre de Israel. Éxodo del Mesías. No solución milagrosa (4,3s), sino solidaridad. La escena prepara la eucaristía: el pan expresa el don de sí mismo.
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Ezequiel 3,17-21
17-Hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. 18Si yo digo al malvado que es reo de muerte y tú no le das la alarma -es decir, no hablas poniendo en guardia al malvado para que cambie su mala conducta y conserve la vida-, entonces el malvado morirá por su culpa y a ti te pediré cuentas de su sangre. 19Pero si tú pones en guardia al malvado, y no se convierte de su maldad y de su mala conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida. 20Y si el justo se aparta de su justicia y comete maldades, pondré un tropiezo delante de él y morirá; por no haberlo puesto en guardia, él morirá por su pecado y no se tendrán en cuenta las obras justas que hizo; pero a ti te pediré cuenta de su sangre. 21Si tú, por el contrario, pones en guardia al justo para que no peque, y en efecto no peca, ciertamente conservará la vida por haber estado alerta, y tú habrás salvado la vida.
Explicación.
3,16-21 En el capítulo 18 y sobre todo en el 33 se describe la responsabilidad del profeta en términos de una casuística rigurosa: destruida la ciudad santa y perdida la esperanza, el profeta apela a la responsabilidad de cada individuo.
El editor del libro quiso presentar esa característica ya al principio de la obra, como explicando su vocación. Para ello copió y adaptó algunos versos del ca. 33 (que veremos en su lugar). Así resulta que el v.16 queda separado de 4,1.
Salmo. 117,1-2
(Rom 15,11)
1 Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
2porque la lealtad del Señor
puede más que nosotros
y la fidelidad del Señor es perpetua.
Explicación.
117 El salmo más breve del salterio. Un himno completo. Algunos han preguntado si era una antífona aplicable a otros salmos, o el esquema para un desarrollo libre. Un dato es llamativo: la motivación es nacional, "nosotros", la invitación es universal. ¿Es legítima y convincente la invitación? Pablo lo cita en Rom 15,11 para subrayar el alcance universal del mensaje evangélico.
Evangelio. Mateo 9,35 -- 10,1
935 Recorría Jesús todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la buena noticia del Reino y curando todo achaque y enfermedad.
36 Viendo a las multitudes, se conmovió, porque andaban maltrechas y derrengadas como ovejas sin pastor.
37 Entonces dijo a sus discípulos:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso,
38 rogad al dueño que mande braceros a su mies.
101 Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y curar todo achaque y enfermedad.
Explicación.
Nueva sección. Sumario de la actividad de Jesús (cf. 4,23) (35). Como ovejas sin pastor, cf. Nm 27,17; nadie se ocupa del pueblo. Situación desesperada. La petición al Padre (38) hará tomar conciencia de la necesidad. No hay en Mt institución de los Doce; representan al nuevo Israel, a todos los que han aceptado el programa de Jesús (5,3-10). Los capacita para vencer las resistencias al mensaje (10,1, espíritus inmundos).
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