martes, 26 de agosto de 2025

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 27 DE AGOSTO DEL 2025

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. 1 Tesalonicenses 2,9-13.

1 CARTA A LOS TESALONICENSES.

9Recordad si no, hermanos, nuestros sudores y fatigas; trabajando día y noche para no ser una carga para nadie, proclamamos entre vosotros la buena noticia de Dios.
                   10Vosotros sois testigos, y Dios también, de lo impecable, honrado y sin tacha que fue nuestro proceder con vosotros los creyentes, 11sabéis perfectamente que tratamos con cada uno de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos, 12exhortando, con tono suave o enérgico, a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su Reino y gloria.
                   13Ésa es precisamente la razón por la que damos gracias a Dios sin cesar; que al oírnos predicar el mensaje de Dios, no lo acogisteis como palabra humana, sino como lo que es realmente, como palabra de Dios, que despliega su energía en vosotros los creyentes;

Explicación.

No vivieron a costa de la comunidad (cf. 2 Cor 11,5-15) (9).

                Apela al recuerdo de los tesalonicenses. Honradez de los misioneros (10); su interés por cada uno en particular; educación en el modo de vivir cristiano, para responder a Dios, que los ha llamado a constituir una sociedad nueva (su Reino, cf. Col 1,13) donde él manifiesta su presencia (su gloria) (11-12).

                Continúa la acción de gracias (cf. 1,2). La prueba de la autenticidad de su predicación fue que los tesalonicenses no la acogieron como palabra humana (alude quizá a los filósofos, predicadores o charlatanes ambulantes, numerosos en la época), sino como palabra de Dios, al tener la experiencia de la fuerza del mensaje (13).  

SALMO. 139,7-12.

7¿Adónde me alejaré de tu aliento?,
¿adónde huiré de tu presencia? 
8Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, ahí estás. 
9Si me traslado al ruedo de la aurora
o me instalo en el confín del mar, 
10allí se apoya en mí tu izquierda
y me agarra tu derecha.
11Si digo: que me sorba la tiniebla,
que luz se haga noche en tomo a mí, 
12tampoco la oscuridad es oscura para ti, 
la noche es clara como el día:
da lo mismo tiniebla o luz. 
Explicación.

139,7-12 Las polaridades de esta segunda sección son: aurora / poniente, oscuridad / luz, noche / día. Dios está imaginado en un lugar central, definido por su "aliento" y su "rostro", mientras sus dos manos abarcan simultáneamente los dos extremos del horizonte.
139,7 El "aliento" esta imaginado en su emisión vital, no como el de Gn 1: cfr. Sal 63,9. El "rostro" sugiere la manifestación inmediata, la presencia próxima: cfr. Sal 51,12. "Huida" como la de Jonás.
139,8 Cielo y abismo son dos lugares extremos, en los que se halla la pura presencia invariable de Dios: Am 9,2s. Imagina el seol como inmenso dormitorio donde el hombre tiende su lecho: Job 17,13; 21,26. La presencia del Señor en el seol contradice las creencias de Mesopotamia y algunas concepciones bíblicas que declaran a Yhwh extraño al mundo de los muertos: véase Eclo 16,18s.
139,9 La palabra hebrea significa alas, ruedo de un manto, haldas de un vestido; el ruedo es más apto para imaginar la aurora. "El mar", se entiende el Mediterráneo.
139,11-12 "Sorba": tomando shup como variante de sha'ap . Describe la sensación de verse absorbido por la oscuridad que avanza, envuelto en la oscuridad que suplanta a la luz: véanse Eclo 23,18s; Job 31,21. La mirada de Dios trasciende la distinción humana y cósmica de luz y tinieblas. 
 Transposición cristiana.

Sobre el Dios incomprensible: Rom 11,33; 1 Cor 2,10. Por la encarnación y redención, el misterio de Dios se vuelve más claro, y más profundo. La liturgia ha aplicado la polaridad sentarse / levantarse a la muerte y resurrección de Cristo.
EVANGELIO. Mateo 23,27-32.
27 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muerto y podredumbre;
28 lo mismo vosotros: por fuera aparentáis ser hombres justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y de iniquidad.
29 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos,
30 diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! 
31 Con esto atestiguáis, en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. 32¡Pues colmad vosotros la medida de vuestros padres!

Explicación.

Bajo una apariencia respetable, corrupción (27-28). Canonizan a los profetas, siendo herederos de los que los asesinaron (29-32).

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Eclesiástico 26,1-4.13-16
La mujer buena

1Dichoso el marido de una mujer buena:
se doblarán los años de su vida.
2Mujer hacendosa hace engordar al marido,
y lo hará feliz toda su vida.
3Mujer buena es buen partido
que recibe el que teme al Señor:
4sea rico o pobre, estará contento
y tendrá cara alegre en toda sazón.

La mujer buena

13Mujer hermosa deleita a su marido, 
mujer prudente lo robustece; 
14mujer discreta es don del Señor:
no se paga un ánimo instruido; 
15mujer recatada duplica su encanto:
no tiene precio un ánimo dueño de sí. 
16El sol brilla en el cielo del Señor,
la mujer bella en su hogar bien arreglado; 

Explicación.

26,1-4 La visión negativa no es lo último: aunque más breve, esta estrofa quiere contrarrestar lo anterior. El original adopta una posición enfática:, "Mujer buena: ¡dichoso su marido!"; véase Prov 12,3; 18,22.

26,1 Duplicar los años se opone en cierto modo al tener que morir de la estrofa precedente, y es una de las bendiciones fundamentales, muy frecuente en la predicación deuteronómica, p. ej. Dt 5,16.33; 6,2; 11,9; 22,7; 25,15.

26,2 El título encabeza el poema alfabético al ama de casa, Prov 31 ,10-31. La paz es otra bendición fundamental de Dios.

26,3 El camino para conseguir tales bendiciones es temer al Señor. Se opone a 25,19.

26,4 En oposición a 25,23. Otro modo de decir que vale más que la riqueza, Prov 31,10.

26,13-18 Nueva alternancia, para describir a la mujer buena y hermosa. Ambas cualidades aparecen reunidas en el conjunto de los seis versos: primero en paralelismo, después dando preferencia a cualidades morales, finalmente, exaltando la belleza.

26,13-15 Tres virtudes sapiencia les: prudencia, discreción, instrucción. La belleza está aquí más valorada que en Prov 31,30, sin que alcance el valor sumo.

26,16-18 La mujer hermosa se compara a lo más noble y luminoso en la 
naturaleza y el culto: en su casa irradia luz y orden, su figura tiene algo de sagrado, es una fantasía de riqueza esplendente. Hay que recordar lo que el autor sabe decir del sol y del culto en los últimos capítulos del libro, para apreciar el valor de estos tres versos; también se puede recordar la belleza masculina del sol en Sal. 

Compárese el v. 18 con Sal 144,12. 26,19-27 Diez versos de exhortación que insisten en los mismos temas y oposiciones; se leen en algunos manuscritos griegos.

Salmo. 131,1-3
1Señor, mi corazón no es ambicioso 
ni mis ojos altaneros;
no persigo grandezas
ni maravillas que me superan. 
2Juro que allano
y aquieto mi deseo.
Como un niño en brazos de su madre 
como un niño sostengo mi deseo.
3¡Espere Israel en el Señor, 
ahora y por siempre!
Explicación.
131 Género y situaciónOración de confianza individual que se abre a la comunidad. Uno de los más breves e intimistas de salterio. La intimidad ha abolido circunstancias externas, ha fijado un momento perdurable. El orante se desdobla: mira hacia dentro y comunica al Señor lo que descubre. Se ha mirado con tal lucidez y honestidad, que se atreve a jurar ante Dios.
La comparación del niño y la madre o el padre se establece entre el deseo o aspiraciones y el yo maduro. Es comparación psicológica, no teológica. El deseo puede ser como un niño necesitado, caprichoso, débil y exigente, inquieto y sin juicio. Toca a la madre acogerlo con dominio blando, con decisión cariñosa. Toca al varón dominar y serenar su deseo, con juicio y comprensión. En un segundo momento se puede trasladar la comparación a la relación del hombre con Dios.
131,1 A manera de comentario pueden leerse textos sapienciales: Prov 16,18s; 30,13; Eclo 10,6-18; de los profetas Is 2,9-19. "Me superan": Job 42,3.
131,2 Mt 18,1-5 par.
131,3 Al aplicar la enseñanza a Israel, la experiencia individual se hace comunitaria y propone cuestiones graves. ¿Es la humildad virtud del individuo y no de la comunidad? ¿Es compatible el orgullo nacional con la confianza en Dios?
Transposición cristiana.

Un texto clásico sobre el hacerse niños se lee en Mt 18,3-5par. La humildad condición para recibir la revelación: Lc 10,21 s. Hay que repetir la pregunta final, dirigida a la Iglesia.
Evangelio. Lucas 7,11-17
11 Después de esto fue a una ciudad llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.
12 Cuando se acercaba a las puertas de la ciudad resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; una considerable multitud de la ciudad la acompañaba.
13 Al verla el Señor, se conmovió y le dijo:
- No llores.
14 Acercándose, tocó el ataúd (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
- ¡Joven, a ti te hable, levántate!
15 El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.
16 Todos quedaron sobrecogidos y alababan a Dios diciendo:
- Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Y también:
- Dios ha visitado a su pueblo.
17 Este dicho acerca de Jesús se extendió por todo el país judío y todo el territorio circundante.

EXPLICACIÓN.

D. Jesús e Israel. 11-17. Como en el episodio anterior, dos personajes; ahora, la madre y el hijo muerto, figuras respectivamente de la ciudad/nación (Sión) y del pueblo. Alusión a Elías y la viuda de Sarepta (1 Re 17,8-24) y a Eliseo y la sunamita (2 Re 4,32-37). Para los contemporáneos, la muerte del hijo único significaba un juicio y castigo de Dios contra la madre viuda. Viuda, Israel privado de su Dios (cf. Jr 51,5); el hijo único, el pueblo. El Señor(13): condición divina. La situación de Israel conmueve a Jesús; tocar el ataúd, no hacer caso de la impureza legal (Nm 19,11-16; cf. Lc 5,13); lo detiene en su camino hacia la muerte definitiva (entierro) (14).

La palabra de Jesús comunica vida, capacita al muerto para levantarse por sí solo (cf. 5,24). Nueva vida: movimiento y palabra. Se lo entregó a su madre, cf. 1 Re 17,23; Elías, tipo de Jesús (15). Doble comentario (16): Un gran profeta, como Elías y Eliseo (cf. 2 Re 4), continuidad con el AT. Dios ha enviado a su pueblo, trasfondo mesiánico (cf. 1,68, cántico de Zacarías), anuncio de la liberación de Israel (cf. Éx 4,31), esperanza de cambio definitivo.

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