miércoles, 8 de diciembre de 2021

12 DE ENERO

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

Primera Lectura: 1 Samuel 3,1-10.19-20.

1El niño Samuel oficiaba ante el Señor con Elí. La palabra del Señor era rara en aquel tiempo y no abundaban las visiones. 2Un día Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver. 3Aún no se había apagado la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el santuario del Señor, donde estaba el 4arca de Dios. El Señor llamó:
-¡Samuel, Samuel!
Y éste respondió:
-¡Aquí estoy!
5Fue corriendo adonde estaba Elí, y le dijo:
-Aquí estoy; vengo porque me has llamado.
Elí respondió:
-No te he llamado, vuelve a acostarte.
6Samuel fue a acostarse, y el Señor lo llamó otra vez. Samuel se levantó, fue a donde estaba Elí, y le dijo:
-Aquí estoy; vengo porque me has llamado.
Elí respondió:
-No te he llamado, hijo; vuelve a acostarte.
7(Samuel no conocía todavía al Señor; aún no se le había revelado la palabra del Señor).
8El Señor volvió a llamar por tercera vez. Samuel se levantó y fue a donde estaba Elí, y le dijo:
-Aquí estoy; vengo porque me has llamado.
Elí comprendió entonces que era el Señor quien llamaba al niño, 9y le dijo:
-Anda, acuéstate. Y si te llama alguien, dices: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha".
10Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y lo llamó como antes:
-¡Samuel, Samuel!
Samuel respondió:
-Habla, que tu siervo escucha.
19Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse, 20y todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel era profeta acreditado ante el Señor.  

Explicación.

Aunque el capítulo cuenta la vocación profética de Samuel, su protagonista es la palabra de Dios. Aparece negativamente en el v.1, otra vez en relación con Samuel en el v.7 "aún no"; al final del capítulo ha penetrado plenamente en la historia. Samuel será su mediador: la misma palabra se crea este instrumento humano con su llamada. La triple voz nocturna, además de ser un recurso narrativo popular, ilumina un contraste: hasta ahora Samuel ha estado a las órdenes de Elí, ha escuchado su voz; en adelante escuchará la voz del Señor, para cumplir y transmitir sus órdenes.

3,1 Visión y palabra pueden ser dos formas o dos componentes del saber profético: Am 7; Jr 1; etc. El profeta, hombre de la palabra, se llamaba en otro tiempo "vidente".

3,2-3 No pudiendo encargarse de la vigilancia, el viejo Elí duerme en uno de los anejos, el joven Samuel duerme en el recinto propiamente dicho (tienda o edificio). El candelabro de que habla Éx 25,31-40; 27,21, era quizá desarrollo de una institución más antigua.

3,4 Esta primera llamada equivale a una vocación, como Éx 3,4, aunque no incluya todos los elementos de una vocación profética.

3,7 Samuel todavía no tiene trato personal, familiar, con el Señor, como lo tienen los profetas (Am 3); la palabra no se le ha revelado o manifestado personalmente, porque hace falta una actualización con la fuerza del Espíritu para que el hombre capte esa palabra en su carácter único de palabra de Dios.

3,10 El presentarse el Señor sería una visión (Job 4,16: visión de Elifaz): v.15.

3,19-20 Al final el oficio profético de Samuel está afirmado: el Señor está con él (Jr 1), sus palabras son del Señor (también en hebreo es ambiguo el posesivo sus), el pueblo lo reconoce como tal. Israel está descrito según los límites del reino unido bajo David.

3,20 Jue 20,1.

Salmo 40,2.5.7-10.

2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.
5 ¡Dichoso el hombre que ha puesto
su confianza en el Señor,
y no acude a idolatrías
que extravían con engaños.
 7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.

Explicación.

40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.

40,5 De la experiencia concreta se remonta a una reflexión general en forma de bienaventuranza. "Idolatrías": otros lo interpretan como hombres arrogantes. Prefiero la antítesis vigorosa, recordando Hab 2,18.

40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.

40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.

40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.

40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.

Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La carta a los Hebreos recoge y comenta la parte central del salmo, según la versión griega de los LXX. En vez de "me cavaste oídos", dice "me aparejaste un cuerpo"; traduce "rollo" por "título". De este modo opone el autor a los sacrificios antiguos la entrega del Mesías. De aquí arranca el uso de los antiguos de poner todo el salmo en boca de Cristo y después en boca de la Iglesia.   

Evangelio. Marcos 1,29-39.

En casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón. (Mt 8,14-17; Lc 4,38-44)
29 Al salir de la sinagoga fue derecho a casa de Simón y Andrés, en compañía de Santiago y Juan. 30La suegra de Simón yacía en cama con fiebre. Enseguida le hablaron de ella; 31él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Entusiasmo popular en Cafarnaún. Curaciones
32Caída la tarde, cuando se puso el sol, le fueron llevando a todos los que se encontraban mal y a los endemoniados. 33La ciudad entera estaba congregada a la puerta. 34Curó a muchos que se encontraban mal con diversas enfermedades y  expulsó muchos demonios; y a los demonios no les permitía decir que sabían quién era.
Intento de retener a Jesús.
35Por la mañana, se levantó muy de madrugada y salió; se marchó a despoblado y allí se puso a orar. 36Echó tras él Simón, y los que estaban con él; lo encontraron 37 y le dijeron:
- ¡Todo el mundo te busca!
38El les respondió:
-Vámonos a otra parte, a las poblaciones cercanas, a predicar también allí, pues para eso he salido.  
(Mt 8,2-4; Lc 5,12-16)

39Fue predicando por las sinagogas de ellos; por toda Galilea, y expulsando los demonios.
Explicación.
(1,29-31): Jesús no aprovecha el entusiasmo popular. Otro obstáculo al reinado de Dios, representado por la enfermedad de la suegra de Pedro. La fiebre (en griego, de la raíz «fuego») recuerda el celo violento de Elías (Eclo 48,1-3.9; 1 Re 19,10.14). Simón está vinculado a círculos reformistas violentos, y Jesús pretende liberarlo para que pueda seguirlo. El servicio equivale al seguimiento de Jesús, y esa fiebre lo impide. La curación se efectúa en sábado.
(1,32-34): La gente de Cafarnaún, que en la sinagoga ha preferido Jesús a los letrados, sigue, sin embargo, en las categorías religiosas (respeto al descanso del sábado: cuando se puso el sol). Los que se encontraban mal, el pueblo que sufre, ante la indiferencia de los dirigentes
(cf. Ez 34,4); endemoniados, los poseídos (fanáticos de la ideología), públicamente conocidos por su violencia (32). La población de Cafarnaún estaba congregada (verbo de la misma raíz que «sinagoga») a la puerta: deseaba que Jesús se hiciera líder de una institución paralela la
oficial, conservando los valores tradicionales (33). Los demonios siguen intentando atraer a Jesús al mesianismo nacionalista (34).
(1,35-38): Jesús se aleja de la casa y de la ciudad, es decir, de ese deseo popular, y pide por los suyos y por el pueblo, que no comprenden su actitud. Simón arrastra a los otros; se hacen portavoces de la gente; desean que, aprovechando el entusiasmo despertado en Cafarnaún, Jesús acepte el papel de líder. Él rechaza su propuesta y los invita a continuar la misión.
Actividad parecida a la de la sinagoga de Cafarnaún; normalmente, los sábados: anunciar la cercanía del reinado de Dios en toda Galilea, al pueblo que, por estar integrado en la institución (sinagogas), no sospechaba la existencia de una alternativa. Sigue la conexión entre proclamación y liberación de demonios (39).

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura. Ezequiel 33,12-16.
12Y tú, hijo de Adán, di a tus compatriotas: Al justo no lo salvará su justicia si comete un delito, al malvado no lo condenará su maldad si se convierte de ella. (El justo no podrá seguir viviendo a costa de su justicia si peca). 13Si digo al justo "vivirás", y él, confiado en su justicia, comete un delito, no se tendrá en cuenta su justicia, sino que morirá por el delito que cometió. 14Si digo al malvado "morirás", y él se convierte de su pecado, practica el derecho y la justicia, 15devuelve la prenda, restituye el hurto y sigue los preceptos de vida sin incurrir en delito, entonces vivirá y no morirá, 16no se tendrá en cuenta ningún pecado de los que cometió; por haber practicado el derecho y la justicia vivirá.
Explicación.
33,12-13 Ni la justicia es garantía perpetua ni el pecado es fatalidad irremediable. Una justicia, aunque prolongada, no es algo acumulado y operante que permita cometer algún delito grave; como si se tratara de cantidades que se contrapesan en la balanza de la justicia, o como si fuera un seguro contra riesgos y pérdidas. Un acto puede comprometer toda una existencia.

33,14-16 Preceptos concretos que representan el resto; preceptos que dan vida.
Salmo. 51,8-12.17.19
8Tú quieres sinceridad interior
y en lo íntimo me inculcas sensatez. 
9Límpiame con hisopo del pecado,
lávame hasta quedar más blanco que la nieve.
10Anúnciame gozo y alegría,
que se regocijen los huesos triturados.
11Tápate el rostro ante mi pecado 
y borra toda mi culpa.
12Crea en mí, Dios, un corazón puro, 
renuévame por dentro con espíritu firme; 
17Señor mío, ábreme los labios
y mi boca proclamará tu alabanza. 
19Para Dios sacrificio es un espíritu quebrantado, 
un corazón quebrantado y triturado,
tú, Dios, no lo desprecias.
Explicación.
51,8 Dios mismo trabaja en la intimidad del hombre para que adquiera y asimile la sensatez. Parte importante de ella es descubrir y reconocer los pecados y la condición pecadora.
51,9 Compárese con Is 1,18.
51,10 Anticipa la segunda parte. Cuando Dios pronuncie la sentencia de perdón, el penitente escuchará una noticia alegre, y hasta lo hondo de los huesos sentirá el gozo: véase Is 66,14.
51,12-19 La segunda parte comienza con un corte que no puede ser más radical. Para pasar del pecado a la gracia hace falta una nueva creación, cosa que toca a Dios.
51,12-14 El verbo crear suena con fuerza al comienzo de tres versos que llamaré epíclesis, porque son una triple invocación al espíritu. Como en la creación: el "espíritu de Dios" se cernía sobre el océano.
51,12 El primero es un espíritu dispuesto; adjetivo al parecer contrario al viento, cuya esencia es moverse. En términos psicológicos y espirituales es un ánimo pronto, decidido (cfr. Mt 26,41).
51,19 "Quebrantado, triturado": hay que retener la imagen hebrea, plástica, vigorosa; nosotros decimos "estoy hecho polvo". Por la traducción griega y después la latina, la imagen perdió su materialidad y se convirtió en el concepto contrición, con su adlátere atrición.
Transposición cristiana
El salmo 51 es el Miserere, príncipe de los salmos penitenciales. Lástima que se haya desgajado del 50 y que no se haya valorado bastante la epíclesis o invocación al Espíritu. Podemos arrancar de 2 Cor 5,17-21 sobre el "ministerio de reconciliación". Al cual añado unas cuantas observaciones.
En la liturgia penitencial, ordenada al perdón y reconciliación, Dios no condena como juez, sino que se querella como parte. La relación mutua se funda en la alianza, cuya carta es el evangelio. El evangelio posee fuerza de interpelación, de recriminación y querella; pero también ofrece perdón y fuerza para la enmienda. A un examen de conciencia objetivo y neutral se sobrepone la palabra de Dios, en diálogo personal. La reconciliación tiene algo de nueva creación, y el Espíritu se infunde como dinamismo de vida nueva. Se plantea la relación entre culto y justicia.
Evangelio. Lucas 15,3-7.
3 Entonces les propuso Jesús esta parábola:
4 - Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la descarriada hasta que la encuentra?
5 Y cuando la encuentra, se la carga a hombros, muy contento;
6 al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
- Dadme la enhorabuena! He encontrado la oveja que se me había perdido.
7 Os digo que lo mismo dará más alegría en el cielo un pecador que se enmienda, que noventa y nueve justos que no sienten necesidad de enmendarse.
Explicación.

Dos parábolas (4-7; 8-10) con la misma moraleja. Apela a la experiencia de sus adversarios (¿Quién de vosotros?); apoyándose en la conducta humana, describe la divina con los hombres: Dios ama a cada uno en particular, sea cual sea su conducta (cf. 6,35s) (4-7); los fariseos, en cambio, prescinden de los que no observan la Ley, pensando que Dios desprecia a los pecadores.

La salvación de un pecador (su respuesta al designio de Dios, 7,29), causa de alegría (7.10). Los justos han frustrado el designio de Dios sobre ellos (5,32; 7,30); no causan tanta alegría (irónico). En el cielo (7), los ángeles de Dios (10), son modos de designar a Dios mismo. De nuevo utiliza Lc la doble figura, masculina (4) y femenina (8) (cf. 13,18-21).

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