Primera Lectura. Jeremías 17,5-8
Falsas confianzas
5Así dice el Señor:
¡Maldito quien confía en un hombre
y busca apoyo en la carne,
apartando su corazón del Señor!
6Será cardo estepario que no llegará a ver la lluvia,
habitará en un desierto abrasado,
tierra salobre e inhóspita.
7¡Bendito quien confía en el Señor
y busca en él su apoyo!
8Será un árbol plantado junto al agua,
arraigado junto a la corriente;
cuando llegue el bochorno,
no temerá, su follaje seguirá verde,
en año de sequía no se asusta,
no deja de dar fruto.
Explicación.
17,5-13
A primera vista estos versos son una serie inconexa de frases
proverbiales, antítesis sapienciales, rematadas por una confesión. Un
tema sujeta rigurosamente la serie y se formula en una bina de sinónimos
que forman inclusión: confianza y esperanza. ¿En qué confía el hombre?
en otros hombres, en su saber, en la riqueza: valores inestables y
engañosos. ¿En quién espera el profeta? En el Señor.
17,5-8
La primera antítesis está desarrollada con estudiada simetría, como en
el salmo 1. Jeremías habla de confianza en el estudio y observancia de
la Ley: un desplazamiento significativo. Véanse Sl 118,8; 146,3.
Salmo. 1,1-4.6
(Jr 17,5-8; Prov 4,10-19)
1. Dichoso el hombre que no camina aconsejado por los malvados
y en el camino de pecadores no se detiene
y en la sesión de los cínicos no toma asiento;
2. sino que su tarea es la ley del Señor
y medita su ley día y noche.
3. Será como un árbol plantado junto a acequias,
que da fruto en su sazón
y su follaje no se marchita.
Cuanto hace prospera.
4. No así los malvados
serán como tamo que arrebata el viento.
6. Porque el Señor se ocupa
del camino de los justos,
pero el camino de los malvados se extravía.
Explicación.
1.
Es como un pórtico colocado cuando se completan las colecciones de
salmos. Comienza con la primera letra del alfabeto hebreo , y recibe al
orante anunciando una “bienaventuranza”, ofrecida a quien se aparta del
mal, de los malos, y… “practica el bien”; el autor contrapone otra
actividad. Por medio de la “meditación” asimilar la tôrâ, o ley, o
voluntad divina hecha palabra y ya codificada. Del mundo sapiencial
salta el autor tardío a la Ley. Ésta es como un caudal perenne de aguas,
que se comunica por la meditación y confiere al hombre una vitalidad
vegetal inmarcesible (Sal 92,13s), éxito en sus empresas. Mientras que
los malos son sequedad, esterilidad, presa del viento. La elección y
conducta libre y responsable del hombre revelará su valor en el
desenlace definitivo, en un juicio escatológico. Hay que notar las dos
asimetrías: malvados / meditador, el Señor se ocupa / el camino se
extravía. Paralelos en Jos; Sal 37,31;40; Jr 17, 5-8.
1,1
Hay veintiséis bienaventuranzas o felicitaciones en el salterio, ocho
en Proverbios. Apunta un proceso en tres tiempos: caminar, detenerse,
sentarse. Los “cínicos” se burlan de los buenos y de sus valores: Prov
3,34; 21,24; 24,9…
1,2 Sobre la meditación en el salterio: 35,28; 37,30; 49,4; 63,7; 71,24; desborda la simple recitación.
1,4 La comparación del tamo es tópica: p. ej. Is 17,13; 29,5; 41,15s; Job 21,18.
1,5 Véase el comparecer de Sab 4,20-5,1.
Transposición cristiana
Hay que partir de la declaración de Jesús: “Yo soy el camino”. A la meditación de la ley sucede la de los misterios de la vida.
Segunda Lectura. 1 Corintios 15,12.16-20
16Porque
si los muertos no resucitan, tampoco ha resucitado el Mesías, 17y si el
Mesías no ha resucitado, vuestra fe es ilusoria y seguís con vuestros
pecados. 18Y, por supuesto, también los cristianos difuntos han
perecido.
19Si la esperanza que tenemos en el Mesías es sólo para esta vida,
somos los más desgraciados de los hombres. 20Pero de hecho el Mesías ha
resucitado de la muerte, como primer fruto de los que duermen,
Explicación.
Jesús
Mesías es la cabeza del cuerpo; su resurrección es la garantía de la de
todos los que le han dado su adhesión. Si no hay esa fe en la conexión
indestructible entre Jesús y los suyos, el mensaje propuesto no tiene
sentido, ni lo tiene tampoco dar adhesión a Jesús como Mesías/Salvador.
La conexión es tan fuerte que quien piense que los muertos no resucitan
tiene que negar, para ser coherente, la resurrección de Jesús (12-14).
Ahora bien, la resurrección fue el refrendo dado por Dios a la obra de
Jesús; si este refrendo divino no ha existido, todo lo que se ha dicho
es falso y no hay esperanza para los muertos (15-18).
Si la salvación se limitara a esta vida, y todo terminase con la
muerte, no compensaría tanto esfuerzo y tanta penalidad (cf. 4,10-13)
(19). Reafirma Pablo la resurrección del Mesías/Salvador, que así puede
salvar también de la muerte (20).
Evangelio. Lucas 6,17.20.26
17b Una gran muchedumbre del pueblo, procedente de todo el país judío, incluida Jerusalén, y de la costa de Tiro y Sidón,
20 Jesús, dirigiendo la mirada a sus discípulos, dijo:
- Dichosos vosotros los pobres,
porque tenéis a Dios por rey.
21 Dichosos los que ahora pasáis hambre,
porque os van a saciar.
Dichosos los que ahora lloráis,
porque vais a reír.
22 Dichosos cuando os odien los hombres y os excluyan y os insulten y proscriban vuestro nombre como malo por causa del Hombre.
23
Alegraos ese día y saltad de gozo, que grande es la recompensa que Dios
os da; pues lo mismo hacían sus padres con los profetas.
24 Pero, ¡ay de vosotros, los ricos,
porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
25 ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis repletos,
porque vais a pasar hambre!
¡Ay de los que ahora reís,
porque vais a lamentaros y a llorar!
26 ¡Ay si los hombres hablan bien de vosotros, pues lo mismo hacían sus padres con los falsos profetas!
Explicación.
Presentación del programa del Reino. 17b-18. Gran muchedumbre, cf. Ez 47,10 LXX (la gran muchedumbre de peces que los pescadores han de pescar, cf. 5,10; Mc 3,7b-8); pueblo,
término técnico para designar al Israel histórico, el antiguo pueblo
elegido; llegan de toda Palestina, de la capital, centro de la
institución, y de la diáspora (Tiro, Sidón).
Primera parte del sermón del llano (cf.
Mt 4,25-8,1), dirigida a los discípulos. Propone dos horizontes, uno de
felicidad (20-23), el otro de desdicha (24-26), invirtiendo los valores
de la sociedad. A una situación presente (pobreza / riqueza)
corresponde la contraria en el futuro.
Los
pobres sufren (21), pero en el reino de Dios (la nueva sociedad)
saldrán de esa situación (el cambio se hará mediante la práctica del
mensaje de Jesús). Los ricos se desentienden de ese dolor (25); al
excluirse del reino de Dios, su futuro será la miseria y el llanto.
Inversión de la situación social, según lo anunciado por María
(1,51-53), pero no por la violencia ni la imposición.
Persecución
contra los que optan por la pobreza, por parte de la sociedad cuyas
bases minan; alegría, pues este género de vida los lleva a la plenitud
humana (por causa del Hombre). Recompensa,
el reinado que Dios ejerce sobre ellos. La persecución, sello de la
autenticidad (22s). La aprobación de la sociedad significaría que habían
falseado el mensaje (26). Pobres: los que optan por construir una
sociedad justa, eliminando la causa de la injusticia, la riqueza; ricos:
los que quieren mantener la injusticia. Dios está con los primeros.
La
pobreza que se padece en la sociedad, y que comporta hambre y dolor, no
tiene más salida verdadera que la sociedad alternativa a la que invita
Jesús (el reino de Dios); buscar la solución en la riqueza es condenarse
a la miseria futura.
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