2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Santiago 1,1-11.
1Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesús Mesías, saluda a las doce tribus de la emigración.
2Teneos
por muy dichosos, hermanos míos, cuando os veáis asediados por pruebas
de todo género, 3sabiendo que esa piedra de toque de vuestra fe engendra
constancia. 4Que la constancia acabe su obra, para que seáis hombres
logrados y cabales, sin deficiencia alguna. 5Y si alguno de vosotros se
ve falto de acierto, pídaselo a Dios, que da sin regatear y sin
humillar; él se lo dará. 6Pero tiene que pedir con fe, sin titubear lo
más mínimo, pues quien titubea se parece al oleaje del mar agitado y
sacudido por el viento; 7no se piense ese individuo que va a recibir
nada del Señor, 8siendo un indeciso que no sigue rumbo fijo.
9El hermano de condición humilde esté orgulloso de su
alta dignidad 10y el rico de su humilde condición, pues pasará como flor
de hierba. 11Sale el sol con el bochorno y agosta la hierba, cae la
flor y su bello aspecto perece; pues así se marchitará el rico en medio
de sus empresas.
EXPLICACIÓN.
1. Remitente y destinatarios. Siervo, modo de hablar propio de la piedad judía, cf. Rom 1,1. Las doce tribus de la emigración (diáspora,
cf. 1 Pe 1,1) designan al Israel mesiánico, es decir, a las comunidades
cristianas esparcidas por el mundo, desde la perspectiva de un judío
creyente; la antigua "emigración/diáspora" de los judíos miraba a
Jerusalén como a su centro espiritual y recibía de allí cartas
circulares que exhortaban a la fidelidad a la fe ancestral. Esta carta
podría ser una imitación cristiana de tal uso. El nombre Santiago (Jacob,
Jacobo) era corriente, y hay al menos cinco personajes en el NT que se
llaman así. El autor de la carta, sin embargo, debía de ser una figura
muy conocida, pues se limita a poner su nombre, sin más presentación.
Algunos piensan que se trata del "hermano del Señor", que dirigió la
comunidad de Jerusalén (Hch 21,18).
2-11.
Instrucción moral de impronta judía convencional. La prueba engendra
madurez (2-4); quien se encuentre desorientado, pida a Dios con una fe
sin fisuras (cf. Prov 2,6; Eclo 1,28; Sab 11,9; Mc 11,23s; Mt 7,7-11).
La comparación con el mar era común en la literatura griega (2-8). Es de
notar el estilo de estos párrafos; no desarrollan una línea de
pensamiento, pasan de un tema a otro sin más conexión a veces que la
repetición de una palabra.
Se deduce del texto que en la comunidad del autor había
ricos y pobres y que los valores del mundo penetraban en ella; se
mostraba deferencia hacia los más pudientes. El autor sostiene que la
riqueza no confiere superioridad; se basa en lo transitorio de los
bienes materiales (9-11).
Salmo. 119,67-68.71-72.75-76.
67 Antes del escarmiento yo no lo advertía,
pero ahora cumplo tu instrucción.
68Bueno eres tú y haces el bien:
enséñame tus normas.
71Bien me estuvo el escarmiento:
así aprendí tus órdenes.
72Más vale para mí la ley de tu boca
que mil monedas de oro y plata.
75Reconozco, Señor,
que tus mandamientos son justos,
que con razón me afligiste.
76Sea tu misericordia mi consuelo
como lo prometiste a tu siervo.
Explicación.
119,65-72
Con cuatro menciones de "bueno" puede componer un tratado de bienes.
Dios es bueno y benéfico, buena es la instrucción de Dios y también la
aflicción por la que aprendo. El "gusto" es metáfora de discreción o
discernimiento: ls 7,15s; Sal 34,9. El pecado por "inadvertencia" (Sal
19,12s) se cura con un escarmiento leve. En 69-70 leemos dos de las
pocas imágenes del salmo: dedicadas a enemigos malvados. El último verso
adopta la forma clásica de refrán "más vale": compárese con Prov 3,15;
8, 10.19.
119,73-80
Se contraponen unos "fieles", que reverencian al Señor, y unos
insolentes, que calumnian al orante; ellos fracasarán, éste no. De Dios
se fija en aspectos complementarios: lo primero es la creación o
"hechura" del hombre (Job 10,8); después es Dios maestro que enseña; ha
de mostrar su "misericordia y compasión".
Transposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son
atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc.
Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como
Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así y
mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la
clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de
acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes
en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico
de la vida".
Evangelio. Marcos 8,11-13.
11Salieron
unos fariseos y empezaron a discutir con él, exigiéndole, para
tentarlo, una señal del cielo. 12Dando un profundo suspiro, dijo:
-¡Cómo!, ¿esta generación exige una señal? Os aseguro que a esta generación no se le dará señal.
13Los dejó, se embarcó de nuevo y se marchó al otro lado.
Explicación.
Travesía
en paralelo con la de 6,47-53. El mal espíritu, representado allí por
el viento contrario (6,48), está personificado aquí por los fariseos,
que continúan la tentación del desierto (11: para tentarlo, cf 1,13)).
En vista del éxodo liberador propuesto por Jesús en favor de los
paganos (8,1-9), exigen de él una señal espectacular (cf. Sal 78,24;
105,40), prenda de una intervención divina extraordinaria cf.13,4).
Quieren ver en Jesús un mesianismo inspirado en la acción liberadora de
Moisés, que salvó a Israel destruyendo a los enemigos. Suspiró, tristeza (d. 7,34, del sordo/discípulos; 3,5: «apenado», por los fariseos); generación, la del Mesías, infiel como la del éxodo (Sal 95/94,10s). No habrá señal (cf. 13,14ss).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Hechos 13,46-49
46 Con valentía, tanto Pablo como Bernabé dijeron:
- Era menester anunciaros primero a vosotros el mensaje de Dios; pero
como lo rechazáis y no os consideráis dignos de la vida definitiva,
mirad, vamos a dirigirnos a los paganos,
47 porque así nos lo ha mandado el Señor:
Te he destinado para que seas luz de los paganos,
para que lleves la salvación
hasta los confines de la tierra (Is 49,6).
48
Al oír esto los paganos se alegraron y ponderaban este mensaje del
Señor; y cuantos estaban dispuestos para obtener vida definitiva
creyeron.
COLOFÓN.
49 El mensaje del Señor se iba difundiendo por toda la región,
Explicación.
Reacción
valiente de Pablo y Bernabé (la presencia de Bernabé es siempre
determinante en la misión): al igual que en Pafos (cf. vv. 9ss), se
deciden por la causa de los paganos, no sin justificar antes su táctica
(que a la larga se revelará equivocada) de dirigirse en primer lugar a
los judíos: Pablo sigue convencido de que la conversión masiva de una
comunidad judía (no de unos cuantos, como en el v.43) facilitaría
considerablemente la misión (46).
Por primera vez los misioneros revelan, citando las palabras del Siervo
de Yahvé (Is 49,6), que el campo de misión que el Señor les tenía
encomendado eran los paganos, y no los judíos, repitiendo la
universalidad de su ámbito, en consonancia con el encargo dado a los
apóstoles (47; cf. 1,8). Prosigue el proceso de clarificación interior
de Pablo acerca de su verdadero campo de misión. Fundación de una nueva
comunidad de base pagana (48). Tampoco aquí se dice que se bautice a los
paganos.
El mensaje se sigue difundiendo por la entera región (49, cf. v. 44, según la rec. occ.).
Salmo. 117,1-2
(Rom 15,11)
1 Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
2porque la lealtad del Señor
puede más que nosotros
y la fidelidad del Señor es perpetua.
Explicación
117
El salmo más breve del salterio. Un himno completo. Algunos han
preguntado si era una antífona aplicable a otros salmos, o el esquema
para un desarrollo libre. Un dato es llamativo: la motivación es
nacional, "nosotros", la invitación es universal. ¿Es legítima y
convincente la invitación? Pablo lo cita en Rom 15,11 para subrayar el
alcance universal del mensaje evangélico.
Evangelio. Lucas 10,1-9
1
Después de esto el Señor designó a otros setenta y los mandó por
delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir
él.
2 Y les dijo:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al Señor de la mies que mande braceros a su mies.
3 ¡En marcha! Mirad que os envío como corderos entre lobos.
4 No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias y no os paréis a saludar por el camino.
5 Cuando entréis en una casa lo primero saludad: "Paz a esta casa";
6 si hay allí gente de paz, la paz que les deseáis se posará sobre ellos; si no, volverá a vosotros.
7 Quedaos en esa casa, comed y bebed de lo que tengan, que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
8 Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed de lo que os pongan,
9 curad a los enfermos que haya y decidles: "Está cerca de vosotros el reinado de Dios".
Explicación.
Designación y misión. Ante el fracaso de los Doce (9,40.51-56), Jesús se decide a crear otro grupo de mensajeros para que le preparen el camino (1: designó a otros setenta,
mejor que 72), según el número de naciones paganas (cf. Hch 6,1ss; los
Siete), seguidores de origen no judío, Samaría, la puerta hacia el
paganismo (en Mt y Mc, Galilea).
Instrucciones más extensas que a los Doce (cf. 9,3-5). La humanidad está
madura para el mensaje; la petición a Dios los identificará con el
objetivo de la misión y les obtendrá el impulso necesario para ella (2).
Inermes ante la sociedad hostil (3: ovejas, lobos).
No preocuparse por el sustento (12,22ss); sandalias, propias de gente
acomodada; los saludos eran prolijos: urgencia de la misión (4).
Portadores de paz (5-7). Pueblo/ciudad,
figura de ambientes de mentalidad abierta, a diferencia de "aldea" (cf.
9,6). No ser exigentes ni hacer distinciones entre los alimentos:
integración en la cultura (8). Curar y proclamar (cf. 9,2) (9).
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