2 OPCIONES
1ª OPCIÓN.
Primera Lectura: 2 Juan 1:4-9
4Me
alegré mucho al enterarme de que tienes hijos que proceden con
sinceridad, conforme al mandamiento que el Padre nos dio. 5Pues ahora te
ruego, señora -y no es que vaya a hablarte de un mandamiento nuevo,
sino del que tenemos desde el principio--, que nos amemos unos a otros.
6Y amar consiste en esto: en proceder conforme a sus mandamientos. Como
lo oísteis desde el principio, éste
es el mandamiento que debe regir nuestra conducta.
7Es
que han salido en el mundo muchos impostores, los que no confiesan que
Jesús es el Mesías venido en carne mortal, ¡ése es el impostor y el
anticristo! 8 Atención vosotros, no echéis a perder lo trabajado, si
queréis recibir una recompensa plena.
9Quien
va demasiado lejos y no se mantiene en la enseñanza del Mesías, no
tiene a Dios; quien permanece en esa enseñanza, ése sí tiene al Padre y
al Hijo.
Explicación.
Me alegré mucho, cf. 3 Jn 3. Siguiendo el estilo epistolar, se comienza con una alabanza, aunque no general (tienes hijos); quizá no han faltado miembros de la comunidad que han dado oídos a los impostores; sincera/auténtica, según el mandamiento del amor (4). La exhortación al amor mutuo sigue la pauta de 1 Jn 2, 6-8; los mandamientos se reducen a uno, el del amor (5-6).
Trata de los impostores (7-8) en los términos de 1 Jn 2,18s. El punto de controversia entre el autor y sus adversarios es también la calidad mesiánica de Jesús (1 Jn 2,22s;4,2), cuya negación, que comporta la ausencia de compromiso por los demás, vacía de contenido la vida cristiana. Lo trabajado, cf. Jn 6,27s.
Esta doctrina se atribuye a los que van demasiado lejos, etc. (9): la enseñanza en la comunidad no puede apartarse de la que dio Jesús (cf. Jn 7,16); no tiene a Dios, cf. 1 Jn 2,22s.
1Dichosos los de conducta intachable,
que siguen la voluntad del Señor.
2Dichosos los que guardan sus preceptos
y lo buscan de todo corazón.
10Te busco de todo corazón:
no me desvíes de tus mandatos.
11Guardo en el corazón tu promesa
para no pecar contra ti.
17Cuida de tu siervo y viviré
para cumplir tu palabra.
18Despeja mis ojos y contemplaré
las maravillas de tu ley.
Explicación.
119,1-8
La primera estrofa es programática. Abre el salmo con una
bienaventuranza (Sal 1; 32) Y lo coloca entero en la esfera de la
verdadera felicidad; la consecuencia llega en el v. 6: "no fracasar"
equivale a tener éxito.
Se
dirige a Dios en segunda persona (4) y desea "buscarlo" (2), afirmando
desde el comienzo la relación personal con Dios. Es Dios quien "ha
mandado" la ley; el hombre la cumple "de corazón", para recorrer el
"camino" de la vida.
119,9-16
Juntando los versos 1 0.11.13. 14, obtenemos la serie "corazón, labios,
camino = conducta", como nuestro de pensamiento, palabra y obra. Los
versos 14 y 16 expresan el gozo: el orante no siente la ley como traba o
peso.
119,17
-24 Disminuyen los enunciados y se adensa la súplica. El orante es
"siervo": súbdito de un señor, vasallo de un soberano. Asoma un grupo
hostil, que turba la placidez monótona: son "arrogantes", "nobles" o
autoridades, que "murmuran" contra el orante cubriéndolo de "ultrajes" y
desprecios. La expresión corriente "no me ocultes tu rostro" se
convierte en "no me ocultes tus mandamientos". Al final los "decretos"
se personifican para actuar como consejeros: carácter no coercitivo de
la ley 25-32.
Transposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son
atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc.
Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como
Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así
y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la
clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de
acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes
en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico
de la vida".
Evangelio: Lucas 17:26-37
26 Lo que pasó en los días de Noé pasará también en los del Hombre:
27 comían, bebían y se casaban ellos y ellas, hasta el día en que Noé
entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos.
28 Lo mismo sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban y construían;
29 pero el día que Lot salió de Sodoma llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.
30 Así sucederá el día que el Hombre se manifieste.
31 Aquel día, quién esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa,
que no baje por ellas; y quien esté en el campo, lo mismo, que no se
vuelva para atrás.
32 Acordaos de la mujer de Lot.
33 El que trate de poner su vida al seguro, la perderá; en cambio, el que la pierda la conservará.
34 Esto os digo: Aquella noche estarán dos en una cama; a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán;
35 estarán dos moliendo juntas; a una se la llevarán y a la otra la dejarán.
36
37 Entonces le preguntaron:
- ¿Dónde será, Señor?
Él les contestó:
- Allí donde esté el cuerpo, se reunirán los buitres.
EXPLICACIÓN.
Pensarán que el rechazo no ha tenido
consecuencias, pero, de pronto, la situación se hará catastrófica. Así
sucedió tanto en tiempo de Noé (26s) com en tiempo de Lot (28s); el
paralelo con estos dos casos proverbiales hace resaltar la impiedad y la
corrupción del sistema judío. También el día del Hombre, la destrucción de Jerusalén y del templo, se revelará como un desastre tremendo, consecuencia de las malas opciones (30).
Única salida, la fuga (31s; cf. 21,21). La más estrecha compañía, en el
reposo o en el trabajo, no asegura la misma suerte para los hombres; ser
o no aceptado depende únicamente de la opción que haya hecho cada uno.
La opción por Jesús, única seguridad (33-35). Los mejores mss. omiten el
v.36, tomado de Mt 24,40.
Respuesta enigmática (37): el punto de reunión de los buitres revelará
dónde está la carroña (Job 39,27-30). Nueva alusión a la guerra contra
Jerusalén y a la destrucción de la ciudad. Los buitres/águilas pueden
aludir a las águilas romanas. El verbo reunirse se usa en los LXX oara indicar la reunión de los ejércitos paganos que destruyen a Israel (Miq 4,11; Hab 2,5; Zac 12,3; 14,2).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Isaías 61,1-3.
1El espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar
una buena noticia a los que sufren,
para vendar los corazones desgarrados,
para proclamar la amnistía a los cautivos
y a los prisioneros la libertad,
2para proclamar el año de gracia del Señor,
el día del desquite de nuestro Dios;
para consolar a los afligidos,
los afligidos de Sión;
3para cambiar su ceniza en corona
su luto en perfume de fiesta,
su abatimiento en traje de gala.
Restauración
Los llamarán Robles del Justo,
plantados por el Señor, para su gloria.
Explicación.
61,1-3a
En el tercer bloque del libro, estos versos funcionan como relato de
vocación: véanse 42,1-4 y 49,1-6. Como en 40,9 su misión es pregonar una
buena noticia. Para la tarea está equipado con el carisma del espíritu
(48,16). Promulga un año jubilar de parte del Señor: Lv 25,10.
"Desquite": porque el Señor paga a sus enemigos por su agresión;
"gracia": porque resarce al pueblo de sus sufrimientos (Mt 11,5; Lc
7,22). Por su posible ambigüedad, suprimió Jesús la frase del desquite
cuando leyó el rollo en la sinagoga de Nazaret (lc 4,18s), El gozo
cambiará los ritos de luto en ritos de fiesta: Sal 30; lo contrario de
Is 3,24.
61,3b-9.11
Dificultan la lectura los cambios de persona verbal: segunda persona
plural en 5-6, tercera en el resto; habla el Señor en 8, se habla del
Señor en el resto. Con todo, el conjunto se entiende como anuncio del
heraldo en nombre de Dios.
61,3b
El camino queda sellado con la imposición de un nuevo nombre. Por el
paralelismo, refiero "el Justo" al Señor. Asignando función adjetival al
término, resulta "Robles legítimos", semejante al "vástago legítimo" de
Jr 23,5.
Salmo. 89,2-5.21-22.25.27
2La lealtad del Señor cantaré eternamente,
anunciaré de edad en edad tu fidelidad.
3Afirmo: Tu lealtad está construida en los cielos,
en ellos está firme tu fidelidad:
4-He sellado una alianza con mi elegido,
jurando a David mi siervo:
5«Te fundaré un linaje perpetuo
y te construiré un trono para todas las edades».
21Encontré en David un siervo
y lo he ungido con óleo sagrado.
22Mi mano estará firme con él
y mi brazo lo hará esforzado.
25Mi fidelidad y lealtad lo acompañarán,
en mi nombre se alzará su cuerno.
27EI me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca de salvación».
Explicación.
89,2-3 El orante enuncia su programa: un canto para la posteridad, perdurable como el tema que trata y como su garantía celeste.
89,4-5 Sin introducción suenan palabras de Dios.
Toma la iniciativa, elige como vasallo a David, le otorga con juramento
(2 Sm 3,9; Sal 110,4; 132,11) una alianza, para él y sus sucesores en el
trono.
89,21 De la unción sagrada se sigue el título de Ungido.
89,22 "Esforzado": con frecuencia usado para jefes: Is 41,10; Sal 80,18.
89,25 Dios le ofrece su propia escolta. El singular "cuerno" responde al plural del v. 18.
89,27-28 Como título supremo, el rey de Israel es llamado hijo de Dios y
puede invocar personalmente al Señor como Padre: Sal 2,7; 2 Sm 7,14.
Este salmo añade un matiz: "primogénito". Lo que es el pueblo hebreo
entre otros pueblos (Ex 4,23), lo es su rey entre los reyes. No por
precedencia cronológica, sino por elección y nombramiento divinos.
Transposición cristiana.
Ya
durante la economía antigua se leyó el salmo en clave mesiánica, y así
lo han leído los cristianos. Parte del v. 21 se cita en Hch 13,22; 28b
se cita en Ap 1,5. Más importantes son las relaciones temáticas: el
título de Mesías, la unción, la relación Hijo / Padre, el título de
primogénito (Rom 8,29; Col 1,15.18 Ap 1,5; Heb 1,6). Y para meditar el
tema de la fidelidad, tenemos Rom 1,5.8; 2 Tim 2,11-13.
Evangelio. Mateo 25,31-40.
31Cuando
el Hombre llegue en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se
sentará en su trono real y reunirán ante él a todas las naciones. El
separara a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las
cabras, 33y pondrá a las ovejas a su derecha y a las cabras a su
izquierda. 34Entonces dirá el rey a los de su derecha:
-Venid,
benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la
creación del mundo. 35Porque, tuve hambre y me disteis de comer, tuve
sed y me disteis de beber, fui forastero y me recogisteis, 36estuve
desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y
fuisteis a verme.
37Entonces los justos replicarán:
-Señor,
¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer o con sed y te dimos de
beber? 38 ¿Cuándo llegaste como forastero y te recogimos o desnudo y te
vestimos? 39 ¿Cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?
40Y el rey les contestará:
-Os lo aseguro: Cada vez que lo hicisteis con uno de esos hermanos míos tan insignificantes lo hicisteis conmigo.
Explicación.
Escena
complementaria de «la llegada» descrita en 24,30s. Allí, como salvación
para los suyos; aquí se explica la suerte de los paganos (24,30: todas
las tribus de la" tierra; 25,32: todas las naciones); en ambos casos,
llegada del Hombre acompañado de sus ángeles. Época histórica después de
la destrucción de Jerusalén (24,29). No juicio de los judíos- (19,28),
sino únicamente de los paganos. El rey, época del reinado del Hombre
(13,41), que se inaugura con la destrucción de Jerusalén (16,28) y dura
hasta el fin de esta edad. La suerte de los paganos depende de cuál haya
sido su actitud con los más desvalidos (34-36), con quienes se
identifica Jesús (40).
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