Primera Lectura. Hebreos 8,6-13.
6De hecho a él le ha tocado una liturgia muy diferente, pues él es mediador de una alianza más valiosa, legalmente establecida en base a promesas de más valor.
7Es decir, si
aquella primera alianza no hubiera tenido defecto, no quedaría lugar
para una segunda; 8pero de hecho Dios le encuentra defecto cuando les
dice:
Mirad que llegan días -dice el Señor-
en que haré con la casa de Israel
y la casa de Judá una alianza nueva,
9no como la alianza que hice con sus padres
cuando los tomé de la mano
para sacarlos de Egipto;
ellos quebrantaron mi alianza
y yo me desentendí de ellos -dice el Señor.
10La alianza que estableceré con la casa de Israel
cuando lleguen esos días -dice el Señor- será
así:
Al dar mis leyes
las escribiré en su razón y en sus corazones,
yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
11Un hombre no tendrá que instruir a su
conciudadano
ni el otro a su hermano
diciéndoles: "Reconoce al Señor";
porque todos me reconocerán,
desde el pequeño al grande,
12cuando perdone sus crímenes
y no recuerde más sus pecados (Jr 31,31-34).
13Al llamar nueva a esta alianza, dejó anticuada la primera; y todo lo que se vuelve y envejece está próximo a desaparecer.
EXPLICACIÓN.
Al cambiar el sacerdocio e invalidarse la Ley, fundamento de la antigua
alianza, quiere decir que también ésta ha caducado; el culto celeste es
expresión de una nueva alianza o modo de relación con Dios (6).
7-13. La nueva alianza, anunciada en el AT. La promesa de una
nueva alianza muestra que la relación con Dios que establecía la primera
era deficiente (7-8). Mediante el profeta Jeremías (Jr 31,31-34) expuso
Dios mismo el contraste entre las dos alianzas: no ley externa, sino
interna (desaparición de los códigos legales que regulan la relación con
Dios) (10); no conocimiento de Dios enseñado, sino por experiencia
personal (desaparición de las mediaciones) (11); perdón definitivo de
los pecados (desaparición de los ritos expiatorios) (12). La alianza
antigua, condenada a desaparecer (13).
Salmo. 85,8.10-14.
8Demuéstranos, Señor, tu lealtad
y danos tu salvación.
10Ya se acerca su Salvación a sus fieles,
para que la Gloria habite en nuestra tierra.
11 Lealtad y Fidelidad se encuentran,
Justicia y Paz se besan;
12Fidelidad brota de la tierra,
Justicia se asoma desde el cielo.
13Pues el Señor dará la prosperidad
y nuestra tierra dará su cosecha.
14Justicia caminará delante de él
encaminando sus pasos.
Evangelio. Marcos 3,13-19.
(Lc 6,12-16)
13Subió al monte, convocó a los que él quería y se acercaron a él.
14Entonces constituyó a doce, para que estuviesen con él y para enviados
a predicar, 15con autoridad para expulsar a los demonios.
16Así constituyó a los Doce: a Simón le puso de sobrenombre «Pedro»;
17a Santiago de Zebedeo y a Juan su hermano y a éstos les puso de
sobrenombre «Boanerges», es decir «Truenos», 18 a Andrés y Felipe, a
Bartolomé y Mateo, a Tomás y Santiago de Alfeo, a Tadeo y Simón el
fanático 19y a Judas Iscariote, el mismo que lo entrego.
EXPLICACIÓN.
13-19. Puente entre la primera y la segunda sección: El monte,
determinado, símbolo de la esfera divina en contacto con la humana
(en oposición al monte Sión, lugar del templo). La escena cumple la
profecía de JI 3,5 LXX, donde se anunciaba que Dios convocaría al ,resto
de Israel para enviarlos como portadores de buenas noticias: Jesús
ejerce de nuevo una función divina. A los que el quena, amor a Israel,
representado por los israelitas que han respondido a su llamada. La
respuesta (se acercaron a él) significa la adhesión a Jesús y, al mismo
tiempo, el alejamiento de la institución judía, con la que Jesús ha roto
(cf 3,1-7a). (13) Constituyó a doce, creación del Israel mesiánico y
escatológico [alusión a las doce tribus). Estar con Jesús, prestar
adhesión incondicional a su persona y mensaje; enviar/os, misión
universal: Israel al servicio de la humanidad. (14). De nuevo la
conexión entre proclamación y expulsión de demonios (= ideologías
contrarias al plan de Dios, cf. 1,39) (15). La lista de los Doce
comienza por los antes llamados (1,16-21a): para formar parte del Israel
mesiánico hay que haber optado por seguir a Jesús. La lista no incluye a
Leví, porque éste, cuando fue llamado por Jesús y lo siguió (2,14),
estaba excluido de Israel por su condición de «pecador/descreído»
(2,15).
Tres grupos en la lista: a) Los que reciben un sobrenombre: Simón
Pedro/Piedra, indicando su, obstinación (8,32s; 9,5; 10,28; 14,27-31)
que lo llevará hasta negar a Jesús (14,66-72). Truenos, por su espíritu
autoritario (cf 9,38), unido a Ia ambición de poder (d. 10,35-37). b) El
grupo encabezado por Andrés (separado de Simón Pedro, de quien ya no se
le llama hermano); ninguno de ellos, excepto Andrés (cf 13,3), volverá a
ser mencionado en el Evangelio por su nombre; representan a los
israelitas, anónimos que han dado su adhesión a Jesús; el último del
grupo, Simón (como el primero), es un fanático o zelota, en la misma
línea de Simón Pedro ,(cf. 1,29-31) (18). c) Judas Iscariote, el
traidor, representa al pueblo judío (judas - Judea - judío), es decir, a
la parte de Israel que pedirá la muerte de Jesús (15,11-15) (19). La
constitución del Israel mesiánico consuma la ruptura de Jesús con el
sistema judío; significa que el antiguo Israel ha dejado de ser pueblo
escogido y destinatario de las promesas.
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