2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Hebreos 9,2-3.11-14
2De hecho se construyó un tabernáculo, el primero, donde estaban
el candelabro, la mesa y los panes presentados -éste se llama el Santo-
3y detrás de la segunda cortina el tabernáculo llamado el Santísimo;
11El Mesías, en cambio, presentándose como sumo sacerdote de los
bienes que habían de venir, mediante el tabernáculo mayor y más
perfecto, no hecho por hombres, es decir, no de este mundo creado,12y
mediante sangre no de cabras y becerros, sino suya propia, entró de una
vez para siempre en el santuario, consiguiendo una liberación
definitiva.
13Pues si la sangre de cabras y toros y unas
cenizas de becerra, cuando rocían a los impuros, los consagran
confiriéndoles una pureza externa, 14¿cuánto más la sangre del Mesías,
que con decisión irrevocable se ofreció él mismo a Dios como sacrificio
sin defecto, purificará nuestra conciencia de las obras de muerte, para
que demos culto al Dios vivo?
Explicación.
La misma construcción del templo antiguo (cf. Éx 26-26; 30,16; 16,33; Nm
17,8-10), en que el lugar de la presencia de Dios no tenía entrada
directa y estaba vedado a todos, excepto a una persona, mostraba que el
acceso a Dios no estaba patente (2-3).
Acto sacerdotal del Mesías, en contraste con la ineficacia del antiguo
culto: el nuevo tabernáculo o lugar del encuentro con Dios es la
humanidad resucitada de Jesús; la nueva sangre es la suya, derramada en
la cruz; así entra en la presencia de Dios y obtiene la liberación
definitiva. El autor expone así en símbolos sacerdotales la realidad
existencial de Jesús: haber aceptado morir como un criminal por
fidelidad a Dios y amor a los hombres fue el acto que lo transformó,
realizándolo totalmente; su resurrección lo situó en la esfera divina, y
con el don del Espíritu libera definitivamente a los hombres del
pecado (liberación definitiva). El templo y culto terrestres
carecen de sentido; culto a Dios es la propia vida ofrecida como la de
Jesús, por amor a los hombres (11-12).
Los ritos exteriores no dan sino pureza exterior; sólo la
acción del Mesías, que asegura el perdón de Dios, descarga la conciencia
del lastre del pecado, capacitando a los hombres para acercarse a Dios.
El acceso a Dios se identifica con la relación Padre-hijo, que se
instaura cuando el hombre recibe el Espíritu (13-14).
Salmo 47,2-3.6-9.
2 Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo
3 porque el Señor es altísimo y terrible,
emperador de toda la tierra.
6 Ascendió Dios entre aclamaciones,
el Señor a toque de trompeta.
7 Tañed para Dios, tañed,
tañed para nuestro rey, tañed,
8 porque Dios es rey de toda la tierra:
tañed con maestría.
9 Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su santo trono.
Explicación.
47,2 En un invitatorio clásico figuran como destinatarios todos los pueblos. Si debieran aclamar solo a ´elohim= Dios, no sería extraño; pero el verso inmediato individualiza. La invitación suena como hipérbole, quizá como utopía.
47,3 Nombre y títulos. Se llama Yhwh, es el "Altísimo": cfr. Gn
14,18-22, y 21 veces en el salterio. Es "terrible", impresionante,
temible por su poder, respetable por su majestad. Es "emperador"
universal: para el título humano, is 36,4.13.
47,6 El verbo está en perfecto; es uno de los verbos clásicos de la
salida de Egipto hacia Canaán. Suena a paradoja que el Dios "Altísimo"
ascienda.
47,9 El trono está en el cielo (Sal 93,2; 103,19; Is 66,1), en Jerusalén o Sión (Jr 17,12), en el templo (Is 6,1; Ez 43,7).
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA
El tema de la realeza, de Dios Padre y de Jesucristo, atraviesa el NT y
culmina en el Apocalipsis. El tema de la ascensión, sin perder su
carácter de símbolo, adquiere un realismo nuevo aplicado a Cristo. Es el
gran principio narrativo unificador de Lc 9,51 en adelante. También
suena en Ef 4,9; Flp 2,5-11. La liturgia canta este salmo en la fiesta
de la Ascensión.
Evangelio. Marcos 3,20-21.
Reacciones populares a la iniciativa de Jesús
20Fue a casa, y se reunió de nuevo tal multitud de gente que no
podían ni comer. 21Al enterarse los suyos se pusieron en camino para
echarle mano, pues decían que había perdido el juicio.
Explicación.
La constitución del Israel mesiánico, que sustituye e invalida al
antiguo (1,15; 2,21s), es un desafío a las autoridades judías. La
opinión popular se divide. Una multitud, evidentemente descontenta del
sistema, se apiña «en casa» (gr. oikos, cf 2,1; ahora la casa del Israel
mesiánico). Los allegados de Jesús, en cambio, juzgan su acción una
locura e intentan impedir su actividad.
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. 1 Corintios 1,26-31.
26Y
si no, hermanos, fijaos a quiénes os llamó Dios: no a muchos
intelectuales, ni a muchos poderosos, ni a muchos de buena familia;
27todo lo contrario: lo necio del mundo se lo escogió Dios para humillar
a los sabios; y lo débil del mundo se lo escogió Dios para humillar a
lo fuerte; y lo plebeyo del mundo, lo despreciado, se lo escogió Dios:
lo que no existe, para anular a lo que existe, 29de modo que ningún
mortal pueda enorgullecerse ante Dios.
30Pero de él viene que vosotros, mediante el Mesías Jesús, tengáis
existencia, pues él se hizo para nosotros saber que viene de Dios:
honradez y, además, consagración y liberación, 31 para que, como dice la
Escritura: "El que está orgulloso, que esté orgulloso del Señor" (Jr
9,22).
EXPLICACIÓN.
Si
la doctrina de la cruz hubiera de conocerse por especulación
intelectual, no existiría esta comunidad de gente humilde (26-29). Ellos
lo deben todo a Dios, y su existencia confunde al orgullo del mundo.
Jesús les ha dado todo lo que son y él lo es todo para ellos (30). De
ahí que su único orgullo haya de ser pertenecer al Señor (cf. Jr 9,22s)
(31).
Salmo. 23,1-6.
Ez 34; Jn 10
1 El Señor es mi pastor: nada me falta.
2 En verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
3 y repara mis fuerzas;
me guía por senderos oportunos
como pide su título.
4 Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo: Tú vas conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.
5 Me pones delante una mesa
frente a mis enemigos.
Me unges con perfume la cabeza,
mi cabeza rebosa.
6 Tu bondad y lealtad me escoltan
todos los días de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor
por días sin término.
Explicación.
23.
Este salmo es uno de los favoritos del salterio: por la tradición de
David pastor y por la culminación en la imagen del Buen Pastor. También
por su sencillez y riqueza: en dos imágenes o escenas de conjunto
comprime un número inesperado de símbolos elementales. Las imágenes son
dos: el pastor en 1-4, el anfitrión en 5-6. El verso central, 4b, se une
a lo que precede por la imagen, a lo que sigue por la aparición de la
segunda persona.
La
imagen del pastor está desarrollada con realismo y concreción, por
medio de rasgos breves que evocan la escena. Hay que dejarse conducir
por la imaginación, sin espiritualizar: el césped verde con una fuente,
para tumbarse, reposar y recobrar fuerzas; las roderas del camino, la
cañada al oscurecer, la vara que encamina con un toque y el callado que
golpea rítmica y sonoramente el suelo. La imagen suelda dos planos de
significado en una arista común, desde la cual se dominan ambas
vertientes en mirada simultánea. Lo dicho de las ovejas vale del hombre;
lo personal se adelanta a primer plano en el "tú vas conmigo".
La
imagen libera varios símbolos, arquetípicos o culturales. La imagen del
pastoreo se inscribe en las relaciones del hombre con los animales,
dominados y domésticos. El verde aplaca los ojos, revela a la tierra
materna y acogedora. El agua quita la sed y suscita energía vital. El
caminar es experiencia radical. La oscuridad evoca miedos infantiles y
temores no aclarados; en ella se siente con más fuerza la presencia
amiga. La potencia simbólica de estos rasgos no se agota en la primera
lectura.
La
imagen del huésped. En la cultura nomádica es fundamental la
hospitalidad. Podemos imaginar un fugitivo de su clan que pide asilo. El
jeque lo acoge en su tienda, le ofrece protección, comida y bebida,
ungüentos aromáticos. Al observar la escena los enemigos perseguidores
se detienen en la puerta o cortina: el jeque lo protege. Cuando ha
terminado, el jeque le ofrece una escolta que lo acompañe en el camino
hasta casa, que es la casa del Señor. Esta parte añade los símbolos de
comer y beber.
Las
tradiciones del éxodo nos dan una clave para comprender la unidad de
las dos imágenes: el Señor guía a su pueblo por el desierto como a un
rebaño, buscándole agua y comida y reposo. Cuando llegan a la tierra
prometida, el Señor los recibe como anfitrión en su territorio: Éx
15,13; Sal 68,11; 77,21. Dos veces el poeta interrumpe el descanso con
el camino, no lo contrario. ¿Toda la vida en camino o una morada final
en el templo? El poema termina con una tensión no resuelta, como si una y
otra vez se volviera a empezar.
23,1 Es frecuente la imagen de Dios pastor: Sal 78,52; 80,2; Is 40,10s; Jr 23,4.
23,3 El hebreo shem puede significar nombre, título, fama. Aquí encaja mejor lo segundo.
23,4 "Me sosiegan": el verbo es frecuente en Is II: 40,1; 49,13; 51,3.12.19; 52,9.
23,5 El uso de perfumes en los banquetes está atestiguado abundantemente.
23,6 "Bondad y lealtad" personificados como escolta.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Jn
10,1-18 presenta a Jesús como el bueno o auténtico pastor (Ez 34). La
primera carta de Pedro sintetiza en la imagen cristología con
eclesiología: 2,25; 5,2-4. A partir de esos datos se puede conducir una
reflexión sobre símbolos del salmo y sacramentos.
Evangelio. Mateo 13,44-46.
44
Se parece el reino de Dios a un tesoro escondido en el campo; si un
hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y de la alegría va a vender
todo lo que tiene y compra el campo aquél.
45 Se parece también el reino de Dios a un comerciante que buscaba perlas finas;
46 al encontrar una perla de gran valor fue a vender todo lo que tenía y la compró.
Explicación.
Parábolas
del tesoro y de la perla: el compromiso total que exige el Reino no se
hace por un esfuerzo ascético de voluntad, sino por la alegría de haber
descubierto un valor insospechado e incomparable. Va a vender todo lo que tiene (44.46), alusión a 5,3 (cf. 19,21).
No hay comentarios:
Publicar un comentario