Primera Lectura. 1 Pedro 5,5-14.
5Respecto a los jóvenes: poneos a disposición de las personas de edad.
Y todos, en el trato mutuo, forraos bien de humildad, porque «Dios se enfrenta con los arrogantes, pero concede gracia a los humildes» (Prov 3,34). 6Por
eso haceos humildes, para estar bajo la mano poderosa de Dios, que él a
su tiempo os levantará; 7 descargad en Dios todo agobio, que a él le
interesa vuestro bien.
8Despejaos,
espabilaos, que vuestro adversario el diablo, rugiendo como un león,
ronda buscando a quien tragarse. Hacedle frente firmes en la fe,
sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero están pasando por
idénticos sufrimientos. 10Tras un breve padecer, Dios, que es todo
gracia y que os llamó por el Mesías a su eterna gloria, él en persona os restablecerá, afianzará, robustecerá y dará estabilidad.
11Suyo es el dominio por los siglos. Amén.
12Por mano de Silvano, hermano de toda confianza -que
por tal lo tengo-, os he escrito esta breve carta para exhortaros y
confirmaros que ésta es la verdadera gracia de Dios: apoyaos en ella.
13Os manda recuerdos, la que está en Babilonia,
elegida como vosotros, y en particular mi hijo Marcos. 14Saludaos unos a
otros con el beso fraterno. Paz a todos vosotros los cristianos.
EXPLICACIÓN.
5-7 Corrige el autoritarismo y la codicia de ciertos líderes de la comunidad (para los responsables,
cf. 1 Tim 5,17). La disponibilidad de los jóvenes respecto a los
ancianos, acostumbrada en toda sociedad, es sólo un ejemplo de la
humildad que ha de caracterizar el trato de unos con otros dentro de la
comunidad. El autor apoya esta actitud citando Prov 3,34 (5).
8-14. El diablo, adversario de la comunidad, representa a
los perseguidores. Vigilancia para no ceder a las tentaciones que
ofrece la sociedad. La fe o adhesión a Jesús es el arma defensiva de los
cristianos. El fin de la carta recuerda su principio (1,6). Contraste
entre la brevedad del padecer y la gloria futura (8-10). Silvano, amanuense (cf. 1 Tes 1,1; 2 Tes 1,1). Despedida desde Roma (Babilonia).
Para Marcos, cf. Hch 12,12.25; 13,5.13; 15,37.39. Saludos de una
comunidad a otra (cf. 2 Jn 1,13). Para el beso, cf. Rom 16,16.
Salmo. 89,2-3.6-7.16-17.
2La lealtad del Señor cantaré eternamente,
anunciaré de edad en edad tu fidelidad.
3Afirmo: Tu lealtad está construida en los cielos,
en ellos está firme tu fidelidad:
6Proclamen los cielos tu maravilla, Señor,
tu fidelidad en la asamblea de los Santos.
7Pues ¿quién sobre las nubes se compara al Señor
o se asemeja al Señor entre los seres divinos?
16Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, Señor, a la luz de tu rostro.
17Tu nombre es su gozo constante,
tu justicia es su orgullo.
Explicación.
89,2-3
El orante enuncia su programa: un canto para la posteridad, perdurable
como el tema que trata y como su garantía celeste.
89,6
Se refiere a la corte celeste: los "cielos" personificados (cfr. Sal
19,2; Sal 50,6; Is 1,2). Los "Santos": Job 5,1; 15,15; Zac 14,5.
89,7
"Nubes": tomando el singular hebreo como colectivo; sería el reino de
los meteoros controlados por divinidades. Los verbos de comparar se unen
en Is 40,18.
89,16
"Aclamar" la palabra hebrea denota aquí un grito de triunfo. Por el
camino de la vida y la conducta los ilumina como un sol el rostro
benévolo de Dios.
Transposición cristiana.
Ya
durante la economía antigua se leyó el salmo en clave mesiánica, y así
lo han leído los cristianos. Parte del v. 21 se cita en Hch 13,22; 28b
se cita en Ap 1,5. Más importantes son las relaciones temáticas: el
título de Mesías, la unción, la relación Hijo / Padre, el título de
primogénito (Rom 8,29; Col 1,15.18 Ap 1,5; Heb 1,6). Y para meditar el
tema de la fidelidad, tenemos Rom 1,5.8; 2 Tim 2,11-13.
Evangelio. Marcos 16,15-20.
UN FINAL AÑADIDO AL EVANGELIO DE MARCOS.
Misión de los discípulos y ascensión (Mt 28,16-20; Lc 24,36-53).
15 Y añadió:
-Id
por el mundo entero proclamando la buena noticia a toda la humanidad.
16El que crea y se bautice, se salvará; el que se niegue a creer, se
condenará. 17A los que crean, los acompañarán estas señales: echarán
demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, 18cogerán serpientes en
la mano y, si beben algún veneno, no les hará daño; aplicarán las manos a
los enfermos y quedarán sanos.
19Después
de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de
Dios. 20Ellos se fueron a proclamar el mensaje por todas partes, y el
Señor cooperaba confirmándolo con señales que los acompañaban.
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