sábado, 22 de abril de 2023

VIERNES 28 DE ABRIL DEL 2023

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN

PRIMERA LECTURA. Hechos 9,1-20.

HECHOS DE LOS APÓSTOLES. ÍNDICE.

   1 Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, fue a ver al sumo sacerdote
2 y le pidió credenciales para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a llevarse presos a Jerusalén a los que encontrase que seguían aquel Camino, lo mismo hombres que mujeres.
                     3 En el viaje, al acercarse a Damasco, de repente una luz celeste lo envolvió con claridad;
4 cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
                    - ¡Saúl, Saúl!, ¿por qué me persigues?
                     5 Preguntó él:
                    - ¿Quién eres, Señor?
                    Respondió éste:
                    - Yo soy Jesús, a quién tu persigues.
6 Anda, levántate, entra en la ciudad y allí te dirán lo que tienes que hacer.
                   7 Sus compañeros de viaje se habían detenido mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie.
8 Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. De la mano lo llevaron hasta Damasco.
9 Estuvo tres días sin vista y sin comer ni beber.

  SAULO RECOBRA LA VISTA GRACIAS A ANANÍAS.

                 10 Había en Damasco cierto discípulo de nombre Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
                 - ¡Ananías!
                 Respondió él:
                 - Aquí estoy, Señor.
                11 El Señor le dijo:
                - Ve en seguida a la calle que llaman Derecha y pregunta en casa de Judas por un tal Saulo de Tarso. Ahora está orando
12 y ha tenido una visión: que un individuo llamado Ananías entraba y le aplicaba las manos para que recobrase la vista.
                13 Ananías replicó:
                - Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus consagrados en Jerusalén;
14 y aquí tiene poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.
               15 El Señor le repuso:
               - Anda, ve, que ese hombre es un instrumento elegido por mí par que lleve mi nombre delante de los paganos y de sus reyes, así como de los israelitas.
16 Yo le mostraré cuánto tiene que padecer por ese nombre mío.
               17 Partió Ananías y entró en aquella casa, le aplicó las manos y le dijo:
               - Hermano Saúl, el Señor me ha enviado, Jesús, el que se te apareció cuando venías por el camino, para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.
               18 Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se levantó y lo bautizaron.
19 Luego tomó alimento y le volvieron las fuerzas.

     SAULO PROCLAMA QUE JESÚS ES EL MESÍAS.

                Pasó unos días con los discípulos de Damasco,
20 y muy pronto se puso a predicar en las sinagogas sobre Jesús, afirmando que éste es el Hijo de Dios.

Explicación.

La conversión de Saulo ocupa el centro del tríptico. También esta secuencia consta de tres cuadros. El primer cuadro enlaza con el intento de Saulo de suprimir a la iglesia helenista (8,3), ampliando su radio de acción a las sinagogas de la diáspora (1s).

                    La primera fase de la conversión de Saulo tiene lugar en el camino de Damasco: primero ve una luz cegadora, experiencia visual (2, cf. 22,6; 26,13); luego escucha la voz de Jesús, experiencia auditiva, que lo llama en arameo por su nombre ("Saúl" persigue a "Jesús", su hermano, que se identifica con los perseguidos) y lo invita a levantarse de su postración (la "caída" de Saulo manifiesta externamente el derrumbamiento que se ha producido en su interior) y a ponerse en contacto con la comunidad de Damasco (4-6, cf. 22,7s.10; 26,14-16a).

                   Los acompañantes oyen ruido de voces, pero no perciben diálogo alguno ni distinguen a nadie (7, cf. 22,9; 26,13). Saulo, por su parte, ha quedado "cegado" por la revelación que le ha hecho el Señor (8a, cf. 22,11a), de cuyo contenido sólo se enterará el lector cuando Pablo tome conciencia plena de su misión (comp. 26,16-18; 22,17-21 con el enunciado escueto del v.6); al resistirle a aceptarla, la luz celeste lo ha dejado ciego; no así a sus acompañantes, quienes, según la versión dada más tarde por Pablo mismo, vieron la luz (cf. 22,9) lo mismo que él (26,13) y lo han de llevar de la mano hasta Damasco (8b, cf. 22,11b). Los "tres días" sin comer ni beber simbolizan el estado de muerte en que se encuentra (9).

                   Segundo cuadro: Da comienzo con la presentación de un personaje que representa a los discípulos helenistas de la diáspora (10a). Ananías tiene una visión del Señor, invitándolo a ponerse en contacto con Saulo, pues lo está aguardando (10b-12). El breve forcejeo con el Señor sirve para subrayar el fanatismo a ultranza del perseguidor (13s) y la calidad del futuro apóstol (15s).

                  La misión de Ananías es doble: vencer la resistencia de Saulo a aceptar a Jesús como el Mesías fracasado ante los judíos y que ha inaugurado el reinado universal de Dios ("para que recobres la vista") y bautizarlo con Espíritu Santo ("para que te llenes de Espíritu Santo") (17).

                 Saulo recobra la vista y es bautizado con agua (18; cf.22, 13-16). No se dice que haya recibido la fuerza del Espíritu, pero sí que va recobrando fuerzas (19a). La clave para entender este principio de conversión de Saulo (la conversión plena y definitiva tendrá lugar, como se verá, al final de Hch) reside en el tema "no ver/recobrar la vista", tema que ha aflorado ya en Lc 7,22; 18,31-34 y que reaparecerá en Hch 13,11, donde se podrá apreciar una serie de referencias a la presente escena.

                 Tercer cuadro: En Damasco, Saulo se dedica a predicar a los judíos que Jesús es el Hijo de Dios (20),  

SALMO. 117,1-2.

(Rom 15,11)
1 Alabad al Señor, todas las naciones, 
aclamadlo, todos los pueblos. 
2porque la lealtad del Señor
puede más que nosotros
y la fidelidad del Señor es perpetua.
Explicación.
117 El salmo más breve del salterio. Un himno completo. Algunos han preguntado si era una antífona aplicable a otros salmos, o el esquema para un desarrollo libre. Un dato es llamativo: la motivación es nacional, "nosotros", la invitación es universal. ¿Es legítima y convincente la invitación? Pablo lo cita en Rom 15,11 para subrayar el alcance universal del mensaje evangélico. 

EVANGELIO.  Juan 6,52-59.
52. Los judíos aquellos discutían acaloradamente unos con otros diciendo:
-¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
53. Les dijo Jesús:
- Pues sí, os lo aseguro: Si no coméis la carne del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
54. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida definitiva y yo lo resucitaré el último día,
55. porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.
56. Quien come mi carne y bebe mi sangre sigue conmigo y yo con él;
57. como a mí me envió el Padre que vive y, así, yo vivo por el Padre, también aquel que me come vivirá por mí.
58. Este es el pan bajado del cielo, no como el que comieron vuestros padres y murieron; quien come pan de éste vivirá para siempre.
59. Esto lo dijo enseñando en una sinagoga, en Cafarnaún.

EXPLICACIÓN.

Discordia entre los adversarios (52). Segunda declaración (53-54): Comer y beber significan asimilarse a Jesús, aceptar y hacer propio el amor expresado en su vida (su carne) y en su muerte (su sangre). En el éxodo, la carne del cordero fue alimento para la salida de la esclavitud, su sangre liberó de la muerte. En el nuevo éxodo, la carne de Jesús es alimento permanente; la carne y la sangre dan vida definitiva. El Hombre en su plenitud es el que hace esa entrega y puede comunicar el Espíritu. No hay realización para el hombre (no tenéis vida en vosotros) si no es por la asimilación a Jesús; el Espíritu que se recibe lleva a una entrega y a una calidad humana como la suya.

Contexto eucarístico (55). Doble aspecto de la eucaristía: nuevo maná, alimento que da fuerza y vida, y nueva norma de vida, no por un código externo (Ley), sino por la identificación con Jesús y su entrega (cf. 1,16: un amor que responde a su amor). Jesús no es un modelo exterior que imitar, sino una realidad interiorizada; sintonía (56). La vida que Jesús posee procede del Padre (cf. 1,32) (57) y él vive en total dedicación al designio de Dios de dar vida al mundo (4,34; 6,39-40.51). Él comunica esa vida a los suyos: la actitud de éstos ha de ser dedicarse a cumplir del mismo designio, tal como lo hace Jesús. A diferencia del antiguo pueblo, la nueva comunidad podrá alcanzar la tierra prometida, la de la vida definitiva (58). Termina la perícopa indicando la ocasión y el lugar. (59).

SÍNTESIS.

El punto central es el don de sí. Lo mismo que Jesús, el discípulo debe considerarse como “pan” que hay que repartir, y debe repartir su pan como si fuese él mismo el que se reparte. Ha de renunciar a poseerse. Sólo el que no tema perderse encontrará la vida. Ésta se posee en la medida en que se entrega. Hacer que la propia vida sea “alimento disponible” para los demás es la ley de la nueva comunidad humana. Esta disposición se expresa en la eucaristía, que renueva el gesto de Jesús. En ella se experimenta su amor en el amor de los demás, y se manifiesta el compromiso de entregarse a los demás como él se entregó.

La nueva sociedad, la que permitirá una vida plenamente humana, no se producirá por una intervención milagrosa de Dios, sino por el amor sin reservas de todos y cada uno por todos. El amor y la acción del Padre, que se han manifestado en Jesús-hombre, han de continuar manifestándose por medio de los hombres. 

2ª OPCIÓN

Primera Lectura: 1 CORINTIOS 1,18-25
 18De hecho, el mensaje de la Cruz para los que se pierden resulta una locura; en cambio, para los que se salvan, para nosotros, es un portento de Dios, 19pues dice la Escritura:
                 Anularé el saber de los sabios,
                 descartaré la cordura de los cuerdos (Is 29,14)

         20¡A ver un sabio, a ver un letrado, a ver un estudioso del mundo este! ¿No ha demostrado Dios que el saber de este mundo es locura? 21Mirad, cuando Dios mostró su saber, el mundo no reconoció a Dios a través del saber; por eso Dios tuvo a bien salvar a los que creen con esa locura que predicamos. 22Pues mientras los judíos piden señales y los griegos buscan saber, 23nosotros predicamos un Mesías crucificado, para los judíos un escándalo, para los paganos una locura; 24en cambio, para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Mesías que es portento de Dios y saber de Dios: 25porque la locura de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios más potente que los hombres.

Explicación.

El interés principal de Pablo es exponer la doctrina de la cruz, la de un salvador crucificado. Perderse o salvarse dependen de la actitud del hombre: los que se salvan (18) son los que toman por modelo la entrega de Jesús para salvar a la humanidad. No se llega al conocimiento de Dios por vía meramente intelectual, se requiere una opción que permita al hombre recibir la comunicación divina (19).

               El sabio corresponde más bien a la cultura pagana; el letrado, a la judía; el estudioso o "disputador" puede aplicarse a los dos (cf. Hch 6,9; 9,29; 28,29), aunque no hay que precisar demasiado. El mundo este, expresión peyorativa, designa la sociedad existente y se opone al mundo futuro (20). La inteligencia humana no ha comprendido el saber y amor de Dios manifestado en la creación (cf. Rom 1,19s); por eso Dios, para darse a conocer, ha escogido el mensaje de la cruz, manifestación "escandalosa" de su amor a los hombres (cf. v.1) (21). Los judíos no lo entienden: ellos esperaban un Mesías con poderes milagrosos; la muerte del Mesías, Jesús, que consideran un fracaso, es para ellos un escándalo. Los griegos buscan sabiduría, es decir, la verdad en términos filosóficos; que la divinidad pudiera manifestarse en un ejecutado es para ellos locura (22-23). Para los cristianos (24), la experiencia de salvación que han tenido por dar su adhesión a ese crucificado, los convence de que él representa la sabiduría y fuerza de Dios, incomparablemente superior a la humana (25).

SALMO: 40,2.4.7-10
2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.
4 Me puso en la boca un canto nuevo
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.
7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.

Explicación.

40,2-4 El comienzo es una secuencia en cuatro escenas rápidas. Un hombre se debate en el lodo de una ciénaga, que amenaza tragárselo aprovechando sus esfuerzos; grita. Alguien lo saca y coloca sus pies en roca firme. Al sentir la solidez bajo los pies, rompe a cantar de gozo y agradecimiento. Un grupo que asistía expresa su confianza en el liberador.

40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.

40,4 "Poner en la boca" es fórmula de alcance profético: Dt 18,18; Jr 1,9; 5,14.

40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.

40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.

40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.

40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.
Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La carta a los Hebreos recoge y comenta la parte central del salmo, según la versión griega de los LXX. En vez de "me cavaste oídos", dice "me aparejaste un cuerpo"; traduce "rollo" por "título". De este modo opone el autor a los sacrificios antiguos la entrega del Mesías. De aquí arranca el uso de los antiguos de poner todo el salmo en boca de Cristo y después en boca de la Iglesia.

EVANGELIO: Mateo 28,16-20
(Mc 16,14-18; Lc 24,36-39; Jn 20,19-23; Hch 1,9-11)

16Los once discípulos fueron a Galilea al monte donde Jesús los había citado. 17 Al verlo se postraron ante él, los mismos que habían dudado. 18Jesús se acercó y les habló así:
-Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra. 19Id y haced discípulos de todas las naciones bautizadlos rara vincularlos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo 20 y ensenadles a guardar todo lo que os mandé; mirad que yo estoy con vosotros cada día, hasta el fin de esta edad.

EXPLICACIÓN.


16-20. Los once discípulos (cf. 10,1); falta uno, judas el traidor, representante del Israel histórico que ha pedido la muerte de Jesús. El Israel mesiánico se forma sin integrar al antiguo pueblo como tal. Habían dudado (16), como Pedro (cf. 14,21), el escándalo de la cruz. En su vida mortal, «el Hombre» tenía autoridad «en la tierra» (9,6); ahora (cf. 26,64) su autoridad es la del Padre mismo (18): plena condición divina. Misión universal (19), va a cumplirse la promesa hecha a Abrahán (Gn 17,4s; 22,18). Jerusalén, capital de Israel, queda atrás y no va a ser objeto de nueva misión (10,6; 15,24); Galilea abre el camino hacia los paganos. Primer medio para hacer discípulos: el bautismo, que vincula al Padre, fuente del Espíritu, al Hijo, de quien se recibe, y al Espíritu mismo, que potencia al hombre, completa su ser y lo pone en la línea del "Hombre» (cf. 3,16). Segundo medio, la instrucción o enseñanza sobre la práctica del mensaje. Cuanto os mandé, alusión a los «mandamientos mínimos» (5,19), las bienaventuranzas. Los que enseñan esto han de practicarlo (5,19). Promesa para la misión (20b). Así se cumplirá el contenido de su nombre, ¡ Emmanuel!: «Dios con nosotros».

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