jueves, 12 de septiembre de 2024

LECTURAS DEL VIERNES 13 DE SEPTIEMBRE DEL 2024

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

Primera Lectura: 1 Corintios 9,16-19, 22-27

1ª CARTA A LOS CORINTIOS.

16Porque el hecho de predicar el evangelio no es para mí un motivo de orgullo, ése es mi sino, ¡pobre de mí si no lo anunciara! 17Si lo hiciera por mi voluntad, tendría mérito; pero si me han confiado un encargo independientemente de mi voluntad, 18¿dónde está entonces mi mérito? En predicar el evangelio ofreciéndolo de balde, sin aprovecharme del derecho que me da esa predicación.
           19Soy libre, cierto, nadie es mi amo; sin embargo, me he puesto al servicio de todos, para ganar a los más posibles.
22con los inseguros me porté como inseguro, para ganar a los inseguros. Con los que sea me hago lo que sea, para ganar a algunos como sea. 23Y todo lo hago por el evangelio para que la buena noticia me aproveche también a mí.
 24¿No sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, pero uno solo se lleva el premio? Corred así, para ganar. 25Además, cada contendiente se impone en todo una disciplina; ellos para ganar una corona que se marchita, nosotros una que no se marchita. 26Pues yo corro de esa manera, no sin rumbo fijo; boxeo de esa manera, no dando golpes al aire; 27nada de eso, mis directos van a mi cuerpo y lo obligo a que me sirva, no sea que después de predicar a otros me descalifiquen a mí.

Explicación.

Pero libremente ha decidido no hacerlo; parece querer mostrar con esto la calidad de su dedicación a cumplir el encargo recibido (15-18).

Reafirma su libertad (19). 

Él, como todo cristiano, está libre de leyes religiosas, pero administra esa libertad según las circunstancias de la predicación (22-23).

Para alcanzar su meta, Pablo se somete a una rigurosa disciplina, como hacen los atletas en el estadio para obtener la suya. No quiere trabajar en vano, se marca bien sus objetivos y se esfuerza en dar de sí todo lo que puede (24-27).

Salmo 84,3-6.12
3Mi aliento se consume anhelando 
los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne exultan 
por el Dios vivo.
4Hasta el gorrión ha encontrado una casa, 
la golondrina un nido
donde colocar sus polluelos: 
tus altares, Señor de los Ejércitos, 
Rey mío y Dios mío.
5Dichosos los que habitan en tu casa 
alabándote siempre.
6Dichoso el que saca de ti fuerzas 
cuando proyecta su peregrinación. 
12Porque el Señor es sol y es escudo, 
Dios concede favor y gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
Explicación.
84,3 El ansia es total: aliento o espíritu, corazón o mente, carne o cuerpo.
84,4 La imagen del ave suena casi a proyección sentimental. El poeta se detiene complacido en el doble sentido de casa: el ave ha puesto casa para sus polluelos, en la casa de Dios: huésped acogido a la hospitalidad ancha de Dios. ¡Ouién fuera como ella! 

84,5-6 El orante empareja a los "habitantes" con los peregrinos". Sal 65,5 parece preferir a los que habitan; véase también Sal 91,1.
El salmo dedica más espacio al peregrino. 

84,6 Con mediana probabilidad podemos distinguir una decisión previa y tres etapas de peregrinación. Según el texto hebreo, el orante está pensando o planeando "calzadas": Jr 31,21. a) Primera etapa: creo que el autor explota el doble sentido de varias palabras: "valle de Baká = Valmorera = Valdellanto", ''Transforman = eben", "lluvia de otoño = Maestro", "lo viste de albercas = lo cubre de bendiciones". b) Segunda etapa: en sentido propio "baluartes" o plazas fuertes que jalonan el itinerario; o el renovarse de las fuerzas (cfr. Is 40,31); o las fortificaciones de la capital (Sal 48,4). e) Tercera parte: la presencia de Dios en el templo: compárese con  Is 35,2; 40,4; Jr 31,3; Sal 63,3.
84,12 "Sol" como título divino es caso único; en otros textos se le dan atributos solares: Dt 33,2; Is 60; 62; Sal 57. 

Transposición cristiana. 
En clave cristológica: Jesús es más que el templo (Mt 12,6), es manifestación de Dios (Jn 14,9), es morada nuestra (Jn 15,4). Jesús glorificado: (Jn 2,19-21). En clave eclesiológica. La Iglesia presente es templo de Dios (Ef 2,21 s). La Iglesia celeste (Heb 13,14; 2 Cor 5,1).
EVANGELIO: Lucas 6,39-42
39 Y añadió una comparación: - ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 40 Un discípulo no es más que su maestro, aunque, terminado el aprendizaje, cada uno le llegará a su maestro. 41 ¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? 42 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, deja que te saque la mota del ojo", sin fijarte tú en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita!, sácate primero la viga de tu ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.

EXPLICACIÓN. 

Actitud del discípulo. Dicho proverbial (39). Ser igual al maestro, no en el mero saber, sino en la práctica del mensaje (el amor expuesto en la parte anterior): Jesús, el Hombre-Dios, espera que los suyos lleguen a su altura (cf. Jn 13,44) (40). Conducta inmadura: corregir a otros sin ver los propios defectos; la ceguera, la viga: la falta de amor (41s).

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura: Efesios 4,1-7.11-13
1En consecuencia, un favor os pido, yo, el prisionero por el Señor: Que viváis a la altura del llamamiento que habéis recibido; 2sed de los más humilde y sencillo, se pacientes y conllevaos unos a otros con amor. 3Esforzaos por mantener la unidad que crea el Espíritu, escuchándola con la paz. 4Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza que os abrió su llamamiento; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y un Padre de todos, que está sobre todos, entre todos y en todos.
              7Pero cada uno hemos recibido el don en la medida en que el Mesías nos lo dio.
11Y así, fue él quien dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, 12con el fin de equipar a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo del Mesías, 13hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías.

Explicación.

El tema de la unidad, expuesto anteriormente, lleva a la exhortación. La unidad es fruto del Espíritu y exigencia ineludible del llamamiento cristiano. La actitud de humildad y amor paciente es esencial, para impedir que la unidad sea destruida por los defectos ordinarios (2-3). Motivos profundos de la unidad (4-5); sobre todos, gr. epi pántôn, cf. Rom 9,5; entre todos, gr. dia pántôn, expresa una relación con todo el cuerpo de la comunidad, a través de la cual se difunden el influjo y la fuerza de Dios; en todos, gr. en pâsin, más individual, indica la habitación de Dios en cada uno (6).

             Pasa de la relación con la comunidad como un todo a la relación con los individuos. La unidad no significa uniformidad; es dinámica, fruto de la colaboración de todos en la tarea común, cada uno con el don que ha recibido (7).

 Los dones miran a la construcción de la nueva comunidad humana, el cuerpo/pueblo del Mesías. Apóstoles no designa a los Doce, sino a todos los que tienen el carisma de fundar comunidades y educarlas en la fe; profetas, los que, inspirados por el Espíritu, transmiten a la comunidad mensajes del Señor; evangelistas, predicadores itinerantes; pastores, responsables que cuidad de la comunidad (cf. 1 Pe 2,25, de Jesús); maestros, los que proponen y explican el mensaje de Jesús. Unidad, madurez, desarrollo pleno, cuya meta es la condición de Jesús Mesías (11-13). 

Salmo: 40,2.4.7-11
2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.
4 Me puso en la boca un canto nuevo
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.
7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.
11 No me he guardado en el pecho tu justicia,
he anunciado tu verdad y tu salvación,
no he negado tu lealtad y fidelidad
a la asamblea numerosa.

Explicación.

40,2-4 El comienzo es una secuencia en cuatro escenas rápidas. Un hombre se debate en el lodo de una ciénaga, que amenaza tragárselo aprovechando sus esfuerzos; grita. Alguien lo saca y coloca sus pies en roca firme. Al sentir la solidez bajo los pies, rompe a cantar de gozo y agradecimiento. Un grupo que asistía expresa su confianza en el liberador.

40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.

40,4 "Poner en la boca" es fórmula de alcance profético: Dt 18,18; Jr 1,9; 5,14.

40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.

40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.

40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.

40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.
Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La carta a los Hebreos recoge y comenta la parte central del salmo, según la versión griega de los LXX. En vez de "me cavaste oídos", dice "me aparejaste un cuerpo"; traduce "rollo" por "título". De este modo opone el autor a los sacrificios antiguos la entrega del Mesías. De aquí arranca el uso de los antiguos de poner todo el salmo en boca de Cristo y después en boca de la Iglesia.

Evangelio. 2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN. Mc 4,1-10.13-20. 2ª OPCIÓN: Mc 4,1-9
1De nuevo empezó a enseñar junto al mar. Se congregó alrededor de él una multitud grandísima; él entonces se subió a una barca y se quedó sentado, dentro del mar. Toda la multitud se quedó en la tierra, de cara al mar, 2y se puso a enseñarles muchas cosas con parábolas. En su enseñanza, les dijo:
3-¡Escuchad! Una vez salió el sembrador a sembrar. 4Sucedió que, en la siembra, algo cayó junto al camino; llegaron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en el terreno rocoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida, 6pero cuando salió el sol se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7Otra cayó entre las zarzas: brotaron las zarzas, la ahogaron, y no llegó a dar fruto. 8Otros granos cayeron en la tierra buena: a medida que brotaban y crecían fueron dando fruto, produciendo treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.
9Yañadió:
-¡Quien tenga oídos para oír, que escuche! 
Aparte de Jesús con sus seguidores (Mt 13,10-23; Lc 8,9-18)
10Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él ) le preguntaron con los Doce la razón de usar parábolas.
13Les dijo además:
 -¿No habéis entendido esa parábola? Entonces, ¿cómo vais a entender ninguna de las otras? 14El sembrador siembra el mensaje. Estos son «los de junto al camino»: aquellos donde se siembra el mensaje, pero, en cuanto lo escuchan llega Satanás y les quita el mensaje sembrado en ellos. 16Estos son «los que se siembran en terreno rocoso»: los que, cuando escuchan el mensaje en seguida lo aceptan con alegría, 17pero no echa raíces en ellos, son inconstantes: por eso, en cuanto surge una dificultad o persecución por el mensaje, fallan. 18Otros son «los que se siembran entre las zarzas»: éstos son los que escuchan el mensaje, 19pero las preocupaciones de este mundo la seducción de la riqueza y los deseos de todo lo demás van penetrando, ahogan el mensaje y se queda estéril. 20y ésos son «los que se han sembrado en la tierra buena»: los que siguen escuchando el mensaje, lo van haciendo suyo y van produciendo fruto: treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.

Explicación.

a) (4,1-9): Jesús no se acobarda ante la oposición oficial y vuelve a enseñar en público. El mar, paso a los pueblos paganos (cf.  1,16; 2,13; 3,7a). Mientras enseña a un grupo, se acerca una gran multitud, necesariamente de descontentos con el sistema, con el que Jesús ha roto públicamente, pero penetrada aún por la ideología del judaísmo (se congregó, cf. 1,33). Jesús interrumpe su enseñanza, sube a una barca (no suya) y comienza de nuevo a enseñar, pero de otra manera, como había hablado a los letrados (3,23: comparaciones/parábolas). Tiene así en cuenta la ideología de la multitud, que ve en él un caudillo para su lucha contra el sistema injusto y capaz de liberar a Israel de la opresión. 

Comenzar por una exposición abierta del mensaje, basado en la entrega personal y en la constitución de una sociedad nueva y universal, la alejaría para siempre. La asimilación, si se produce, ha de ser lenta. La exhortación inicial: Escuchad (3), recuerda la llamada a Israel de Dt 6,4. El sembrador representa a Jesús.

 Aparte de Jesús con sus seguidores. Aparecen los dos grupos: a) los Doce (= Israel mesiánico, cf. 3,13-19) y b) los que estaban en torno a él (los seguidores no israelitas, cf. 3,32.34).

Estos últimos se unen a los Doce para preguntar a Jesús el motivo de hablar en parábolas. Piensan que el mensaje es accesible a la multitud; no ven diferencia entre ellos y la gente (10). 

No han entendido la parábola, porque no se esperaban que Jesús hablase de disposiciones interiores, sino de acción exterior (13). Los cuatro terrenos son cuatro disposiciones del hombre ante el mensaje:

a) no lo deja penetrar (cf. 10,46ss) (Satanás, la ideología/ambición de poder lo neutraliza y no deja huella); b) lo acepta superficialmente, sin compromiso serio (cf. 14,27-31); c) no renuncia a la ambición de dinero (cf. 10,26); d) lo hace propio y da fruto (14-20).

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