sábado, 3 de septiembre de 2022

MARTES 13 DE SEPTIEMBRE DEL 2022

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. 1 Corintios 12,12-14.27-31.

 12Es un hecho que el cuerpo, siendo uno, tiene muchos miembros, pero los miembros, aun siendo muchos, forman entre todos un solo cuerpo. 13Pues tambén el Mesías es así, porque también a todos nosotros, ya seamos judíos o griegos, esclavos o libres, nos bautizaron con el único Espíritu para formar un solo cuerpo, y sobre todos derramaron el único Espíritu; 14y es que tampoco el cuerpo es todo el mismo órgano, sino muchos. 
 27Pues bien, vosotros sois cuerpo de Cristo, y cada uno por su parte es miembro. 28En la comunidad Dios ha establecido a algunos en primer lugar como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como maestros; luego hay obras extraordinarias; luego dones de curar, asistencias, funciones directivas, diferentes lenguas. 29¿Son todos apóstoles?, ¿son todos profetas?, ¿son todos maestros?, ¿hacen todos obras extraordinarias?, 30¿tienen todos dones de curar?, 31a¿hablan todos en lenguas?, ¿pueden todos traducirlas? 31b Pues ambicionad los dones más valiosos.

EXPLICACIÓN.

 Para inculcar que los carismas o dones del Espíritu se dan para el bien común, Pablo utiliza una analogía popular entre los filósofos de su tiempo: los miembros de una sociedad o grupo humano están vinculados como los miembro de un mismo cuerpo; aquí, por obra del Espíritu, que crea la igualdad fundamental. Como sucede en el cuerpo, sin embargo, la diversidad no se opone a la unidad (12-13); más aún, es indispensable, porque las funciones son complementarias (14-20).

Aceptar las diferencias de funciones, querida por Dios; si todos los miembros de la comunidad tuviesen la misma función, no sería posible el servicio mutuo. Los dones más valiosos no son los más llamativos, sino los que más contribuyen a construir la comunidad. Apóstol, el que funda comunidades y las educa en la fe; profeta, el que transmite a la comunidad lo que el Señor quiere enseñarlo o indicarle; maestro, el que explica el mensaje de Jesús. Otros dones más ocasionales (27-28). No debe haber rivalidades (29-30). Los dones más valiosos, crítica implícita a la excesiva valoración del don de lenguas (cf. 14,2) (31a).

SALMO. 100,1-5.

1Vitorea al Señor, tierra entera, 

2servid al Señor con alegría

entrad a su presencia aclamando.
3Sabed que el Señor es Dios,
él nos hizo y somos suyos,
pueblo suyo y ovejas de su aprisco.
4Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dadle gracias, bendecid su nombre:
5«EI Señor es bueno, su misericordia es eterna,
su fidelidad de edad en edad».

Explicación.

100 Himno con invitatorio ampliado y motivación simplificada. El invitatorio se articula en siete imperativos, de los cuales el central da contenido concreto a la alabanza. El último verso es el texto de la bendición. En un horizonte universal, de "la tierra entera" se coloca la elección de un rebaño. El contexto es cúltico, como una procesión de "entrada": "puertas, atrios, presencia".

100,2. "Servid" puede tener sentido genérico, venerar, o restringido, dar culto.
100,3. "Sabed" es imperativo raro: tiene el peso de reconocer. El complemento "nos" se estrecha al pueblo. "Nos ha hecho" físicamente por la bendición patriarcal de la fecundidad (Gn 12,2); políticamente, haciendo de una masa de esclavos una nación libre; religiosamente por la alianza.
100,5. "Bondad, fidelidad y lealtad" forman parte de la proclamación litúrgica, desde Ex 34,6 en adelante.

Transposición cristiana.

 "Nos hizo" se puede ensanchar para que abarque a todos los hombres (Hch 17,26); se puede estrechar a la Iglesia como rebaño del buen pastor (Jn 10,12-16).

EVANGELIO. Lucas 7,11-17.

11 Después de esto fue a una ciudad llamada Naín, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.
12 Cuando se acercaba a las puertas de la ciudad resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; una considerable multitud de la ciudad la acompañaba.
13 Al verla el Señor, se conmovió y le dijo:
- No llores.
14 Acercándose, tocó el ataúd (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
- ¡Joven, a ti te hable, levántate!
15 El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.
16 Todos quedaron sobrecogidos y alababan a Dios diciendo:
- Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Y también:
- Dios ha visitado a su pueblo.
17 Este dicho acerca de Jesús se extendió por todo el país judío y todo el territorio circundante.

EXPLICACIÓN.

D. Jesús e Israel. 11-17. Como en el episodio anterior, dos personajes; ahora, la madre y el hijo muerto, figuras respectivamente de la ciudad/nación (Sión) y del pueblo. Alusión a Elías y la viuda de Sarepta (1 Re 17,8-24) y a Eliseo y la sunamita (2 Re 4,32-37). Para los contemporáneos, la muerte del hijo único significaba un juicio y castigo de Dios contra la madre viuda. Viuda, Israel privado de su Dios (cf. Jr 51,5); el hijo único, el pueblo. El Señor(13): condición divina. La situación de Israel conmueve a Jesús; tocar el ataúd, no hacer caso de la impureza legal (Nm 19,11-16; cf. Lc 5,13); lo detiene en su camino hacia la muerte definitiva (entierro) (14).

La palabra de Jesús comunica vida, capacita al muerto para levantarse por sí solo (cf. 5,24). Nueva vida: movimiento y palabra. Se lo entregó a su madre, cf. 1 Re 17,23; Elías, tipo de Jesús (15). Doble comentario (16): Un gran profeta, como Elías y Eliseo (cf. 2 Re 4), continuidad con el AT. Dios ha enviado a su pueblo, trasfondo mesiánico (cf. 1,68, cántico de Zacarías), anuncio de la liberación de Israel (cf. Éx 4,31), esperanza de cambio definitivo.

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura: Efesios 4,1-7.11-13

1En consecuencia, un favor os pido, yo, el prisionero por el Señor: Que viváis a la altura del llamamiento que habéis recibido; 2sed de los más humilde y sencillo, se pacientes y conllevaos unos a otros con amor. 3Esforzaos por mantener la unidad que crea el Espíritu, escuchándola con la paz. 4Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza que os abrió su llamamiento; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y un Padre de todos, que está sobre todos, entre todos y en todos.
              7Pero cada uno hemos recibido el don en la medida en que el Mesías nos lo dio.
11Y así, fue él quien dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, 12con el fin de equipar a los consagrados para la tarea del servicio, para construir el cuerpo del Mesías, 13hasta que todos sin excepción alcancemos la unidad que es fruto de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, la edad adulta, el desarrollo que corresponde al complemento del Mesías.

Explicación.

 El tema de la unidad, expuesto anteriormente, lleva a la exhortación. La unidad es fruto del Espíritu y exigencia ineludible del llamamiento cristiano. La actitud de humildad y amor paciente es esencial, para impedir que la unidad sea destruida por los defectos ordinarios (2-3). Motivos profundos de la unidad (4-5); sobre todos, gr. epi pántôn, cf. Rom 9,5; entre todos, gr. dia pántôn, expresa una relación con todo el cuerpo de la comunidad, a través de la cual se difunden el influjo y la fuerza de Dios; en todos, gr. en pâsin, más individual, indica la habitación de Dios en cada uno (6).

             Pasa de la relación con la comunidad como un todo a la relación con los individuos. La unidad no significa uniformidad; es dinámica, fruto de la colaboración de todos en la tarea común, cada uno con el don que ha recibido (7).

 Los dones miran a la construcción de la nueva comunidad humana, el cuerpo/pueblo del Mesías. Apóstoles no designa a los Doce, sino a todos los que tienen el carisma de fundar comunidades y educarlas en la fe; profetas, los que, inspirados por el Espíritu, transmiten a la comunidad mensajes del Señor; evangelistas, predicadores itinerantes; pastores, responsables que cuidad de la comunidad (cf. 1 Pe 2,25, de Jesús); maestros, los que proponen y explican el mensaje de Jesús. Unidad, madurez, desarrollo pleno, cuya meta es la condición de Jesús Mesías (11-13). 

Salmo: 40,2.4.7-11

2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.
4 Me puso en la boca un canto nuevo
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.
7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.
11 No me he guardado en el pecho tu justicia,
he anunciado tu verdad y tu salvación,
no he negado tu lealtad y fidelidad
a la asamblea numerosa.

Explicación.

40,2-4 El comienzo es una secuencia en cuatro escenas rápidas. Un hombre se debate en el lodo de una ciénaga, que amenaza tragárselo aprovechando sus esfuerzos; grita. Alguien lo saca y coloca sus pies en roca firme. Al sentir la solidez bajo los pies, rompe a cantar de gozo y agradecimiento. Un grupo que asistía expresa su confianza en el liberador.

40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.

40,4 "Poner en la boca" es fórmula de alcance profético: Dt 18,18; Jr 1,9; 5,14.

40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.

40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.

40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.

40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.

Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La carta a los Hebreos recoge y comenta la parte central del salmo, según la versión griega de los LXX. En vez de "me cavaste oídos", dice "me aparejaste un cuerpo"; traduce "rollo" por "título". De este modo opone el autor a los sacrificios antiguos la entrega del Mesías. De aquí arranca el uso de los antiguos de poner todo el salmo en boca de Cristo y después en boca de la Iglesia.

Evangelio. 2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN. Mc 4,1-10.13-20. 2ª OPCIÓN: Mc 4,1-9

1De nuevo empezó a enseñar junto al mar. Se congregó alrededor de él una multitud grandísima; él entonces se subió a una barca y se quedó sentado, dentro del mar. Toda la multitud se quedó en la tierra, de cara al mar, 2y se puso a enseñarles muchas cosas con parábolas. En su enseñanza, les dijo:
3-¡Escuchad! Una vez salió el sembrador a sembrar. 4Sucedió que, en la siembra, algo cayó junto al camino; llegaron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en el terreno rocoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida, 6pero cuando salió el sol se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7Otra cayó entre las zarzas: brotaron las zarzas, la ahogaron, y no llegó a dar fruto. 8Otros granos cayeron en la tierra buena: a medida que brotaban y crecían fueron dando fruto, produciendo treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.
9Yañadió:
-¡Quien tenga oídos para oír, que escuche! 
Aparte de Jesús con sus seguidores (Mt 13,10-23; Lc 8,9-18)
10Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él ) le preguntaron con los Doce la razón de usar parábolas.
13Les dijo además:
 -¿No habéis entendido esa parábola? Entonces, ¿cómo vais a entender ninguna de las otras? 14El sembrador siembra el mensaje. Estos son «los de junto al camino»: aquellos donde se siembra el mensaje, pero, en cuanto lo escuchan llega Satanás y les quita el mensaje sembrado en ellos. 16Estos son «los que se siembran en terreno rocoso»: los que, cuando escuchan el mensaje en seguida lo aceptan con alegría, 17pero no echa raíces en ellos, son inconstantes: por eso, en cuanto surge una dificultad o persecución por el mensaje, fallan. 18Otros son «los que se siembran entre las zarzas»: éstos son los que escuchan el mensaje, 19pero las preocupaciones de este mundo la seducción de la riqueza y los deseos de todo lo demás van penetrando, ahogan el mensaje y se queda estéril. 20y ésos son «los que se han sembrado en la tierra buena»: los que siguen escuchando el mensaje, lo van haciendo suyo y van produciendo fruto: treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.

Explicación.

a) (4,1-9): Jesús no se acobarda ante la oposición oficial y vuelve a enseñar en público. El mar, paso a los pueblos paganos (cf.  1,16; 2,13; 3,7a). Mientras enseña a un grupo, se acerca una gran multitud, necesariamente de descontentos con el sistema, con el que Jesús ha roto públicamente, pero penetrada aún por la ideología del judaísmo (se congregó, cf. 1,33). Jesús interrumpe su enseñanza, sube a una barca (no suya) y comienza de nuevo a enseñar, pero de otra manera, como había hablado a los letrados (3,23: comparaciones/parábolas). Tiene así en cuenta la ideología de la multitud, que ve en él un caudillo para su lucha contra el sistema injusto y capaz de liberar a Israel de la opresión. 

Comenzar por una exposición abierta del mensaje, basado en la entrega personal y en la constitución de una sociedad nueva y universal, la alejaría para siempre. La asimilación, si se produce, ha de ser lenta. La exhortación inicial: Escuchad (3), recuerda la llamada a Israel de Dt 6,4. El sembrador representa a Jesús.

Aparte de Jesús con sus seguidores. Aparecen los dos grupos: a) los Doce (= Israel mesiánico, cf. 3,13-19) y b) los que estaban en torno a él (los seguidores no israelitas, cf. 3,32.34).

Estos últimos se unen a los Doce para preguntar a Jesús el motivo de hablar en parábolas. Piensan que el mensaje es accesible a la multitud; no ven diferencia entre ellos y la gente (10). 

No han entendido la parábola, porque no se esperaban que Jesús hablase de disposiciones interiores, sino de acción exterior (13). Los cuatro terrenos son cuatro disposiciones del hombre ante el mensaje:

a) no lo deja penetrar (cf. 10,46ss) (Satanás, la ideología/ambición de poder lo neutraliza y no deja huella); b) lo acepta superficialmente, sin compromiso serio (cf. 14,27-31); c) no renuncia a la ambición de dinero (cf. 10,26); d) lo hace propio y da fruto (14-20).

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