domingo, 25 de septiembre de 2022

MIÉRCOLES 19 DE OCTUBRE DEL 2022

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

Primera Lectura: Efesios 3:2-12 

2Supongo que estáis enterados del encargo que Dios generosamente me ha dado con vistas a vosotros; 3cómo en una revelación se me dio a conocer el secreto que he expuesto con brevedad anteriormente; 4leyéndolo podréis daros cuenta de que entiendo del secreto del Mesías.
              5Nunca se había dado a conocer a los hombres de otras generaciones como ahora lo ha revelado el Espíritu a los consagrados, a sus apóstoles y profetas: 6que los paganos, mediante el Mesías Jesús y gracias a la buena noticia, entran en la misma herencia, forman un mismo cuerpo y tienen parte en la misma promesa; 7buena noticia a cuyo servicio estoy, regalo que me hizo Dios generosamente con la eficacia de su poder. 8A mí, el más insignificante de todos los consagrados, me concedieron este don: anunciar a los paganos la inimaginable riqueza del Mesías 9y aclararles a todos cómo se va realizando el secreto escondido desde siempre en Dios, creador del universo.
             10Así, desde el cielo, por medio de la Iglesia, se dan a conocer las soberanías y autoridades las múltiples formas de la sabiduría de Dios, 11contenidas en el proyecto secular que llevó a efecto mediante el Mesías, 12Jeśus Señor nuestro.
            Gracias a él, tenemos esa libertad de acercamiento, con la osadía que da la fe en él;

EXPLICACIÓN.

La igualdad de los hombres ante Dios, revelada recientemente por el Espíritu: los paganos son herederos juntamente con los judíos. El secreto del Mesías (4) es el designio secreto de Dios mencionado en 1,9. A los consagrados, etc. (5), mejor que "a sus santos apóstoles y profetas" (cf. Col 1,26); esta última traducción restringiría la denominación "santos/consagrados", aplicada en la carta a todos los miembros de la comunidad; de hecho, los carismas de "apóstol" y "profeta" son dones particulares derivados de la consagración general por el Espíritu. Misión de Pablo entre los paganos (7-9).

              La iglesia, donde se han eliminado las discriminaciones de religión y raza, manifiesta la sabiduría de Dios. Soberanías y autoridades, cf. 1,21 (10-11).

              Los hombres pueden acercarse a Dios sin temor y sin intermediarios; esta libertad es el efecto de la adhesión a Jesús (12). 


Himno (Sal 98)

2Siendo Dios mi salvador, confío y no temo
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
3Sacarás agua con gozo
del manantial de la salvación.
4Aquel día, recitaréis: Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
5Tañed para el Señor, que hizo proezas,
que las conozca toda la tierra;
6grita jubilosa, Sión, la princesa,
que es grande en medio de ti el Santo de Israel.

EXPLICACIÓN.

12,2. Confiar y no temer: 7,1-9; 8,12. Con una cita de Éx 15,2.

12,3. La salvación es como una fuente inagotable. Puede evocar las fuentes milagrosas del desierto (Éx 17,6), enlaza con la fuente de Siloé (8,6), y es en último término Dios como fuente siempre manante (Jr 2,13).

12,4-5. Nombre y renombre: nombre revelado para la invocación (Éx 3,15), renombre ganado con sus proezas y que el pueblo escogido debe difundir a todo el mundo.

12,6. Sión representa tradicionalmente a la comunidad, como capital del reino. El título Santo: 6,3; 8,13.

Evangelio: Lucas 12:39-48

39 Esto ya lo comprendéis, que si el dueño de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no le dejaría abrir un boquete en su casa.
40 Estad también vosotros preparados, pues, cuando menos lo penséis, llegará el Hombre.
41 Pedro le preguntó:
- Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos en general?
42 El Señor prosiguió:
- Conque, ¿dónde está ese administrador fiel y sensato a quien el señor va a encargar de su servidumbre para que les reparta la ración a su debido tiempo?
43 ¡Dichoso ese siervo si el amo al llegar lo encuentra cumpliendo con su encargo!
44 Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes.
45 Pero si ese siervo se dice: "Mi señor tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse,
46 el día que menos se lo espera y a la hora que no ha previsto llegará el señor de ese siervo y cortará con él, asignándole la suerte de los infieles.
47 El siervo ese que, conociendo el deseo de su señor, no prepara las cosas o no las hace como su señor desea, recibirá muchos palos;
48 en cambio, el que no lo conoce, pero hace algo que merece palos, recibirá pocos. Al que mucho se le ha dado, mucho se le exigirá; al que mucho se le ha confiado, más se le pedirá.

EXPLICACIÓN.

Si para evitar un robo se está en vela, mucho más para el encuentro con el Señor (39). Nadie sabe el momento (40). Mantenerse despiertos, preparados (37.40), estar en actitud de servicio (cf. vv. 42s).

El Señor (tiempo pospascual) que viene del banquete definitivo (la eucaristía), realizando la petición del Padrenuestro: "Nuestro pan del mañana dánoslo cada día" (11,3). Celebrar la eucaristía exige una vida dedicada a los demás; este compromiso se ratifica en el encuentro con el Señor. El encuentro final será con el Hombre (40) y coronará los encuentros que se han ido teniendo durante la vida.

Pedro distingue entre los discípulos/los Doce (nosotros, cf. 9,49) y el otro grupo los discípulos (los Setenta), esperando posiblemente que su grupo resulte privilegiado (41).

La respuesta de Jesús es genética; la figura del administrador se aplica a todos y cada uno de los que lo siguen. Cada uno de los miembros de su comunidad, cualquiera que sea su procedencia, ha de estar al servicio de los otros y prestar ayuda para que en la comunidad no falte nada (42); el que haga esto, como lo hace Jesús (cf. v.37), llega al nivel de su Señor (cf. 6,40). Autoritarismo, egoísmo (cf, 22,25s) (45s).

Es de notar la dureza del lenguaje de Jesús con el grupo de discípulos procedentes del judaísmo. A la falta de libertad interna que aún padecen por no haber renunciado a la ideología autoritaria judía, corresponde un lenguaje propio de esclavos (siervos, vapuleo; cf. 12,4: "mis amigos", modo de hablar espontáneo de Jesús). Responsabilidad según los dones recibidos (47s).

2ª OPCIÓN.

Primera Lectura: 2 Corintios 4,7-15

 7Pero este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que esa fuerza tan extraordinaria es de Dios y no viene de nosotros. 8Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplasta; 9estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; 10nos derriban, pero no nos rematan; paseamos continuamente en nuestro cuerpo el suplicio de Jesús, para que también la vida de Jesús se transparente en nuestro cuerpo; 11es decir, que a nosotros que tenemos la vida, continuamente nos entregan a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se transparente en nuestra carne mortal. 12Así la muerte actúa en nosotros y la vida en nosotros.
                 13Sin embargo, poseyendo el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: "Creo, por eso hablo" (Sal 116,10), también creemos nosotros y por eso hablamos, 14sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará con nosotros a su lado. 15Y todo esto es por vosotros, de suerte que, al extenderse la gracia a más y más gente, multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.

Explicación.

 Son precisamente las tribulaciones y persecuciones que sufre, y que muestran su debilidad, las que prueban que Dios está con él. Vasijas de barro, posible alusión a Gn 2,7 (cf. Rom 9,21-23; 1 Cor 15,47) (7). Situaciones extremas que no logran impedir su actividad; es más, cuanto mayor es la persecución (el suplicio de Jesús), más efectiva es en él la vida de Jesús (8-11). La entrega a la muerte por amor es la que manifiesta y comunica la potencia de la vida (12).
               Cita de Sal 116,10 (LXX). La fe, que incluye la certeza de la resurrección, da fuerzas para proclamar el mensaje, a pesar de la oposición. Esta certeza es propia de todo cristiano, no sólo del apóstol (14). Las penalidades se aceptan para que los hombres conozcan la generosidad de Dios y lo alaben por ella (13-15).

Salmo 126,1-6

1Cuando cambió el Señor la suerte de Sión, 
creíamos soñar;
2se nos llenaba de risas la boca, 
la lengua de júbilo.
Hasta los paganos comentaban:
«El Señor ha estado grande con ellos».
3-EI Señor ha estado grande con nosotros, 
y celebramos fiesta.
4Cambia, Señor, nuestra suerte, 
como los cauces del Negueb. 
5Los que siembran con lágrimas 
cosechan con júbilo.
6AI ir iba llorando
llevando la bolsa de semilla; 
al volver vuelve cantando 
llevando sus gavillas.

Explicación.
126 Género y situaciónAcción de gracias por una restauración y petición para que se complete. En la mayoría de los textos en que aparece la fórmula "cambiar la suerte", se refiere a la vuelta del destierro de Babilonia: Dt 30,3; ocho veces en el bloque Jr 29,14-33,26. Parece bastante probable que el salmo expresa el gozo por la vuelta del destierro en la primera repatriación, o en tiempo de Nehemías.
El gozo y el sueño. Tan grande es el gozo, que les parece un sueño. ¿Es pesimismo?: en la vida las dichas son sueño. ¿Es cautela?: por si acaso, no entregarse al gozo. 

¿Realistas o soñadores? El salmo confiesa entre líneas que los soñadores tenían razón: como Isaías Segundo, como cuantos preparan los grandes cambios de la suerte.
Dos imágenesa) Una lluvia torrencial puede llenar los cauces de torrentes y fertilizar algunas zonas de páramos (Job 38,25-27). Del mismo modo se llenarán los cauces de Judá con las corrientes de nuevos repatriados. b) Había años en que los labradores tenían que quitarse el pan de la boca para reservar simiente. Sembrar, aparte la fatiga del trabajo, era pasar hambre; pero no era estéril. Así la marcha al destierro, vista desde el retorno, no aparece estéril: fue siembra costosa para una cosecha gozosa. La palabra hebrea significa semilla vegetal y estirpe humana: Is 65,9; Jr 31,27; Os 2,25. 
126,1-2a Forma pareja con el 124 como faceta complementaria.
126,2b Los paganos han sido testigos de la acción del Señor a favor de su pueblo: Sal 98,2; Is 52,1.
126,5 Puede compararse con Is 9,2; Sal 4,8.
126,6 Léase Bar 5,5-6.9.
Transposición cristiana.

La resurrección de Cristo es el inaudito cambio de la suerte; tanto que los apóstoles, al ser testigos de ella, no acababan de creerlo. Su cuerpo muerto ha sido la semilla fecunda (Jn 12,24). Siembra y cosecha en Jn 4,36-38.
Evangelio: Mateo 28,16-20

(Mc 16,14-18; Lc 24,36-39; Jn 20,19-23; Hch 1,9-11)

16Los once discípulos fueron a Galilea al monte donde Jesús los había citado. 17 Al verlo se postraron ante él, los mismos que habían dudado. 18Jesús se acercó y les habló así:
-Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra. 19Id y haced discípulos de todas las naciones bautizadlos rara vincularlos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo 20 y ensenadles a guardar todo lo que os mandé; mirad que yo estoy con vosotros cada día, hasta el fin de esta edad.

EXPLICACIÓN.

16-20. Los once discípulos (cf. 10,1); falta uno, judas el traidor, representante del Israel histórico que ha pedido la muerte de Jesús. El Israel mesiánico se forma sin integrar al antiguo pueblo como tal. Habían dudado (16), como Pedro (cf. 14,21), el escándalo de la cruz. En su vida mortal, «el Hombre» tenía autoridad «en la tierra» (9,6); ahora (cf. 26,64) su autoridad es la del Padre mismo (18): plena condición divina. Misión universal (19), va a cumplirse la promesa hecha a Abrahán (Gn 17,4s; 22,18). Jerusalén, capital de Israel, queda atrás y no va a ser objeto de nueva misión (10,6; 15,24); Galilea abre el camino hacia los paganos. Primer medio para hacer discípulos: el bautismo, que vincula al Padre, fuente del Espíritu, al Hijo, de quien se recibe, y al Espíritu mismo, que potencia al hombre, completa su ser y lo pone en la línea del "Hombre» (cf. 3,16). Segundo medio, la instrucción o enseñanza sobre la práctica del mensaje. Cuanto os mandé, alusión a los «mandamientos mínimos» (5,19), las bienaventuranzas. Los que enseñan esto han de practicarlo (5,19). Promesa para la misión (20b). Así se cumplirá el contenido de su nombre, ¡Emmanuel!: «Dios con nosotros».

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