Primera Lectura. Isaías 55,10-11.
10Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá, sino que empapan la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan para comer,
11así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo.
Explicación.
55,10-11
Entre la cercanía (6) y la lejanía (9) de Dios media su palabra, que
baja del cielo para realizar y revelar la salvación. Es como la lluvia:
bendición primaria, don activo que desata actividad, riego que fecunda y
hace engendrar. Su ritmo no es el de la eficiencia, sino el de la
fecundidad. La lluvia pone en movimiento un ciclo: alimento hoy, semilla
para la cosecha de mañana.
Salmo. 34,4-7.16-19.
4 Engrandeced conmigo al Señor,
ensalcemos junto su nombre.
5 Consulté al Señor y me respondió
librándome de todas mis ansias.
6 Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se sonrojará.
7 Este pobre clamó y el Señor le escuchó,
lo salvó de todos sus peligros.
16 El Señor dirige los ojos a los justos,
los oídos a sus clamores.
17 El Señor se enfrenta con los que obran mal
para extirpar de la tierra su memoria.
18 Si gritan, el Señor escucha
y los libra de todos los peligros.
19 El Señor está cerca de los atribulados
y salva a los abatidos.
Explicación.
34,4
"Engrandecer" es reconocer la grandeza, como enaltecer es reconocer la
sublimidad. Dos dimensiones humanas o cósmicas se proyectan hacia Dios.
34,5
Consulta del hombre y oráculo de respuesta son práctica religiosa
común: véase p.ej: el caso de Raquel en Gn 25. La respuesta divina
serena, tranquiliza.
34,6
Éste es el verso más importante del salmo. Leo imperativo con versiones
antiguas. "Radiante" como Is 60,5; "sonrojarse" o quedar sombrío, como
Is 24,23; Jr 15,9 o Miq 3,7. Con vocabulario diverso, creo que la
invitación apunta a tres momentos de la vida de Moisés: en la vocación
(Éx 3,6), en los encuentros personales con el Señor (Éx 33,8 y
34,29-33), cuando volvía radiante. El privilegio de Moisés se ofrece hoy
a cualquiera: quien "contemple" a Dios, en el templo o en la oración,
saldrá "radiante", no estará "sombrío" por el fracaso. Se podría tomar
este verso como lema de la oración contemplativa.
34,7 Simple secuencia personalizada: clamar - escuchar - salvar.
34,16-17
Forman una antítesis marcada: honrados/malvados, ojos y oídos /rostro.
"Enfrentarse"; o encararse, a la luz de Lv 17,10; Jr 44,11.21. La
"memoria" o el apellido: compárese con Sal 109,15.
34,18 Se sobrentiende que el sujeto son los saddiqim, sin que sea necesario explicitarlo. El grito podría ser una reclamación judicial.
34,19
La secuencia hebrea "atribulados y abatidos" nos lleva sin remedio al
Sal 51,19; es decir, de lo sapiencial salta el autor a lo penitencial.
El hombre alejado por el pecado, puede acercarse por la penitencia.
TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
La
primera carta de Pedro cita dos pasos del salmo; el gustar al Señor,
vinculado al bautismo (2,2-3); y el bloque sapiencial en 3,10-12
exhortando a la concordia. Heb 6,2 recoge el símbolo del gusto
espiritual. Y el tema del quedar radiantes domina el comentario de 2 Cor
3,7-18.
Evangelio. Mateo 6,7-15.
7 Pero, cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán más caso.
8 No seáis como ellos, que vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis.
9 Vosotros rezad así:
Padre nuestro del cielo
proclámese ese nombre tuyo,
10 llegue tu reinado,
realícese en la tierra tu designio del cielo;
11 nuestro pan del mañana dánoslo hoy
12 y perdónanos nuestras deudas,
que también nosotros
perdonamos a nuestros deudores;
13 y no nos dejes ceder a la tentación,
sino líbranos del Malo.
14 Pues si perdonáis sus culpas a los demás, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros.
15 Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.
Explicación.
El Padrenuestro (9-13), modelo de petición. Nueva relación con Dios (Padre), comunitaria. La conducta de este Padre guía la de los discípulos; del cielo, transcendencia e invisibilidad. La primera parte (9s) tiene como centro al Padre (tu nombre, etc.), y
pide por la extensión del Reino a la humanidad entera. La segunda
(11-13), tiene por centro la comunidad que pide por sí misma.
Proclámese: el
nombre designa a la persona según su aspecto característico, aquí a
Dios que obra como Padre. Paralelo con 5,16: "glorifiquen los hombres a
vuestros Padre del cielo", gracias a la actividad de la comunidad
cristiana. Llegue tu reinado: éste se realizará por la opción contra el dinero y la fidelidad a ella (5,3.10). Realícese, etc., que se lleve a efecto el plan de Dios sobre la humanidad. La experiencia de vida impulsa a desear que esa vida se extienda.
Pan del mañana (11), tal es el sentido del término gr. epiousion (aram, mahar, según
san Jerónimo). Se pide que la unión y alegría propias de la comunidad
final (banquete mesiánico, 8,11) sean un hecho en la comunidad presente.
Relación con la eucaristía. Se pide el perdon/amor de Dios (12); la
condición es el perdón/amor al prójimo. Los deudores incluyen a enemigos y perseguidores (5,43ss). La tentación, el Malo remiten
a la escena del desierto (4,1-11): se pide no actuar sin atender al
plan de Dios, no caer en el providencialismo irresponsable y, sobre
todo, en la ambición de gloria y poder (5,10: fidelidad). Como para
Jesús, esto significaría renunciar a la misión liberadora. Necesidad de
perdón (14-15).
PADRE NUESTRO DESARROLLADO:
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