2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
PRIMERA LECTURA. Lamentaciones 2,2.10-14.18-19.
2El Señor destruyó sin
compasión todas las moradas de Jacob,
con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá,
derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes.
se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal;
se derrama por tierra mi hiel,
12Preguntaban a sus madres: ¿dónde hay pan y vino?,
¿a quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella?
Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte?
14Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas;
sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras.
19Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia,
derrama como agua tu corazón en presencia del Señor,
(desfallecidos de hambre en las encrucijadas):
Explicación.
2,2 Sin compasión: Ez 9,5.10. Demolió: Sal 79,13. Profanó: Is 43,28. La humillación del rey, dado su carácter sagrado, es una profanación; es decir, Dios mismo rechaza la consagración y deja que lo traten como a un cualquiera.
SALMO. 74,1-7.20-21.
(Sal 76; Lam 2; Eclo 36,1-22)
2Acuérdate de la comunidad que fundaste antaño,
del Monte Sión donde habitabas.
plantaron como señal sus estandartes.
5Apareció como quien se abre paso a hachazos
hacia arriba en la espesura;
7prendieron fuego a tu santuario,
20Fíjate en la alianza: que están llenos
74,3-9 El Señor, como un soberano distraído u olvidadizo, es invitado a inspeccionar personalmente el templo en ruinas: no son recientes, ahí están hace tiempo, y el dueño sin darse por enterado. El orante se ofrece de guía y, con las ruinas a la vista, le cuenta o describe a Dios lo que pasó. El guía se atreve incluso a leer los pensamientos de los devastadores.
74,7 Todo acaba con el incendio. El edificio sagrado queda profanado. Como fondo habría que recordar los trabajos de construcción del templo, 1 Re 7; véanse también Lam 3,11; Is 64,10.
41 Sus padres iban en peregrinación cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
42 Cuando Jesús había cumplido doce años subieron ellos a la fiesta según la costumbre,
43 y cuando los días terminaron, mientras ellos se volvían, el joven Jesús se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.
44 Creyendo que iba en la caravana, después de una jornada de camino se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
46 A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas.
48 Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!
49 Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho.
51 Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria.
EXPLICACIÓN.
María y José, exactos cumplidores de la Ley (41). A los doce/trece años el niño entraba a formar parte de la comunidad judía y estaba sujeto a la Ley (42). Jesús demuestra su independencia (43). Joven, muchacho, no ya niño (cf. 2.17.27.40: "niño"; 2,12.16: "niño de pecho").
Jesús en una escuela del templo (46). Única vez que Lc llama maestros a los doctores judíos (cf. 5,17.21.30; 7,30); por el momento, es la única enseñanza que existe en Israel; los recaudadores llamarán "maestro a Juan Bautista (3,12); con la manifestación del Mesías caducará la enseñanza judía (7,40; 8,49, etc.) Jesús joven escucha, pregunta y responde como alumno; los asombra con su inteligencia (47: cf. 2,40, "saber"); conoce la tradición de Israel; su ruptura con ella se deberá a su conocimiento crítico.
Reproche de la madre (48). Tu padre, fuerza del vínculo legal y papel que se atribuye a José como educador. No conciben que el Mesías pueda separarse de la tradición representada por ellos: Jesús habla por primera vez en Lc (49) y corrige el dicho de María: él tiene otro Padre. No es el templo como tal (19,46: "cueva de bandidos") el lugar de la presencia divina; ésta queda solamente en la antigua Escritura (lo que es de mi Padre). Tengo que estar: designio divino sobre él. Al llamar a Dios "su Padre", Jesús se independiza de los suyos y rompe con la integración en la cultura religiosa de Israel que éstos han querido efectuar.
No entienden las palabras de Jesús (50). Su autoridad ha quedado relativizada, pero aún no ha llegado el momento de que Jesús manifieste su libertad. María sigue almacenando recuerdos /cf. 2,19), pero sigue sin comprender su significado (51).
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura: Isaías 61,9-11
Salmo: 1 Samuel 2:1.4-8
1Y Ana rezó esta oración:
Evangelio: Lucas 2,41-51
41 Sus padres iban en peregrinación cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
42 Cuando Jesús había cumplido doce años subieron ellos a la fiesta según la costumbre,
43
y cuando los días terminaron, mientras ellos se volvían, el joven Jesús
se quedó en Jerusalén, sin que se enteraran sus padres.
44 Creyendo que iba en la caravana, después de una jornada de camino se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
46 A los tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas.
48 Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!
49 Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho.
51 Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria.
52 Y Jesús iba adelantando en saber, en madurez y en favor ante Dios y los hombres.
EXPLICACIÓN.
María
y José, exactos cumplidores de la Ley (41). A los doce/trece años el
niño entraba a formar parte de la comunidad judía y estaba sujeto a la
Ley (42). Jesús demuestra su independencia (43). Joven, muchacho, no ya niño (cf. 2.17.27.40: "niño"; 2,12.16: "niño de pecho").
Jesús
en una escuela del templo (46). Única vez que Lc llama maestros a los
doctores judíos (cf. 5,17.21.30; 7,30); por el momento, es la única
enseñanza que existe en Israel; los recaudadores llamarán "maestro a
Juan Bautista (3,12); con la manifestación del Mesías caducará la
enseñanza judía (7,40; 8,49, etc.) Jesús joven escucha, pregunta y
responde como alumno; los asombra con su inteligencia (47: cf. 2,40,
"saber"); conoce la tradición de Israel; su ruptura con ella se deberá a
su conocimiento crítico.
Reproche de la madre (48). Tu padre,
fuerza del vínculo legal y papel que se atribuye a José como educador.
No conciben que el Mesías pueda separarse de la tradición representada
por ellos: Jesús habla por primera vez en Lc (49) y corrige el dicho de
María: él tiene otro Padre. No es el templo como tal (19,46: "cueva de
bandidos") el lugar de la presencia divina; ésta queda solamente en la
antigua Escritura (lo que es de mi Padre). Tengo que estar:
designio divino sobre él. Al llamar a Dios "su Padre", Jesús se
independiza de los suyos y rompe con la integración en la cultura
religiosa de Israel que éstos han querido efectuar.
No entienden
las palabras de Jesús (50). Su autoridad ha quedado relativizada, pero
aún no ha llegado el momento de que Jesús manifieste su libertad. María
sigue almacenando recuerdos /cf. 2,19), pero sigue sin comprender su
significado (51).
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